Mecenas de artistas, figurante de la serie Don Quijote y besador de los pies de María Auxiliadora

Corredor lento, arquero cegato, pésimo estudiante con diagnóstico de atención dispersa, viajero autista, afortunado inútil para el ejército, vendedor de discos y de libros, afónico locutor de la radio del Movimiento, actor mediocre de mediocres cortos, figurante a las órdenes de un ganador del Oscar, así se presenta José Manuel Rivera Liébana, conocido como Jotta.

—Un día vinieron del Opus Dei al colegio a captar cerebros para ver quién podía ir a la Obra. No di la talla. Nos hicieron un estudio psicológico muy detallado y me salió: de atención dispersa, que estaba en Babia.

De joven viajó a Suecia para solicitar asilo político y librarse de la mili del ejército franquista, pero no lo consiguió.

—Pasé cuatro meses de fiestas de verano. En el ejército me rechazaron, me consideraron inútil por las dioptrías. Fui a la vendimia en La Rioja y me quedé en Madrid esperando la muerte de Franco en El Pardo, pero vine un par de días antes. La casa de discos me enviaba el material para abrir mi tienda FM en Navidad, la abrí el 3 de enero. Fui vendedor de discos de jazz, de música clásica y de rock. Los libros no se vendían, me quedé solo con los discos, cuando salieron los compactos tuve que liquidar y lo dejé tras nueve años. En la radio sindical iba a pinchar discos durante el franquismo, teníamos hasta cuatro horas diarias de programa con estudiantes para hablar de distintos temas, hasta que el director de la radio me dijo que allí solo podían hablar los periodistas, que nosotros estábamos cometiendo intrusismo.

Cuando Paco Álvarez estaba en el área de cine club de la Universidad Popular su guión fue seleccionado para hacer un corto donde participé, Hechizos y conjuros. El mundo de arte, con poetas, pintores o el cine no da más que satisfacciones. Ni siquiera optamos a algún premio, yo he pintado, he hecho algunas fotos e ilustrado algunos libros.

Marianne Nilsen hizo un casting para la miniserie Don Quijote, coproducida por Telecinco, que estaba dirigida por Peter Yates. (El cineasta británico, nominado cuatro veces a los Oscar, que en su primera película estadounidense, Bullit, ganó la estatuilla al mejor montaje). La producción se grabó en Ronda y alrededores, y algunas tomas en Puerto de la Duquesa (Manilva). Yo formaba parte de un grupo de teatro que raptaba a Don Quijote, que protagonizaba John Ligthgow, un tipo muy grande (1,93 metros), cuando lo apresamos me rompió las gafas que llevaba en el bolsillo de la camisa, actuaban también Isabella Rossellini y Bob Hoskins.

Frustrado guardián bajo los luceros, cantor de rosarios de la aurora, besador de pies de María Auxiliadora, expulsado del paraíso del coro.

—Mis padres me enviaron a estudiar a los Salesianos de Ronda, pase ocho años en el colegio del castillo de Ronda y la iglesia de María Auxiliadora. A la virgen se le besaba los pies. He vuelto al colegio, que ya está cerrado, los exvotos los fundieron para ponerle a la imagen los pies de plata, pero los metales preciosos ya no estaban. Los pies los vi muy limpios. Entonces se cantaba el rosario de la aurora. A los mas pequeños los levantaban a las seis de la mañana y lo paseaban por la Ronda vieja, rodeados de las beatas, vestidas de negro, para cantar: Los que van al rosario no pasan frío/ los que están en la cama están arrecío, y desde alguna ventana un vecino le respondía: sigan sudando.

Me quitaron del coro, me mandaron a la calle porque no lo hacía bien. Mejor sacarlo, ordenó el director, aunque fuera feo. En la plaza de la iglesia, hacia el castillo, había una verja ajardinada y la cruz de los caídos. El 20 de noviembre se hacía una guardia bajo los luceros, con chicos con uniforme de la OJE, yo quería pasar una noche allí, quedé frustrado porque mi madre no me dejaba. Comencé a estudiar psicología y luego historia del arte, naufragué en las dos, porque yo era muy superficial. Mi familia ha tenido una compasión incomprensible.

