En Marbella nació el romance saudí

Al igual que los personajes de la nobleza europea y del celuloide, que atrajo Hohenlohe, su presencia fue determinante para crear la fisionomía turística del municipio

Sunil Wadhwani, un refugiado de lujo en la Costa del Sol

La Mezquita Abdulaziz Al Saud. / M. H.

Adnan Kashoggi fue el primer árabe en pisar España después de casi cinco siglos de la expulsión de los musulmanes por parte de los Reyes Católicos, hacía gala su secretario Jaime de Mora. Aunque a Kashoggi le gustaba más presumir de haber sido él quien trajo al príncipe Fahd bin Abdulaziz y con este a la familia real saudí a Marbella. Le habló tanto de las bondades del lugar hasta conseguir persuadirlo para que cambiara su residencia veraniega del Principado de Mónaco por Marbella. Le prometió mucha diversión a un príncipe, con fama de playboy, que acumulaba tantas noches de casino en Montecarlo, que alguna se alargó más de la cuenta como para dejarse allí seis millones de dólares, según los números de The New York Times o salidas a cabarés en Beirut de los que conocía a las bailarinas por su nombre, precisaba la revista Time. En Marbella también fue un asiduo de su casino hasta que le tocó asumir las funciones de rey. Entonces abandonó la vida mundana y sustituyó hasta el tratamiento de Su Majestad por el de Custodio de las dos Sagradas Mezquitas: La Meca y La Medina. Las relaciones de España con el reino saudí nacieron en Marbella de la mano del príncipe Fahd hace medio siglo, que el rey Juan Carlos se encargó luego de mantenerlas bien aceitadas.

–En los años setenta teníamos que ir los fines de semanas a la sierra de Ronda, convocábamos una reunión en la que participaban el alcalde y el farmacéutico del pueblo, para reclutar jóvenes a los que se le ofrecía formarlos para trabajar en los hoteles de Marbella, rememora Leonardo Llorente, antiguo director de la primera escuela de hostelería de España. A muchos de los alumnos tenían que suavizar las manos callosas untándole glicerina o enseñarle a calzar zapatos. Las deficiencias en formación que se sufría aquí los primeros años del turismo se compensaba con la simpatía de los trabajadores. 

En esos tiempos lo que urgía era dar una respuesta a la demanda de personal de sala ante la creciente oferta hotelera. Esta escuela ya no existe, las de hoy se especializan en formar cuadros directivos. Y la demanda proviene ahora de Arabia Saudita. Desde hace dos años su Gobierno manda a doscientos jóvenes a cursar en Marbella un máster ejecutivo en dirección hotelera internacional de la escuela Les Roches. El Ministerio de Turismo saudí se propuso abrir el país a los visitantes internacionales con el objetivo de alcanzar para 2030 cien millones de turistas a los que espera ofrecer además de sol y playa, lugares religiosos, culturales, patrimoniales, grandes eventos de ocio y de negocios. 

El sobrino del rey Fahd, el príncipe heredero Mohamed bin Salman, hace ocho años puso en marcha un agresivo plan, Visión 2030, para diversificar la economía del país dependiente del petróleo. Es de hecho el gobernador de Arabía Saudí ante la enfermedad de Alzheimer que padece su padre, el rey Salman, considerado en sus tiempos de príncipe un vecino más de Marbella.  

Mohamed bin Salman, con un billón de dólares del Fondo Soberano Saudí, se reparte participaciones en decenas de empresas americanas que cotizan en Bolsa o se hace con el 9,9% del capital de Telefónica, por 2.100 millones de euros, para convertirse en su máximo accionista. El plan hace una fuerte apuesta por el turismo. Han firmado acuerdos con las cadenas hoteleras de la talla de Hilton, Hyatt o Accor para contar con alojamientos de lujo de siete estrellas y una oferta de medio millón de habitaciones. A las que el próximo año le sumarán la linea aérea Riyadh Air para conectar la capital con más de cien destinos internacionales. y que los ingresos por turismo ingresen al Estado hasta un 10% del PIB, para triplicar el tres por ciento actual

Graduación de alumnos de Arabia Saudí en Marbella. / M. H.

Cuando Kashoggi llamó a Alfonso de Hohenlohe para que le procurara una treintena de habitaciones donde alojar al príncipe Fahd de Arabia Saudita y su cohorte, el Marbella Club no disponía de tal número de camas en sus instalaciones pero sí Incosol, el hotel que Francisco Franco acababa de inaugurar.

El conde Rudi Schoenberg, historia viva de Marbella, recuerda que Kashoggi acompañaba a Fahd en un vuelo que éste hacía en su avión privado de Londres a Mónaco. Tanto le había hablado de Marbella que el príncipe tuvo curiosidad por conocerla.

