Sporting-Málaga CF: Nueve más nueve igual a 30 (1-3)
Victoria épica para cerrar 2024 mirando hacia arriba
Galería: Las fotos de la cita en El Molinón
En la celebración del Málaga sobre el césped de El Molinón hay mucho mensaje. Por eso se va de parón navideño con 30 puntos, algo que cualquiera habría firmado en verano una vez cerrada la plantilla, que en un porcentaje altísimo es la del ascenso pero sin su estrella Roberto. De nueves va la cosa. Acallan el debate Roko Baturina y Dioni Villalba, con una rara combinación matemática en la que dos nueves sumando no dan 18 sino 30.
Sufrió el Málaga por momentos, pero en las áreas fue mejor. Alfonso Herrero marcó las diferencias antes que nadie, no se puede olvidar. Otro símbolo del equipo de Pellicer es el árbol que se dobla pero siempre sigue en pie. Este equipo está hecho de otra pasta. Cimientos, al fin.
El Molinón no paró de dedicarle pitadas a Alfonso Herrero, de pasado carbayón. Al portero no le hicieron mella de entrada. El toledano voló dos veces con una velocidad de reacción escandalosa para frenar sendos remates a bocajarro del Sporting de Gijón. Una vez más sujetó al Málaga cuando fue necesario.
Sucedió al comienzo del partido, que fue vibrante, de ida y vuelta, intenso. Se lo llevó a los puntos el cuadro asturiano ante un Málaga que tuvo menos claridad de ideas que en otros encuentros pero que sin embargo mantuvo su buena actitud, su disposición fue la correcta y aguantó el 0-0.
Tuvo problemas por los costados, especialmente el izquierdo. Con Gaspar y Guille Rosas muy incisivos. Eso obligó en más de una ocasión a Antoñito Cordero a mirar más hacia atrás que hacia delante. Precisamente los laterales del Málaga se proyectaron menos de lo que acostumbran.
El Málaga no había variado demasido su once inicial con respecto al partido del miércoles. Se quedaron Baturina y Cordero y sólo rotaron el lateral derecho y un central. La continuidad de algunas era más que merecida, pero sí se observó que el cuarteto de arriba tenía menos chispa que ante el Eldense.
No era ni mucho menos un mal resultado el 0-0 para un Málaga que llegó con 27 puntos a Asturias. Daba la sensación de que la mitad del plan de Pellicer se estaba cumpliendo. La resistencia fuera de casa y ante un Sporting que arrastraba un par de malos resultados podía provocar que el paso de los minutos pusiese nervioso a El Molinón, que estaba con el silbido fácil.
El guion traía un giro más a favor de los malacitanos nada más empezar la segunda parte. Un balón en la frontal sin dueño que Roko Baturina cazó sin dejarla caer y aplicando un zurdazo imposible para Yáñez. El suspiro del croata tras la celebración no podía ser más elocuente. Había marcado en la Copa, pero no era una hazaña para recordar tras la eliminación.
La reacción del Sporting fue buena. En lugar de tambalearse tomó la iniciativa y anduvo cerca de empatar con un centro que se paseó por el área de un costado a otro hasta que Pablo García la estrelló en el larguero. Unos minutos después -doble cambio del Málaga incluido- Nacho Méndez también se topó con el travesaño.
La constante fue esa, el cuadro gijonés apretando y el Málaga repeliendo como podía, estirándose de vez en cuando con algún intento de contra o acción combinativa. Pellicer tiró de Izan Merino y Aarón Ochoa para cambiar el viento y retener un triunfo de un valor inmenso.
En un córner un tanto embarullado y que acabó con un jugador tumbado en el césped, Muresan Muresan fue a revisar una posible mano de Manu Molina. Involuntaria (¡venía de contacto previo en el hombro!) pero penalti al fin y al cabo. Lo paró Herrero, pero el mismo Campuzano cazó el rechace y ahí no falló.
No se rindió el Málaga, que logró recuperar su ventaja con un gol de Dioni. El malagueño, celebración al cielo incluida, definió perfectamente con el interior de su bota izquierda después de un balón que metió Dani Sánchez de cabeza. Otra asistencia, otra victoria con el lateral zurdo, las seis que cuenta el equipo.
El colegiado valenciano añadió diez minutos, algo que a Pellicer le pareció exagerado. Y sin embargo fue al Sporting a quien le sobró el tiempo. Otro balón peinado de cabeza hacia la olla que Dioni hizo bueno con un control estupendo y un estocazo aún mejor.
El Málaga no puede cerrar mejor 2024, consiguiendo su primera victoria fuera de casa y quedándose en una situación que le acerca al primer objetivo y le permite soñar con algo más en la segunda vuelta. De momento, los jugadores se van de vacaciones con días extra. Merecidos.
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