Fenicio temerario, patrón de galápago, forjador de naufragios, invitado temporal de la Gendarmerie Royal de Tetuán, arquitecto quitatiesto, amador huidizo, padre irresponsable, saltador de zancadillas, marquetero de reciclaje, colgador de cuadros ajenos, mecenas pobre, fotógrafo del reencuentro del amigo.

—Tenía un barco de 5,5 metros de eslora con motor intraborda, Galápago, pase por el Estrecho como los fenicios, que desde siempre fueron mercaderes. De aquí a Cabo Negro (Marruecos) no hay más que cien kilómetros en linea recta. En el río Martil, a unos diez kilómetros de Tetuán (Marruecos), hubo una recogida de alijo, la arena impedía poner en marcha el barco, no funcionaba y nos cogieron. Pasé una temporada allí hasta que al final me declararon inocente y cargaron contra quien lo había organizado. Yo llevaba el barco, a mí y a la novia del organizador nos consideraron secuestrados, que habíamos sido raptados. Mi familia no se enteró, volví para navidad y allí se quedaron con el barco.

Jotta es el mecenas pobre que ha ayudado a varios artistas invitándoles a comer, los llevaba de viaje o los alojaba en su casa. El pintor argentino Esperilio Bute fue uno de sus huéspedes.

—Estuvo aquí, viviendo en casa, El Bute es historia del arte, pertenecía al grupo Espartaco, que en la dictadura argentina iban a por ellos, vinieron varios. Bute no estaba de acuerdo con vivir del arte. Era un intransigente con la sociedad de consumo, podía dormir en cualquier casa. Con un grupo de gitanos iba a pintar fachadas de viviendas y les daba un poco de hachís para que acabaran más rápido. Vivia humildemente, era muy bueno. Acabó en los bungalós Tahití, que estaban abandonados, sin agua ni luz, miserablemente, detrás de la venta Los Pacos.

En 1992, el mismo día que Gil, como alcalde, inauguraba el Museo del Grabado de Marbella, en la galería Manuela Vilches, también del municipio, se presentaba la exposición Bute en Blanco y Negro.

—En Madrid coincidí con Martín “Poni” Micharvegas – seudónimo de Luis María Martínez Cornaglia – y le dije que conocía a un compatriota suyo, El Bute. Cuando hubo una exposición de Balthus en el museo Reina Sofía, fui con El Bute y nos encontramos con Poni, que vivía en la torre de Madrid, en plaza España, pasamos por un cine y vi un cartel Reencuentro de amigo. Los puse ahí a los dos y les hice una foto. Cuando venía a Marbella se quedaba unos días en casa.

Poni era un poeta, músico, pintor argentino, además de médico y psicoanalista. Fue un activo animador cultural de las décadas de los sesenta y setenta en su país, hasta que tras el golpe militar de marzo de 1976 se vio obligado a exiliarse en España. Publicó una quincena de libros. Eduardo Luis Aute le prologó Narrenturm, donde lo calificó de poderoso poeta, a quien sostenía que: Si hay hambre, no hay hombre.

Jotta colaboró con el pintor madrileño Ángel Baltasar en La torre de la igualdad, una obra de 8 por 3,60 metros que no se hizo sobre un lienzo, sino a lo largo de tiras de tejidos de diez centímetros de ancho que utilizaba una máquina.

—Hacer esta obra llevó mas de cinco años. Una vez acabada se cambiaban las cintas de lugar para darle movimiento a la pintura, un edificio parecía que eran tres. Participé en casi todas las sesiones de la obra, que está en un pueblo de Toledo. La familia no tiene decidido que hacer con ella, Fran Fargas está haciendo un documental sobre Angel, que murió hace dos años. La obra se presentó en Madrid, en Toledo, y en Murcia y Caceres, de donde provenían sus padres. En el Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, donde Ángel estuvo ingresado, hay una réplica de once metros. Él tuvo una época taurina, hizo La muerte de El Yiyo, y Par de España para representar el cainismo y las banderillas, el enfrentamiento de dos ideologías. Se interesó también por el arte flamenco y pintó a partir de vídeos de Cañadú, que veíamos aquí.

