Sergio Pellicer, cinco años volcánicos y un pedazo de historia del Málaga CF

Se cumple un lustro del debut en el banquillo del primer equipo del técnico castellonense en una situación convulsa ante la Ponferradina

Hizo debutar a una veintena de jugadores

Sergio Pellicer, en su debut en el banquillo malaguista en 2020.
Sergio Pellicer, en su debut en el banquillo malaguista en 2020. / Javier Albiñana

El 14 de enero de 2020, se cumplen hoy cinco años, Sergio Pellicer se estrenaba como primer técnico del Málaga CF. Un partido en La Rosaleda ante la Ponferradina resuelto con un gol de Antoñín (1-0). Un lustro en el que ha habido terremotos, con una elipsis de año y medio fuera, periodo convulso con cuatro técnicos (José Alberto, Natxo González, Pablo Guede y Pepe Mel) que mermó la competitividad y acercó al abismo. Pero tiempo en el que se ha afianzado como uno de los entrenadores más importantes de la historia del club, no sólo por las cifras, también por lo que ha transmitido y construido, con ese momento icónico del regreso a Segunda.

Ascenso a Segunda y celebración.
Ascenso a Segunda y celebración. / Carlos Guerrero

Su aterrizaje en el banquillo fue en un momento especialmente volcánico. Entonces era técnico del filial y Víctor Sánchez del Amo fue destituido por el jeque vía Richard Shaheen después de aquel escabroso capítulo del vídeo de contenido sexual del entrenador madrileño, que acabaría ganando en los juzgados un despido improcedente del club. Le tocó un marrón importante, pero, como suele suceder, las oportunidades para los de abajo sólo suelen llegar en momentos de extrema necesidad. La interinidad de entonces dio paso a un libro cada vez más grande.

Pellicer, en el banquillo sonriente.
Pellicer, en el banquillo sonriente. / Efe

Pellicer había pasado por todos los banquillos desde cadete, con un título de campeones de España juveniles, y estaba entonces en el filial también tras un periodo fuera del club. Había sido ayudante de Míchel en el primer equipo. Se culminaba un proceso que el entrenador de Nules había comenzado años atrás, cuando regresó a Málaga, una tierra que pisó por primera vez en enero de 1996 para ser jugador. Y su padre, fallecido en 2024 y que le acompañaba entonces, le dijo "aquí te va a ir bien". "Llegué desde la cantera, venía un año a conocer otra metodología, otra forma de entrenar, por mi mujer, mi hija pequeña. Había fallecido también mi suegro el año anterior y fue un poco hacer esa experiencia, que mi familia pudiera estar más a gusto. Y a partir de ahí creo que fue un sentimiento que fragua y se vuelve como un punto obsesivo. Lo vivía con una tanta pasión porque al final toda la gestión que hacemos es como que te la llevas también para casa. Y yo creo que eso fragua por haberlo vivido desde el campo de la Virreina, el haber pasado todas las etapas, el haber visto a muchos futbolistas y sobre todo el sentimiento que hemos transmitido y porque a nivel profesional y personal este club y esta ciudad me lo han dado todo", explicaba en el reportaje que el club publicaba la semana pasada por su partido oficial 150, ya sólo con Muñiz y Peiró por delante.

Celebración en Tarragona.
Celebración en Tarragona. / MCF

En su primera etapa, Pellicer rubricó dos salvaciones extremadamente meritorias. A los días de su llegada se marchó Antoñín, el delantero que estaba dando de comer, pero cuya venta al Granada ofreció una bombona de oxígeno a las exhaustas arcas. A las semanas llegó la intervención judicial del club, por la que se desposeyó al jeque del gobierno del mismo de manera transitoria (y aquí seguimos cinco años después) por sus presuntos delitos, y al mes siguiente vino la pandemia. Con una plantilla elaborada con una sanción de LaLiga que impedía firmar por más allá del mínimo profesional y con un tope de 18 fichas profesionales, Pellicer y sus jugadores, muchos chavales, salvaron la papeleta en ese atípico final de temporada con las gradas vacías y jugándose en verano. Proceso que se repitió en la temporada 2020/21, igualmente con éxito. De aquella plantilla sólo queda Ramón Enríquez y Larrubia había aparecido también alguna convocatoria y debutado en el segundo año. "Es cierto que lo gestiono totalmente diferente a como si estuviera en otro equipo. Soy mucho más directo, hablo muchísimo con el corazón. Cuando viene un entrenador de abajo, o tienes mucha personalidad o eres muy convincente para que te hagas creer. Y yo creo que fuimos, sobre todo ellos vieron que se nos iba la vida en esto. Y yo creo que al final conseguimos, sobre todo ese año difícil, mantener la categoría y todo lo que hubo alrededor del tema también de la pandemia. Fue un año muy difícil, muy exigente. Encontramos un grupo con muchísima hambre. Lo comparo muchísimo a este ahora mismo que tengo. Pero fue muy duro, fue muy duro", admite Pellicer sobre aquella etapa.

