Tres peligrosos criminales italianos, Ciro Marigliano, Stanislao Marigliano y Michele Sannino, acusados de tráfico internacional de droga y de pertenecer a la Camorra, mafia napolitana, fueron detenidos en Marbella en una operación realizada por la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) y la policía italiana, informó hoy el ministerio de Interior de Italia en un comunicado.

Ciro Marigliano estaba siendo buscado desde julio pasado por intento de asesinato y fue detenido cuando se encontraba en la calle con su esposa. Su detención permitió continuar la investigación, que condujo pocas horas después a la de Stanislao Marigliano y Michele Sannino, "buscados por delitos graves relacionados con el tráfico internacional de drogas y por asociación criminal camorrista", precisa la nota.

"La detención de tres peligrosos fugitivos representa un duro golpe al crimen organizado, resultado de una cuidadosa actividad investigativa y una extraordinaria colaboración. La determinación y la alta profesionalidad demostradas por los policías de Nápoles y las autoridades españolas, ponen de relieve una vez más la capacidad del Estado para combatir eficazmente las organizaciones criminales más insidiosas", señaló el ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, citado en el comunicado.

Asimismo, agregó que el resultado de la operación "confirma el compromiso constante de este Gobierno para garantizar la seguridad y la legalidad, también mediante el refuerzo de la cooperación internacional".

El juego del escondite de los prófugos

Tienen un denominador común: casi todos, son elementos peligrosos, con identidades falsas y algún retoque estético -como Chichi, el prófugo polaco cazado hace unos meses que se puso pelo y brackets en su nueva vida en Marbella-. Tienen, casi todos, un amplio currículo delictivo y viven obsesionados con ser invisibles. Pero lo consiguen solo durante un tiempo. Así es el juego del escondite de los huidos. El último de ellos que también había elegido como refugio la Costa del Sol ha sido arrestado hace solo unos días en la urbanización Calypso de Calahonda, en Mijas. La Policía Local descubrió que aquel individuo que intentaba darse a la fuga se ocultaba por delitos de sangre. Estaba buscado en Irlanda, el país que le vio nacer, por la comisión de un asesinato y un homicidio.

Con una Orden Europea de Detención y Entrega, su rastro se había evaporado, sorteando a los cuerpos y fuerzas de seguridad con la certeza de que, si lo descubrían, entraría en prisión para cumplir condena. Tuvo que sucumbir. El individuo, fugado de la justicia irlandesa, fue trasladado hasta los calabozos de la Guardia Civil para su posterior extradición, según ha podido saber este periódico de fuentes policiales.