De aquellos vuelos a Gijón y Valencia

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El Unicaja celebra la Eurocup en La Rosaleda, que cantó de nuevo el "Sandro, quédate" como estribillo

La plantilla del Unicaja posa con la Eurocup en el césped de La Rosaleda.
La plantilla del Unicaja posa con la Eurocup en el césped de La Rosaleda. / Javier Albiñana
J. M. Olías

02 de mayo 2017 - 02:09

Málaga/El 4 de abril coincidían en el aeropuerto las expediciones de Málaga y Unicaja en sendos viajes de trascendencia máxima, a Gijón y Valencia. En los respectivos chárteres había muchos nervios. En juego estaban la salvación y el título de la Eurocup. Jugadores de ambos equipos se hacían una foto común, charlaban y se deseaban suerte antes de embarcar. Y vaya si la ha habido...

El futuro cambió para el Málaga, que viajaba pálido a El Molinón. Una derrota allí hubiera metido en el fango hasta las rodillas a los de Míchel. Sandro cambió las vías del tren. Desde entonces, el Málaga ha ganado 15 de 18 puntos posibles, ha bailado al Barcelona, al Valencia y al Sevilla en La Rosaleda. Con seis goles de Sandro en esta racha fabulosa, casi de Champions. El canario es elegido como icono de esta remontada y en el minuto 19, su dorsal, La Rosaleda tronó para entonar la que será la banda sonora en los partidos que quedan: "Sandro, quédate".

Antes del partido ya había habido gritos de "Campeones, campeones" en La Rosaleda. Iban dirigidos a los gigantes al Unicaja, que en ese viaje glorioso regresó con el título de la Eurocup, que ayer paseó con orgullo por La Rosaleda. Hay mucho futbolero en el vestuario del Carpena. Como Nedovic, que lo mismo sale con una camiseta de Dybala como con otra de Pogba cuando estaba en la Juventus tras un partido. Quienes le conocen dicen que estaba más nervioso ayer que antes de la final. Fogg jugó al soccer en su California natal antes de pasarse al baloncesto. Díez y Suárez son madridistas de cuna, pero tienen buen rollo con jugadores del Málaga, especialmente con Torres el capitán cajista. Omic emula a Cristiano en su "Siuuuuu", pero parece que le va el azulgrana. Y Alberto Díaz, boquerón completo, que antes del partido declaraba en Gol que "es algo muy bonito para nosotros, que haya unión entre el fútbol y el básket es algo bonito de ver y todos nos beneficiamos. Me gusta el fútbol, soy muy malaguista. ¿Que quién me gusta? Camacho, me siento identificado con él por el carácter que muestra en el campo". Con ellos, todos los miembros del equipo, en el que también hay algún infiltrado del rival ayer.

Como en todo derbi regional, también hubo recuerdo no agradable para Sevilla y los sevillanos. No se registraron incidentes y el partido se convirtió en una fiesta para el Málaga y toda su afición, que celebró con mucha efusividad el triunfo. Todo cambió aquel 5 de abril. Se ganó en Gijón y se campeonó en Valencia.

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