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Este titular podría ser digno de una película de ficción pero es una historia real que sucedió hace un año a una familia de Inglaterra pero que a día de hoy siguen recordando en las redes sociales. Ella es Rachel Fitzsimons y vive en Warrington, una ciudad del condado del Cheshire, junto a su gato Frankie de 15 años.
Cuando tenía 14 años se escapó de su hogar y la familia empezó una intensa búsqueda por toda la ciudad: "Lo buscamos por todas partes y había mucha gente involucrada. El tiempo estaba horrible, así que sabíamos que Frankie volvería a nuestro hogar si pudiera", relató Fitzsimons al portal Insider.com.
4 días después Rachel y su marido hicieron un recorrido por la autopista en coche cuando de repente vieron el cuerpo de un gato que estaba decapitado: "Se parecía a Frankie. Mi esposo se bajó, caminó por la banquina y se acercó todo lo que pudo, pero no pudo corroborar", contó al mismo medio.
El matrimonio, muy decaído, condujo de nuevo hasta su casa y llamaron a los servicios que se encargan de las carreteras para intentar que les asistieran. Según contó Rachel: "Fueron muy serviciales y salieron varias veces a chequear el cadáver. Les di una descripción de Frankie: un gato atigrado mullido con la barriga blanca. El felino muerto coincidía con eso", dijo Fitzsimons al diario Manchester Evening News.
Por desgracia, tanto las características físicas del gato como el lugar donde habían encontrado el cadáver decapitado coincidían con la descripción de Frankie y el lugar donde vivían (muy cerca de la autopista), así que "parecía probable que fuera nuestro gato. No miramos el cuerpo porque era demasiado angustioso", relató al periódico inglés.
Decidieron incinerar los restos del animal, ponerlo en una urna y colocarlo en la habitación del Remy, el hijo que por aquel entonces tenía 7 años y dormía siempre con el animal en su cama. "Remy se angustió cuando desapareció. Lloró. Cuando recibimos las cenizas, Remy las puso junto a su cama. Después estuvimos todos llorando durante días", reveló de nuevo a Manchester Evening News.
Después de tres semanas de la fuga y muerte del gato Frankie, sucedió algo que nunca podrían haber llegado a imaginar. El marido de Rachel escuchó un maullido fuera y lo oyó gritar muy fuerte. Salieron corriendo y allí estaba Frankie. "Remy lloraba y preguntaba: '¿Es real?' Fue un momento increíble", recordó Fitzsimons. La familia había incinerado otro cadáver de gato, creyendo que se trataba de su mascota.
Aunque estaba muy delgado, lo llevaron urgentemente al veterinario y por suerte estaba en buenas condiciones, y aunque no tenían ni la menor idea de dónde había estado durante tanto tiempo, se sintieron muy afortunados por tenerlo de vuelta.
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