“Lo que parecía un disparate, quemar la obra, fue lo más interesante de cuantos me he propuesto. La aspiración a crear una ceniza que contuviera mí expresión directa y que además resistiese sin desintegrarse el salto que había que dar desde la llama hasta la mesa, que una vez se dieron casualmente” , recordaba Baltasar en su exposición Políptico de la Liberté.

—La pintura con las cenizas nació en esta casa. En un rollo de papel para decorar paredes empezó a pintar con tinta roja y se arrojó una pintura a la chimenea que la recogimos con una pala y protegida con un cristal. Creó más de doscientas piezas que componen su obra en este estilo.

Sembrador de sueños de humo, fundador de museos imaginarios, buscador tímido de creaciones ocasionales, marioneta del proceso creativo, diletante indeciso, parco en palabras, anárquicamente ordenado, pensador ausente, botarate superficial, navegante en la montaña rusa de la vida, amigo de sus amigos y amante de la libertad.

—El jardinero del vecino se quedó sorprendido de las plantas que alcanzaban los cinco metros de altura, asomaban por encima de la tapia y la gente se las llevaban, tuve que poner rejas. Empecé con trece plantas de hachís xátiva el primer año, el segundo se dio muy bien y ya tenía cien, luego se hicieron obras en la casa y las tuve en macetas. Igualmente saltaban las paredes para robar los cogollos, entonces lo dejé. Me daba para fumar y cambiarlas por cuadros, hacía trueques. La lucha contra la droga es ridícula y está perdida. Los que la llevan a cabo lo saben y hay muchos implicados. A los que pillan, los que pierden son los peones no los grandes traficantes, porque tienen mucho poder, se tendría que legalizar.

No me gusta como ha crecido Marbella a causa del turismo y de la apariencia. Me quedo con la belleza interior. La farándula me tira para atrás. Los Choris me venían de largo. Aunque para la economía local puede ser muy bueno y si esto no hubiera pasado tal vez nos lamentábamos. Los años 50 era Edgar Neville, Ana de Pombo, ahora está muy masificado e impide disfrutar todo, que es mucho lo que se puede.

Jotta es el resultado de la deconstrucción de un tal José Manuel Rivera Liébana que, a la par que iba dejando atrás el lastre de su educación, se convirtió primero en “JM”, Rafael Alberti lo dejó solo en “J”, para terminar renaciendo de la mano de Ángel Baltasar, quien debió pensar, no sin guasa, que si Picasso tenía doble “S”, por qué este otro malagueño de Marbella, no podía tener doble “T”.

La Casa del Corregidor, donde nació y se crió Jotta es de 1555, está en la plaza de Los Naranjos y es un ejemplo del estilo gótico mudéjar tardío, según lo describe Francisco Moreno en su libro El Centro Histórico de Marbella: Arquitectura y urbanismo. La pervivencia del conservadurismo, de las tradiciones medievales, por las características de su fachada. Sobre la portada principal de piedra arenisca, propia de la zona, se abre un balcón, por encima, un alfiz suspendido, labrado en su interior.

A los lados dos pequeñas hornacinas y por debajo de éstas dos escudos idénticos cuartelados.

—Es esta casa abrí un bar con mis hermanos, durante dos años, que después lo alquilé. La gastronomía es un mundo esclavo, le dejé que lo lleve un grupo profesional. Y aquí, en una noche de calor, que dormíamos con las ventanas abiertas, afuera en la plaza se oía un follón. Me asomé y vi a un tío con dos tías a las que las metía en la fuente. En la plaza también estaba el arresto municipal con el guarda El Potaje, un tipo de mal carácter, que cuando en un bar lo veían entrar inevitablemente se comentaba: mal el potaje. Con la porra en la mano apaleó al pobre rubio y se lo llevó al calabozo. El detenido quería explicar quién era pero El Potaje no se detuvo. A la mañana siguiente un abogado consiguió su libertad, se trataba de Brian Jones, el músico británico, fundador y líder de los Rolling Stones en su primera etapa.