El jeque del Málaga culpa a una 'mano negra' de no haber hecho el puerto de La Bajadilla
La Junta le retiró la concesión en 2016 y tenía para la marina prevista una inversión de 100 millones de euros, aunque él la amplía a los 520 millones
Seguí se desvincula de la torre del puerto de Málaga por discrepancias con los promotores y tras la llegada de Chipperfield
Una suerte de mano negra. Es lo que ve el jeque del Málaga C.F., Abdullah Al Thani –aunque la propiedad del club está dirimiendose en tribunales– tras la caída del proyecto de ampliación del puerto marbellí de La Bajadilla. Fue hace ocho años, en 2016, cuando la Junta de Andalucía le retiró la concesión de la marina, seis después de que la obtuviera.
Para la misma estaba prevista una inversión de, al menos 100 millones de euros, que Al Thani ahora eleva hasta los 520 millones–asegura que se hubiera hecho en dos fases, una primera de 250 millones para la infraestructura básica y una segunda por los 270 millones restantes para desarrollar las áreas traseras y "convertir el puerto en un destino global"–, pero fueron los numerosos y graves incumplimientos los que obligaron a la adminsitración a resolver el contrato con el empresario catarí.
No es como lo ve el jeque, que ha asegurado en hasta once tuiteos con el mismo contenido que "la manipulación y la mala gestión de ciertos actores impidieron que pudiera hacerse realidad" el proyecto que tenía "el potencial de crear miles de empleos directos e indirectos, impulsar empresas locales y fortalecer la economía de la región". Fueron, según el empresario, unas "campañas" las que probarían que "existen fuerzas que buscan obstaculizar cualquier contribución positiva que intento hacer en la región, ya sea en infraestructuras o en deportes".
"A pesar de todo", continúa, su compromiso "con los proyectos de desarrollo y la comunidad andaluza sigue firme", a lo que añade la petición de una "investigación internacional independiente".
Lo cierto es que desde Puertos de Andalucía apuntaron al no inicio de las obras en la marina y el impago del canon comprometido en los ejercicios 2015 y 2016, con una deuda que ya superaba el millón de euros. A esto se suma que la empresa Nas Marbella llevaba ya más de cuatro años de retraso en la presentación del proyecto de intervención, otro de los requisitos esenciales del acuerdo.
La concesión otorgada al jeque estuvo marcada por las incumplimientos acumulados, principalmente, por su reticencia a acometer la inversión. Se dio un retraso en la entrega del proyecto superior a los cuatro años, a pesar de los requerimiento realizados por la Administración autonómica. A la fecha de la resolución, no se tuvo conocimiento siquiera, a pesar de los numerosas y reiteradas solicitudes, del equipo redactor ni de la progresión de los trabajos.
Con quien parecía que iba a redactar el proyecto, el arquitecto afincado en Málaga José Seguí, también tuvo un encontronazo jurídico que derivó en una sentencia desfavorable al jeque. Fueron 4 millones los que le condenó el tribunal a pagar a Seguí y sus asociados, en aras de un contrato que sellaron en 2011 y que constaba de dos partes. La primera fase previa a la concesión administrativa del puerto era de asistencia técnica para participar en la licitación. Otra posterior a la concesión, si la sociedad del jeque resultaba adjudicataria, para ejecutar la ampliación del puerto.
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