Los burro-taxis de Mijas vuelven a estar en el centro de la polémica: División entre tradición y bienestar animal

Los animalistas piden el cese de la actividad del servicio de transporte y sustituirlo por vehículos eléctricos

Los arrieros defienden el mantenimiento del negocio turístico como símbolo del municipio

Tensión en Mijas entre animalistas y arrieros en una protesta por el fin de los burros taxi

Una turista en la parada de burro-taxis. / María Jesús Serrano

Los burro-taxis de Mijas vuelven a estar en el centro de la polémica y la polarización de posturas marca la existencia de un servicio visto como maltrato animal o generador de riqueza y conservador de la tradición, con la petición de los animalistas de cesar la actividad y sustituirla por vehículos eléctricos y la defensa de los arrieros de mantener un negocio que se ha convertido en la insignia del municipio desde su puesta en funcionamiento en los años 60 del pasado siglo.

El Ayuntamiento de Mijas ha comenzado este verano a implementar mejoras con el control del servicio de burro-taxi y los coches de caballos en función de la meteorología, quedando suspendido en alertas roja y naranja y restringido entre las 14:00 y las 18:00 horas con amarilla, según un nuevo bando. El documento se dio a conocer al inicio de agosto, después de que el partido animalista PACMA presentara ante la Guardia Civil dos denuncias en 72 horas por supuesto maltrato a los burro-taxis, tras circular por las redes sociales varios vídeos que mostraban a estos animales desplomándose. 

De manera paralela, se ha suscitado en el municipio la reivindicación de colectivos animalistas, con la celebración el pasado 22 de agosto de una concentración para pedir el cese de la actividad, organizada por el grupo de Facebook ‘Free Mijas donkeys and horses’, que administra la francesa y vecina de Mijas Anne Blitz. En la misma semana, la formación publicó en sus redes sociales un enfrentamiento entre un turista y un arriero.

Blitz, que también forma parte de la ‘Plataforma por el bienestar animal y Medio Ambiente Fuengirola y Mijas’, ha denunciado que los animales trabajan a “diario” a “temperatura alta”, con la “cuerda corta” en las paradas y los “carritos atados”, y portando a “gente que pesa más de 80 kilos”. 

El área de descanso de los burro-taxis. / María Jesús Serrano

En este sentido, ha señalado que los grupos animalistas piden que los burros queden en “libertad” y vayan a un “santuario”, así como su sustitución por “tuk tuk electricos”, que son vehículos triciclos a motor. También que “los arrieros tengan multas y reprimenda”, “no renovar las licencias” y ejercer una “vigilancia”.

La francesa ha valorado que “hacen falta bebederos con agua corriente, sombra del lado de la acera porque los burros tienen la cabeza al sol” en las paradas, así como que “el establo es una casa de horror en la que no hay ventilación y se quedan atados -los burros- por la noche y nunca están libres en un prado”. También ha apuntado a la necesidad de que haya “una pantalla con un termómetro que indique claramente las reglas y recomendaciones, para que los turistas puedan actuar correctamente y poder hacer denuncias a la Policía o al Ayuntamiento”. 

Sobre el nuevo bando emitido por el Ayuntamiento, ha opinado que “no sirve porque si no miran la meteorología no pueden saber”, apuntando que los burros “fueron a trabajar durante la alerta naranja” y que además “los arrieros hacen trampa y esquivan el problema haciéndolos trabajar más tarde, después de las 21:30 horas”.

Para lograr un equilibrio entre el bienestar animal, la actividad económica y las tradiciones de Mijas, Blitz ha apostado por crear “un santuario con un museo del burro y actividades para niños, un bar o restaurante, artesanía sobre la imagen del burro” y la sustitución del servicio con “tuk tuk eléctricos manejados por los arrieros”. 

Visión de los turistas

La imagen del burro-taxi de Mijas es internacionalmente conocida como un emblema turístico, sin embargo, algunos visitantes consultados han mostrado tener una visión negativa del servicio, como es el caso de Cristiano Luzzeti, un joven procedente del norte de Italia que desembarcaba a bordo de un autobús turístico para conocer el municipio.

