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Operación 'Western'
La Policía Nacional ha desarticulado en la provincia de Málaga a una organización criminal liderada por exmilitares de países de la antigua Europa del Este armados y con altos conocimientos en maniobras de asalto, a los que se atribuyen 71 robos con fuerza en viviendas y establecimientos en la Costa del Sol desde 2021 -principalmente en zonas de lujo de Marbella-, en una operación que se ha saldado con 6 detenidos por su presunta responsabilidad en los delitos, incluido el líder de nacionalidad albana, de los cuales 4 están en prisión, según ha informado este miércoles el inspector jefe de la Brigada local de la Policía Judicial de Marbella, Javier Santos.
Así lo ha destacado en una rueda de prensa, en la que ha dado a conocer los detalles de la operación ‘Western’, donde ha estado acompañado por el comisario provincial, Enrique Barón, el comisario de Marbella, José Manuel Rando, y el inspector jefe del grupo de robos de la Policía Judicial de Málaga, Manuel Velázquez.
Según ha detallado, la investigación se inició en marzo del pasado año y culminó el 18 diciembre -aunque continúa abierta-, cuando se detectó una “mochila cargada con todos los artilugios” en un “zulo” localizado en Artola (Marbella), aunque ha especificado que la organización ha cometido robos desde 2021, sumando un total de 71. Este espacio era usado por la organización como “punto de seguridad”, en el que guardaban el material sustraído y el equipamiento para cometer los robos.
Tras ello, el operativo articuló el dispositivo de detención, dirigido por el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella, una fase que se saldó con la detención de seis personas, incluido el líder de nacionalidad albana, por su presunta responsabilidad en los delitos de robo con fuerza, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales, habiéndose decretado el ingreso en prisión de cuatro de los investigados.
El jefe de la Brigada local de la Policía Judicial de Marbella ha señalado que los 6 individuos contaban con “formación militar” y usaban “medidas extremas” desde el momento en el que elegían sus objetivos de manera “escrupulosa”, principalmente zonas de “nivel adquisitivo alto” y en muchos domicilios de “tipo turístico” como “casas y chalés, plantas bajas y primeros pisos” de los que “la mayoría estaban cercanos a campos de golf”. Ello “les facilitaba un acceso de difícil control para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y un anonimato a la hora de ejecutar la huida”, ha indicado. Los autores “operaban entre las 19:00 y las 22:00 horas”, coincidiendo cuando “las familias salían a cenar”, ha agregado.
En cuanto al modus operandi, ha indicado que operaban “siempre en presencia del líder de la organización”, utilizando vehículos eran facilitados por “una empresa en Málaga que se dedicaba a la compraventa” que posteriormente recibía “las mercancías sustraídas y le daba salida”; siendo usados los coches para “buscar los objetivos y detectar las cámaras de seguridad” del entorno.
Para llegar a esos puntos, ha destacado que los miembros usaban “medidas extremas de seguridad”: “El conductor recogía al líder de la organización, se dirigían hacia zonas montañosas, paraban el coche en la mitad de la carretera para detectar si eran seguidos, y circulando por la Autopista se paraban por los arcenes esperando 15 minutos para detectar si alguien les seguía”, ha dicho.
A la hora de perpetrar el robo, Santos ha señalado que los individuos usaban “técnicas militares”, con un “reparto muy claro de las funciones con un conductor que trasladaba a los autores al punto del hecho”, así como la existencia del “zulo” de difícil acceso y escondido entre la hojarasca, donde “guardaban el material que utilizaban en los robos y el que obtenían como botín”. Allí eran trasladados los miembros de la organización el día del robo para cambiarse de “vestimenta” y hacerse con el “material necesario” para perpetrarlo.
Según ha detallado, ya en los domicilios de las víctimas “el conductor hacia rondas de seguridad una vez que se habían inutilizado las cámaras de seguridad del entorno, por el equipo comunicaba posibles incidencias, ejecutaban las acciones en tiempo de entre 3, 7 o 10 minutos como máximo” y tras perpetrar el robo, los individuos eran “recogidos por el conductor, y volvían a ese punto de seguridad donde se volvían a cambiar hasta las botas y dejaban en el zulo el botín enfriando por si eran detectados”.
Entre el material incautado, fruto de las diligencias practicadas, los agentes han intervenido 169 piezas de joyería, relojes de marca, bolsos y otros efectos de marca de reconocido prestigio, una pistola utilizada en los robos, una escopeta de fuego real y otra simulada, una defensa extensible, un puño americano, equipos de transmisiones, indumentaria específica para los asaltos -botas, pasamontañas y guantes-; un machete de gran tamaño, herramientas propias para el robo con fuerza como palanquetas, radial y taladros; material informático y 8.700 euros en efectivo, entre otros efectos.
El jefe de la Brigada local de la Policía Judicial de Marbella ha señalado que los primeros robos se produjeron en establecimientos, destacando “el nivel de profesionalidad” con el que actuaban los autores, aunque varios indicadores hicieron sospechar que se trataba de un grupo criminal con acciones rápidas, “equipados como auténticos profesionalmente, con equipos de transmisiones o un arma que siempre portaban en los laterales de la cintura”.
El 5 de abril del pasado año la investigación tuvo un “punto de inflexión”, al ser parado en un control de la Policía Nacional un vehículo en Estepona con “un conductor de nacionalidad búlgara” y que 40 minutos después volvió a ser “controlado” con otros dos individuos de nacionalidad albanesa. Según ha indicado, el grupo criminal dejó de operar durante 4 meses hasta agosto, aunque la identificación de los individuos permitió relacionar el caso con otros hechos cometidos en Estepona, lo que generó la apertura de “dos líneas de investigación”, detectándose “18 o 19 robos en esas circunstancias, 4 de ellos con violencia” desde 2001.
En el marco de la operación se ha llevado a cabo media docena de registros, uno de ellos en Fuengirola, dos Málaga, uno en Mijas y otros dos en Torremolinos. Según las pesquisas, la organización estaría tras la consumación de 64 robos en Marbella -58 en domicilios y otros seis en establecimientos-, además de otros siete hechos delictivos en Estepona, Málaga y Torremolinos. En total, 71 robos esclarecidos –cuatro con violencia o intimidación, al verse descubiertos los autores por los moradores-.
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