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Sandra Caballé, la directora de un emblema turístico de la Costa del Sol
8M | Día de la Mujer
La directiva asegura que la pandemia de Covid-19 le ha ayudado a aprender
Una brecha que se mantiene en el tiempo
Marbella/La dirección del hotel de cinco estrellas Don Carlos de Marbella cambió al frente de una mujer semanas antes de irrumpir la pandemia de Covid-19, con la madrileña Sandra Caballé al frente, que estrenó el cargo asumiendo la etapa más dura que ha padecido la industria turística de la Costa del Sol en los últimos 50 años, un período con "connotaciones negativas del que aprendí muchísimo".
Licenciada como "técnica en empresas de actividades turísticas", lleva ejerciendo diversos puestos de dirección en el establecimiento marbellí desde 2007 tras pasar 7 años en Londres, que considera como su “casa profesional” y donde conoció a “mujeres profesionales muy potentes”. Además, es madre de una menor de 10 años.
En el hotel Don Carlos ha ostentado puestos de liderazgo desde 2007, año en el que llegó a la capital de la Costa del Sol, siendo su primer cargo el de directora en ‘Deluxe Villas’, un concepto basado en “la atención a 24 exclusivas villas” para dar un servicio de alto standing, al que le siguió la dirección de recepción para trasladar el servicio de lujo anterior al hotel, con 240 habitaciones. A ello continuó la “dirección de alojamientos” hasta alcanzar en febrero de 2020 la “general”, que considera como su “pasión”.
La directiva ha aludido a las “barreras mentales que muchas veces nos ponemos nosotras” respecto a los problemas que enfrentan las mujeres a la hora de emprender o adoptar figuras de liderazgo, matizando que “para liderar hay que saber transitar entre las habilidades y competencias que están asociadas socialmente al mundo masculino o femenino”.
En este punto, ha detallado que aspectos como “la empatía, el cuidado o el poder entender al otro” se asocian con el género femenino, mientras que “el liderazgo autoritario, la perseverancia o el desafío están muy ligados” al hombre. “Lo verdaderamente importante es encontrar ese equilibrio y realmente la dificultad nuestra es mantener ese equilibrio de ser muy firme, desafiar y exigir, pero a la vez no perder nuestra personalidad y nuestra esencia de mujer”.
Caballé ha destacado el avance que existe en la actualidad a la hora de “valorar todo lo positivo que tenemos y de ver toda la fuerza que tenemos o de todo lo que somos capaces, eso de que podemos mover montañas cuando realmente queremos. Creo que eso se está poniendo en valor y hay puestos directivos bastante potentes que están dirigidos por mujeres”.
Conceptos como la brecha salarial tampoco son ajenos y ha apuntado a la distinta remuneración que se percibe en los “salarios negociados”, es decir, en aquellos relativos a los cargos de alta dirección, concluyendo que en los casos más elevados “tienen mas habilidades a la hora de negociar o nosotras le damos mas importancia a ese salario emocional del que hablamos muchas veces y que a lo mejor no da tanta importancia el perfil masculino, como el tener un horario o el poder compaginarlo con la vida familiar”.
De este modo, ha incidido en que “las mujeres seguimos teniendo más cargas familiares y es así porque queremos que sea así, y tenemos unas autoexigencias con nosotras mismas muy potentes”. “Queremos ser perfectas en todo y ser la mejor trabajadora, la mejor directiva, la mejor madre o la mejor hija, lo queremos acaparar todo y nos ponemos unas presiones importantes”, ha valorado la directiva, quien ha opinado que bajo este criterio de la perfección “habrá unas cosas que compensarán más que otras y no hace falta ser perfecta en todo”, recalcando que este es un aspecto que “está en nuestro inconsciente y lo llevamos de muchos años” en cuanto al abordaje de las esferas laboral y familiar.
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