El condenado por dejar tetrapléjica a su pareja en Marbella ingresa en prisión, pero por otra causa

Isabel Ruiz quedó tetrapléjica hace más de cinco años cuando saltó por una ventana tratando de huir de su pareja. A partir de aquel momento su vida se truncó, fue encadenando enfermedades que terminaron arrebatándole la vida en 2022. Su mayor deseo era ver al responsable de su estado entre rejas. Aunque no pudo verlo hecho realidad, dese hace un mes Francisco M. L. permanece en prisión, aunque por otra causa: amenazar y lesionar a sus vecinas.

En mayo de 2021, la Audiencia de Málaga ya lo condenó a ocho años de prisión por un delito de intento de homicidio contra su ex pareja sentimental. En febrero del pasado año, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ratificó el fallo, aunque desestimó la circunstancia agravante de género y redujo la pena a siete años. Después de que al agresor recurriera ambas sentencias, el caso se encuentra aún en manos del Tribunal Supremo y Francisco aguardaba en libertad hasta hace apenas unas semanas.

Durante estos últimos años, sus vecinas -madre e hija- también han iniciado procedimientos judiciales contra él: más de una decena por delitos de amenazas, lesiones y quebrantamiento de medida cautelar. "Ellas fueron testigos de cargo en el juicio por el caso de Isabel y desde entonces les ha hecho la vida imposible", señala Manuel Novella, abogado de las afectadas, al tiempo que asegura que no cesará en su empeño por cumplir la voluntad de la fallecida.

Era sábado, de madrugada. 2 de septiembre de 2023. Francisco golpeó la puerta de su vecina, que se encontraba con su madre. Él lo sabía. Accedió al interior de la vivienda y "con intención de menoscabar su integridad física" la golpeó causándole hematomas en el codo derecho, según ha quedado probado para el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella, que lo condena por estos hechos.

También amedrentó a la hija de la herida, reza la sentencia -a la que ha tenido acceso este periódico-. "Abre que te tengo que matar", le dijo en la puerta del domicilio, provocándole así "gran temor y desasosiego". Francisco fue interceptado por los agentes en la puerta de la vivienda portando un machete de grandes dimensiones. Si bien, este no era el primer episodio violento que las mujeres vivían con el condenado. De hecho, ya pesaba sobre él una orden de alejamiento con respecto a una de ellas.

Por el quebrantamiento de medida cautelar, el juez acordó ocho meses de multa a razón de una cuota diaria de diez euros, por de lesiones leves a la pena 20 días de multa con una cuota diaria de diez euros y por el de amenazas a cuatro meses de prisión. Aunque la condena privativa de libertad quedaba suspendida a dos años, el Juzgado de lo Penal número 10 de Málaga ordenó el pasado 1 de diciembre su ingreso en prisión por no pagar la multa correspondiente al quebrantamiento de orden de alejamiento.

"Te voy a meter dos tiros"

El 12 de enero del pasado año, meses antes de los hechos relatados, la vecina le pidió a Francisco que no se enganchara al contador del agua, ya que le perjudicaba a ella directamente. "En actitud agresiva y violenta", éste le respondió amenazándola de muerte una vez más. Pero, esta vez, la vecina de Francisco no cerró la puerta -como tantas veces había hecho-, sino que requirió a una patrulla de la Policía Local de Marbella, que se personó en el lugar. "Te voy a meter dos tiros", volvió a pronunciar supuestamente el individuo en presencia de los agentes, que procedieron a su detención por un delito de amenazas graves.

Asimismo, la denunciante explicó a los agentes que era la tercera vez que el supuesto agresor se enganchaba de forma fraudulenta al suministro de agua, produciendo fugas en los contadores. Según consta en la denuncia, los policías verificaron en el acto lo manifestado por la mujer, por lo que también está acusado de un delito de defraudación de fluido eléctrico. Además, comunicaron la anomalía a la empresa responsable para que se personara en el lugar y subsanara el enganche fraudulento.

Tras trasladar diligencias a la Comisaría de Policía Nacional de Marbella, que abrió un nuevo atestado, el caso pasó a disposición judicial. Así, el Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella, en funciones de guardia, acordó la prohibición de que el denunciado pueda acercarse a la denunciante, a su domicilio o lugar de trabajo, ni a menos de 20 metros de la misma, del mismo modo que tampoco puede mantener comunicación alguna con ella por cualquier medio.

Dos días después de aquel episodio, la afectada presentó otra denuncia ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella. Explicó que Francisco M. L. protagonizó una pelea en el interior de su vivienda con otras dos personas hacía cinco meses. Una discusión que, siempre según la denunciante, comenzó a escalar hasta tal punto que una chica gritó pidiendo auxilio y manifestado que el morador del domicilio la quería matar.

Alertada por el ruido, la vecina exigió al supuesto agresor, a través de su ventana, que cesara de pegarle a la joven y que "dejara a la gente vivir tranquila". La respuesta de éste fue una proliferación de insultos; a continuación, se personó en la puerta de su vivienda. Ella le abrió y fue entonces cuando se percató de que poseía, según su versión, una pistola con la que segundos más tarde supuestamente le apuntó mientras la amenazaba de muerte: "Perra, que cojo y te meto dos tiros ahora mismo".