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La capacidad auditiva de los gatos está más desarrollada que la de los humanos, por lo que algunos sonidos o ruidos que, en el día a día, se escuchan en la ciudad, que tenemos muy normalizados, pueden ser especialmente molestos para nuestro pequeño felino.
Conviene conocer, por lo tanto, cuáles son esos sonidos que perturbarán a nuestro gato, para saber cómo podemos proteger a nuestra querida mascota de ellos.
Un ejemplo de algunos sonidos que molestan a nuestro gato son los que emite el tráfico de las calles. No solo el de los coches y motos circulando, sino también el de los cláxones de los vehículos o las sirenas de ambulancia. Si vivimos en una calle especialmente transitada podríamos, en hora punta, cerrar las ventanas de nuestra casa.
Si incluso cerrando las ventanas el ruido sigue colándose en la casa, podríamos poner algo de música tranquila, que ayudará a que nuestro gato se relaje.
Las tormentas o los petardos son otros ruidos que podrían molestar o asustar a los pequeños felinos. Cerrar las ventanas y poner música tranquila en ocasiones no sería suficiente para calmar a nuestra mascota, por lo que una solución es preparar una especie de 'refugio', donde se encuentre cómodo y seguro.
Este podríamos fabricarlo con una caja de cartón, que le encantan a estos pequeños felinos. En ella introduciríamos una manta para que nuestro gato esté más cómodo, además de algunas chucherías y juguetes. También sería interesante que cuando los ruidos sean demasiados fuertes estemos cerca de la mascota, dándole nuestra compañía y cariño.
Dentro del hogar también podrían emitirse ruidos que molestarían a nuestro gato. Por ejemplo, si nosotros u otro integrante de la casa hablamos demasiado fuerte o gritamos. En ocasiones, lo hacemos porque la otra persona esta en una habitación distinta y no nos oye si usamos un tono normal, no porque estemos enfadados, pero igualmente podrían incordiar al animal y perturbar su descanso.
Otros sonidos doméstico que molestarían a nuestra mascota serían los que realizan algunos electrodoméstico como la lavadora, la secadora, el secador de pelo o la batidora. Podríamos, por lo tanto, cuando vayamos a utilizar alguno de estos aparatos, cerrar la puerta de la habitación en la que estemos para que ese ruido llegue con menor intensidad al gato y así reduzcamos el riesgo de que le incordiemos.
La televisión con el volumen demasiado alto igualmente podría ser molesta para nuestra mascota, por lo que si vamos a ver una serie o película en la que creamos que se escucharán ruidos o sonidos algo estridentes, podríamos reducirlo.
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