Al-Thani pasa la última línea roja

Málaga CF

El fin del mercado propicia que el malaguismo se conciencie definitivamente de que la situación es bastante grave

El jeque, irresponsable, no es el único que queda señalado; también Jofre y Caminero

Al-Thani, en una visita al Ayuntamiento.
Al-Thani, en una visita al Ayuntamiento. / Javier Albiñana

El malaguismo se acostó en shock tras un lunes negro que no desmereció, en clave blanquiazul, al de Wall Street en el 87. De alguna manera, fue la asunción colectiva de que la situación en la que está el club es grave. Se habían dado, utilizando el símil del hermano rugby, muchas patadas a seguir en los últimos meses, últimos años, aplazando un momento doloroso. El final del mercado colocó ante el espejo a Al-Thani. Y, aunque él no lo vea en su mundo fantasioso e indescifrable, está desnudo.

Fue la pérdida del último resquicio de esperanza de normalidad, alguna caída del caballo que quedaba. La imagen fue dolorosa. Contemplar a Okazaki entrar poco antes de medianoche en La Rosaleda, fotografía captada por este periódico y que se convirtió rápidamente en viral, para firmar su rescisión fue el preludio de una indignación creciente entre la afición. El jeque, por irresponsable siendo el presidente, tiene la cuota mayor de culpa. Pero no se pueden ir de rositas ni Joaquín Jofre ni José Luis Pérez Caminero. Conocedores de la forma de trabajar de Al-Thani, de su dificultad para rubricar operaciones, no activaron medidas, al menos no surtieron efecto, para reducir los gastos de la plantilla con la previsión de Las Palmas, por ejemplo, para bajar los sueldos más altos. Sobre la bocina lo hizo Luis Hernández, quedó pendiente con Juanpi y Keko. Los agentes de Mula e Iván Rodríguez deslizaron ayer que Jofre se había ido de vacaciones.

El ridículo espantoso con Okazaki, amplificado a nivel mundial, el indigno comportamiento como club con Simón Moreno (firmó contrato sin que el jeque hubiera rubricado dado el OK y rubricado su parte) y, por último, la negligencia con Iván Rodríguez y Álex Mula. Su contrato recogía la obligatoriedad de que jugaran con dorsal del primer equipo esta temporada. Un trámite que se puede obviar sin mucha dificultad. Al hacer contrato con el primer equipo se consideraban como nuevas incorporaciones. LaLiga no cedió y quedan en un limbo difícil de subsanar, como el de José Rodríguez. Cuatro jugadores titulares o entre las primeras opciones de relevo que se evaporan. Faltó, sin duda, previsión por parte de la dirección deportiva. El jeque lleva actuando así mucho tiempo para que pille de nuevas. El filial también se ve arrastrado.

La sensación dentro del club es, obviamente, de miedo y preocupación. En los últimos meses han pasado emisarios del jeque por el club para controlar cuentas y asesorar en algunas operaciones. Los resultados a la vista están. Con una estructura de club desproporcionada para la categoría, algo de lo que ya alertó LaLiga tiempo atrás, con sueldos prohibitivos para los hijos de Al-Thani, alguno de ellos más preocupado a través de las redes por la presentación del logo del Mundial de Catar, se ha mostrado ahora con toda crudeza cuál es la situación.

El capricho de Benkhemassa, unido al de Takioullah, que ya vino para el filial el año pasado y ahora ha vuelto a ser inscrito ayudando a dejar casi una decena de jugadores sin ficha, ejemplifica una deriva cada vez más peligrosa. Parecía descabellada la teoría de que Al-Thani quería cargarse el Málaga. Pero la alarma está sonando fuerte y empieza a darle razones de peso a los conspiranoicos. De momento, el próximo sábado habrá un plebiscito en La Rosaleda.

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