Todo va a salir bien (1-0)

Crónica y resultado del Málaga - Alcorcón

Un golazo de Cristian le sirve al Málaga para derrotar al Alcorcón

Los de Meré controlaron parte del choque pero no supieron acercarse al área

Cristian Rodríguez engancha el centro de Matos para marcar el 1-0. / Marilú Báez
Adriano Espinal

26 de septiembre 2020 - 20:08

Hay momentos tan extraños que nadie se podía imaginar. El Málaga vive cada semana un calvario en los despachos para superarlo a la siguiente. Tercera jornada y anda con medio equipo por llegar y otro medio por marchar. Debutaron en su estadio los blanquiazules esta temporada sorprendiendo a un Alcorcón aguerrido, físicamente superior y muy bien plantado. Un gol para enmarcar de Cristian Rodríguez y la capacidad de hacer muchas pequeñas cosas bien constantemente le dieron la segunda victoria consecutiva a los de Pellicer que le mandaban un mensaje claro a su afición desterrada de las gradas por el coronavirus: Tranquilos, todo va a salir bien.

Se esmeraron los 22 en ocupar el sitio que sus técnicos le habían asignado, en presionar esforzadamente en las líneas marcadas en la pizarra antes del comienzo. El Málaga se topó con un Alcorcón que derrochaba brío en el arranque. Le obligó a desacomplejarse buscando la espalda del rival y haciendo funcionar muy bien el triunvirato –tetrarquía cuando Benkhemassa también participaba– Escassi-Juande-Ramón por el centro y un inteligentísimo Calero por la banda. El Málaga entendió que podía bregar contra el Alcorcón.

Los madrileños aprovechando la presencia de Boateng en el centro y su buen físico trataron de llevar las riendas del encuentro en la primera mitad. Lo consiguieron a medias, sin un dominio netamente claro sin ocasiones incontestables, siempre con el miedo de que la dupla Caye-Orlando Sá aprovechase la presión local.

Intenso y bonito, pero sin demasiadas incursiones en las áreas. A Dani Barrio se le vio al cuarto de hora deshacer un deseo de gol de Bellvis y a la media hora de encuentro, cuando más animado estaba el Alcorcón que ya había probado su pizarra a balón parado y tiraba de físico para que la verticalidad de sus ataques metiera en cintura al ordenado Málaga que se replegó, pero no se encerró. Supo nadar y guardar la ropa y con el descanso en ciernes, se estiró cuanto pudo.

En uno de esos ataques, con Matos cercado cerca de la línea de cal de la banda izquierda, a la altura de los tres cuartos de campo, el lateral sacó un centro de calidad dirigido al punto de penalti. Allí caía la pelota y Cristian Rodríguez metió la pierna a riesgo de que toparse con algún zaguero y, sin dejar caer la pelota, la puso cerca del palo izquierdo, imposible para el portero. Un golazo un muto antes del descanso. Una maravilla para celebrar por los balcones e inyectarle confianza al equipo blanquiazul.

Quiso más el Alcorcón tras el descanso. Lógico, el guantazo que lucía en el marcador le hizo entender que quien tenía todo el tiempo el partido donde quería era el Málaga. Pero ya no era el fuelle avasallador el motor que les movía, el juego se embarulló un par de puntos y Meré miró rápido al banquillo para meter más pólvora: doble cambio. Dentro Barbero y Sosa por Belviss y Arribas. Justo antes, Caye había robado una pelota en la banda izquierda y regaló una gran jugada que quedó en poco. Su movilidad y polivalencia se vieron más con Orlando en el terreno. El luso necesita más kilómetros de vuelo, pero conoce el oficio y parece de esos delanteros más bondadosos que egoístas. Bien por él.

Se marchó para que debutara Jozabed cuando el partido no estaba dando mucho rédito a ningún equipo y quedaban 25 para el final. Otro cambio de sistema en el Málaga, que empieza a hacerlo sin pestañear. Si mantiene la concentración, el rival se queda pensativo dos o tres jugadas después de los cambios. Eso fue lo que tardó el Alcorcón en confirmar que tocaba zafarrancho. Al Málaga le esperaba una recta final con más defensa que ataque, volver a probarse calculando cuándo está demasiado encerrado y cómo debe de deshacerse de un rival que cabalgaba hacia la desesperación. El semblante de Escassi y el día sin fallos de Benkhemassa ayudaron a mantener en pie la victoria que estaban construyendo. Las cosas claras, sobredosis de esfuerzo asegurada, nada nuevo.

Los nervios se llevaron a Boateng por delante. Después de un par de ocasiones buenas para él cortó un intento de contragolpe local agarrando a Cristian en la frontal local. Expulsado a seis del final. Sólo le quedó al Málaga no ponerse nervioso y asaltar la banca otra semana más.

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