Hohenlohe no desperdició la ocasión para enseñarle el Marbella Club. Fahd se quedó encadilado cuando una mañana desde el pequeño hotel pudo observar Sierra Blanca. Dicen que le pareció lo más cercano a un paraíso y que le recordó la Tierra Santa. Al poco tiempo el consulado saudí movía los hilos para obtener las permisos y levantar un palacio. Al lado el príncipe Salman mandaría a construir la mezquita.

El equipo de arquitectura TAM, que formaban Angel Taborda y Victoria Gauna, reivindica la autoría del estudio y desarrollo del proyecto.

–Recuerdo que el primer proyecto que presentamos tenía una cúpula redondeada de color dorado, no les pareció, querían que fuese blanca y nos remitieron como modelo La Gran Mezquita de la Meca, la más grande del mundo y lugar de peregrinación de los musulmanes, explica la arquitecta Victoria Gauna. 

La mezquita ecléctica, de estilo neo árabe contemporánea, occidentalizada, hacía un guiño, una copia a las almenas del antiguo Ayuntamiento. El edificio que optó al prestigioso galardón de la fundación Agha Khan, señala Francisco Moreno, autor de Gran arquitectura de la Costa del Sol, quien recuerda su inauguración como un acontecimiento nacional y un acto de la diplomacia internacional.

La Mezquita del Rey Abdulaziz, abrió sus puertas en agosto de 1981, era el primer templo musulmán construido en España desde el Califato de Córdoba. Para algunos un testimonio de la estrecha relación que la familia real saudí trabó con Marbella. Dispone de una biblioteca que se puede considerar un centro de estudios islámicos, cuenta con más de treinta mil libros, que versan sobre el Islam, literatura árabe andaluza, historia y civilización de la época del califato cordobés. 

Kashoggi tenía una finca de miles de hectáreas, sus legendarias fiestas se sucedían de la mansión, donde hoy se levanta una urbanización de lujo, al yate tachonado en oro anclado en Puerto Banús. Se le consideraba el hombre más rico del mundo. La familia real saudí vino aquí gracias a mí, se ufanaba el multimillonario traficante de armas, cuyo padre había sido médico personal del antiguo rey Jálid Abdulaziz, medio hermano de Fahd.

Don Juan Carlos I en Botswana. / M. H.

Al igual que los personajes de la nobleza europea y del celuloide, que atrajo Hohenlohe, la presencia saudí fue determinante para crear la fisonomía turística de Marbella. La llegada del rey Fahd y sus estancias acompañadas de su interminable séquito prendían más en la economía real que las leyendas sobre el reguero de propinas y donaciones que dejaba a su paso. Aunque algunas de estas fueran verdad. En su segunda visita donó al Ayuntamiento 2 millones de dólares para la construcción de un puñado de viviendas sociales, que se levantaron en la zona más deprimida del municipio y le recuerdan con su nombre. Muchos años después puso el dinero para equipar una sala de hemodinámica para enfermos de corazón en el hospital de la localidad, unos 900.000 euros. Para su fortuna personal, que se cifraba en unos 18.000 millones de dólares, esto podía resultar calderilla. A su muerte , acaecida en 2005 el Ayuntamiento declaró tres días de luto por la desaparición del rey y acordó la concesión del título de hijo adoptivo de la ciudad.

El rey Juan Carlos nunca visitó oficialmente Marbella, aunque sí lo hizo en más de una ocasión al palacio saudí. La replica de la Casa Blanca estadounidense que mandó a construir su amigo Fahd en lo alto de un cerro de la Milla de Oro después de quedar fascinado por el paisaje que le enseñó Hohenlohe. Allí se reunió con el antiguo rey saudí y su también amigo el príncipe Salman. A éste se le considera impulsor del contrato de construcción del AVE entre La Meca y La Medina, El mayor acuerdo logrado por empresas españolas en el extranjero, 6.736 millones de euros, firmado en 2011 con el rey Abdullah.  

Este contrato puso entonces al rey Juan Carlos contra las cuerdas y bajo la lupa de la Justicia por el trasiego de supuestas comisiones. Aunque el final de su reinado lo marcó una fotografía. La de un elefante moribundo, publicada en la web de Jeff Rann, el organizador de safaris en Botsuana, cuando comenzó a circular en Twitter hasta hacerse viral. Irónicamente ocurrió un 14 de abril, día en que se conmemora la proclamación de la Segunda República. Los usuarios descubrieron entonces una poderosa herramienta, que ponía en cuestión el poder de la prensa y dejaba a las instituciones con las vergüenzas al aire. El administrador de las empresas de la familia real saudí y hombre de confianza del palacio marbellí, Mohamed Eyad Kayali, había sido quien invitó al rey Juan Carlos a su última cacería

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último