El Brexit mueve a los británicos residentes en la Costa del Sol a empadronarse
Tras la salida formal de Reino Unido de la Unión Europea cuentan con un periodo de transición de un año para formalizar su residencia
Mijas/El Brexit, la salida formal de Reino Unido de la Unión Europea a partir de la medianoche de este viernes 31 de enero no implicará ningún cambio drástico para los ciudadanos residentes fuera de su país. Al menos de momento. Se abre así un periodo de transición de un año que permitirá a los residentes británicos en la Costa del Sol regularizar su situación hasta el próximo mes de diciembre. De modo que si todavía no disponen del certificado de residencia están a tiempo de inscribirse como residentes extranjeros en la comisaría de policía correspondiente, cursar la solicitud de empadronamiento en el municipio en el que resida habitualmente o canjear el permiso de conducir, entre otros trámites. Mientras tanto, la situación seguirá siendo la misma que hasta ahora.
Se despeja así la incógnita que mantenía en vilo a los británicos residentes en la provincia. Y aunque no son pocos los que a lo largo de los últimos meses han optado por empadronarse movidos en parte por la incertidumbre Brexit y por la insistencia de los Ayuntamientos a través de diferentes charlas y campañas de empadronamiento con el objeto de reflejar el número real de residentes en el censo, la cifra está aún lejos de reflejar esa realidad.
Solo en Mijas son cerca de 8.000 los vecinos británicos censados en el padrón municipal. Una de ellas es Anne Hernández, presidenta de la asociación Brexpats in Spain, con residencia fija en el municipio desde hace más de cinco años. Según los últimos datos, solo en el último año el número de empadronados británicos en la localidad ha crecido en más de 300 personas. Una cifra que, sin embargo, sigue muy por debajo de la población real que se estima reside en el municipio sin constar en el padrón.
“Todavía son muchos los que no se han empadronado o canjeado el permiso de conducir y ahora se quejan de que no tienen cita en Tráfico o en la Policía Nacional porque quieren hacerlo a última hora cuando llevan años viviendo aquí y no lo han hecho antes”, critica esta británica afincada en la Costa del Sol, aliviada tras el acuerdo alcanzado a última hora que les permitirá mantener los mismos derechos que hasta la hasta final de año. Eso sí, tiene muy claro que se trata de “un periodo de transición para poder cumplir con todos nuestros derechos como ciudadanos en España”.
Entre los principales motivos por los que parte de esta población es reacia a empadronarse es el temor a pagar más impuestos y, sobre todo, el desconocimiento. “Muchos ni siquiera sabían que tenían que hacerlo”, asegura.
En búsqueda del residente extranjero
Los diferentes ayuntamientos de la Costa del Sol han puesto en marcha campañas, oficinas dirigidas al residente extranjero o continuas charlas para convencerles de los beneficios del empadronamiento, sobre todo para las arcas municipales, puesto que a mayor número de población más ingresos, servicios e infraestructuras.
Para que nos hagamos una idea, por cada mil nuevos vecinos se consigue un bombero más; con 2.400 un nuevo camión de basura; con 2.500 más policías locales; y con 3.800 empadronados ocho nuevos operarios de limpieza y contenedores de basura. Y algunas han dado sus frutos.
Marbella cerró 2019 con más de 10.000 personas empadronadas, un incremento que el portavoz del equipo de gobierno, Félix Romero, atribuyó al Brexit y a la puesta en marcha de la tarjeta de movilidad que da acceso gratuito al transporte urbano a las personas inscritas en el padrón municipal, superando por primera vez los 150.000 habitantes.
Estepona cuenta a día de hoy con un total de 73.078 empadronados, de los que más de 19.000 son extranjeros. No obstante, según las estimaciones del Consistorio, la ciudad podría alcanzar los 100.000 empadronados si todos los residentes extranjeros se animasen a formar parte del padrón municipal
Otros optan por vender sus propiedades en la Costa
Parte de la población británica en la Costa del Sol apenas reside unos meses en la zona, principalmente en verano. Sin embargo, tras las nuevas condiciones que se pondrán en marcha a partir del próximo año han decidido vender sus propiedades aquí. “Algunos están pensando y otros han vendido ya sus viviendas en la costa porque no van a poder usarla como siempre han querido”, aseguró Hernández, que agregó que “otros han anulado sus viajes para venir en octubre y noviembre de este año. Están preocupados por el tiempo máximo que podrán pasar en España o incluso si se les prohibirá la entrada en el país en el futuro”.
Por su parte, Marina Lev, directora de la inmobiliaria Sun Coast Properties de Fuengirola, confirma que “se ha notado un brusco descenso de la población inglesa” y que “clientes que ha comprado años atrás han vuelto para vender o alquiler sus viviendas”.
“Se ha notado la baja de clientes ingleses que consultan habitualmente para comprar en los últimos meses. También hemos tenido dos casos particulares de clientes que tenían su vivienda aquí para venir solo en verano y han venido para que valorar la posibilidad de venderlas o ponerlas en alquiler”, asegura, aunque no achara esta situación únicamente al Brexit sino también a la inestabilidad política de España antes de la investidura de la formación del nuevo gobierno.
“La realidad es que muchos están marchándose de España y en cuestión de la venta de viviendas la ponen a precios atractivos por el simple hecho de quitársela de encima”, apuntan desde Properties, en Mijas Costa, donde agregan que “el que compra lo hace con la intención de quedarse, no como inversión ni como segunda residencia”.
Los ciudadanos no comunitarios solo pueden pasar un máximo de 90 días en España antes de volver a su país. De lo contrario, deberán solicitar su residencia y, entre otros muchos documentos, acreditar su solvencia económica para vivir en España. Otros, en su mayoría jubilados preocupados por la pérdida de poder adquisitivo, han optado por volver a su país de origen. Muchos temen verse obligados a volver aunque todos quieren quedarse.
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