Sergio Pellicer, en una entrevista.
Sergio Pellicer, en una entrevista. / Javier Albiñana

En el verano de 2021, salida. Una decisión de las que las dos partes se arrepentirían más tarde, tanto Manolo Gaspar como el entrenador lo han verbalizado después, pero que en aquel momento se vio necesaria. "La exigencia fue muy grande y luego llegó un momento también de vida familiar. Al final, quieras o no, se resiente y se afecta. Y había situaciones en las que creo que tenía que parar y tenía que poner en valor muchísimas otras cosas por delante. Porque es cierto que cuando llegas a ese punto obsesivo... Te voy a dar un ejemplo. Yo he llegado a un momento, incluso este año también, de que me he levantado y he llegado aquí a La Rosaleda a las siete de la mañana y no había entrenamiento.Ese punto obsesivo que uno tiene del día a día a veces también hay que saber parar y lo digo abiertamente. Entonces fue una decisión muy difícil, muy dolorosa, pero en ese momento lo sentía. Luego, también soy sincero, me arrepentí. Le he quitado mucho tiempo a mi hija, no le doy tiempo a mi mujer y eso al final se nota. Y cuando vas creciendo y tienes muchísima más responsabilidad, muchísimo más. Y para mí son mi vida, son mi vida. Mi hija, siempre digo, en mayor debilidad es mi hija. Y luego, pues claro, Celia fue cuando yo la conocí aquí. Su familia es como si fuera familia mía de sangre. Mis hermanos también ahora parece que los vea mucho más, vienen mucho más a verme. Y ya mis padres ya no están. Sobre todo me emocionó porque no les doy todo el tiempo que se merecían y son cosas a veces que también tengo que reconocer. Que debería cambiar, pero llega un momento de ese punto obsesivo que no me lo he quitado", explicaba Pellicer sobre aquella etapa.

Pellicer recibe el premio "Malagueño de Hoy" en 2024.
Pellicer recibe el premio "Malagueño de Hoy" en 2024. / Javier Albiñana

Cuando aterrizó de nuevo a comienzos de 2023, él tras una experiencia poco fructuosa en el Fuenlabrada, el equipo estaba a cuatro puntos de la salvación y, aunque mejoró en el tramo final, no dio para permanecer. Pero su trabajo había convencido a Kike Pérez y Loren lo vio bien para construir el proyecto de regreso al fútbol profesional. "Volví a una situación difícil. Cuando llegamos, lo intentamos, luchamos muchísimo. No pudimos conseguir lo que se merecía la gente", admitía sobre el descenso, aunque se rearmaron para volver: "Era un reto, era un reto y un desafío para todos. Y también puedo decir que fue también por la gente, empleados del grupo que perdieron su puesto de trabajo, generalmente por nuestra afición. Porque creo que era un año muy importante porque si no se conseguía, era insostenible la situación. Pasamos momentos difíciles y yo pasé momentos muy, muy difíciles también. Incluso peor que en el año del descenso. Pero supimos sobre todo tener esa capacidad de humildad".

Pellicer, durante la pandemia en un partido.
Pellicer, durante la pandemia en un partido. / Javier Albiñana

Y sí, llegó aquello de Tarragona difícilmente explicable pero que realmente existió, con una comunión pocas veces vista y con una identificación de la chavalda con el club de su ciudad realmente impresionante. "Una vez estábamos en fase de ascenso lo gestionamos con cariño, lo gestionamos de una manera de bajar un poco la tensión porque fue un año que fue de idas y venidas. Yo lo reconozco que a veces me puse rebelde. También había que hacer el papel de actor porque hay momentos así. Yo creo que era el momento de tener tranquilidad por toda nuestra gente. Al final ocurrió lo que todos pensábamos y además de la manera que creo que nunca vamos a olvidar por cómo se consiguió", se emociona Pellicer.

En rueda de prensa.
En rueda de prensa. / Carlos Guerrero

En este periodo, Pellicer dirigió 151 partidos como blanquiazul, con 58 victorias, 53 empates y 40 derrotas (166 goles a favor y 134 en contra), con una media de 1.5 puntos por duelo. Ha ido moldeando sistemas (ha utilizado numerosos en este tiempo), adaptando su filosofía, dotando de mayor audacia al equipo en función de la plantilla sin perder esa seña de identidad de competitividad y compromiso. Y mejorando como entrenador. Ha jugado mal muchas veces, pero muy pocas ha sido rebasado netamente por un rival. Y ha puesto en valor a la cantera malaguista. En este periodo han debutado una veintena de jugadores de las categorías inferiores con él. A veces por necesidad extrema, como en esa etapa de las 18 fichas. Casi siempre, con convicción por conocer de manera exhaustiva a los chavales y saber qué pueden dar. En su debut le dio la camiseta de titular a Juande. Después, Ale Benítez, Larrubia, Fomba, Quintana, Loren Zúñiga, Haitam, Sergio Guerrero 'Mini', Andrés Caro, Álex Calvo, Bilal, Rafa Rodríguez, Antoñito Cordero, Aaron Ochoa, Carlos López, Izan Merino, Santaella y el último, Chupete, que ya da réditos. Es también crear patrimonio.

En el autobús tras el ascenso.
En el autobús tras el ascenso. / Javier Albiñana

"Que me recuerden como un malaguista más que sufre, que disfruta, con sangre blanca azul. Yo siempre digo, ¿qué tú podrías recordar? Que has hecho todo por tu parte, por darle lo mejor de ti. Eso es la clave", decía Pellicer que espera que se le recuerde así. Cinco años después, un pedazo de la historia del Málaga. Y con visos de aumentarla.

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