“Este calor no puede ser bueno para los animales”, ha relatado el italiano, quien no ve el servicio de transporte como un maltrato, aunque “podría reducirse esta costumbre para la salud de los animales”. Preguntado por si se veía atraído por el mismo, ha indicado que su deseo es “ver el mar y el pueblo cerca de las montañas”.

Bernardo Mur es un madrileño que estos días visitaba Mijas para conocer la Costa del Sol y que se ha mostrado contrario a los burro-taxis: “No me hace mucha gracia que usen a los burritos para eso, mucha utilidad no tiene”, ha relatado. Al mismo tiempo, ha indicado que “estamos bastante evolucionados como para que se creen este tipo de cosas”.

El joven ha considerado el servicio como “un poco de maltrato tal y como están” los animales. “Entiendo que pueda atraer a los turistas, pero no lo usaría ni me gusta verlos así”, ha puntualizado. 

Una turista danesa en una parada de burro-taxis. / María Jesús Serrano

Enrique Sanz, también procedente de Madrid, ha valorado el burro-taxi como “un poco anticuado, hay cosas más espléndidas en Mijas como la montaña”. “Se pueden buscar otras salidas más vendibles y más bonitas en el pueblo” como alternativa a la oferta turística, ha añadido.

Según su visión, el burro-taxi podría ser “otro medio de transporte más que el autobús” para desplazarse, pero ha matizado que “no me llama la atención, lo usaría por utilidad, no para darme un paseíto”. Así, ha valorado que el servicio “no es un maltrato 100%, pero sí explotación animal, todos varados a la solana, que también lo están los que están en el campo, pero están a su bola”.

Mara Anderen es una turista danesa que ha residido durante 15 años en Mijas y que merodeaba por la parada de burro taxi mostrando su rechazo. “Están maltratados porque en verano aquí hace mucho calor”, aseverando que “no es un servicio para mí, si quiero me voy en autobús, en taxi o en coche, pero no con esto”. “¿Dónde está el agua?”, ha cuestionado.

Otro turista nacional ha comentado que el servicio es “un reclamo turístico”. “Si no están los burros, no sé yo si hay algo especial”, ha exclamado, precisando que “no para montarme, pero me parece bien”.

Defensa de los arrieros

Por el contrario, los arrieros defienden la actividad y critican el “acoso” que están sufriendo por parte de los animalistas este año, ha comentado Juan. “Nos están dando mucha guerra porque quieren quitar los burro-taxis de Mijas”. En su opinión, la polémica surge porque “habrá alguna mano negra por detrás”. 

“Yo creo que no hay maltrato ni explotación animal. Los burros están unas 8 horas, desde las 10: 00 o 10:30 hasta las 21:00 o 21:30 en verano y en invierno hasta 17:00 o 17:30. El 70% o el 80% del tiempo están parados y cuando salen se ponen abajo en el descansadero y suben otros, porque hacemos un turno rotativo y tampoco hay un volumen de trabajo muy grande”, ha indicado.

Un burro con una rozadura de los aperos de trabajo. / M. H.

El arriero ha defendido que “hay un montón de gente comiendo del burro-taxi directa e indirectamente en Mijas”, recordando que es el “símbolo” del municipio y “casi el 90% del pueblo vive del turismo”. “Nosotros estamos con todos los papeles al día, este negocio es legal y los burros tienen 2 revisiones veterinarias al año que hay que entregar al Ayuntamiento, y están en perfectas condiciones”, ha referido.

En cuanto a las condiciones en las que están los animales, ha señalado que “los establos son antiguos, llevan ya 30 o 40 años hechos, pero siempre han vivido ahí, no tienen problemas. Los burros se pueden tender y tumbar”. Por otra parte, ha apuntado que “mayormente están atados porque son animales y tienen que estar atados”.

Sobre las recomendaciones que siguen los arrieros para garantizar el bienestar animal, ha dicho que “los burros siempre los mantenemos en la sombra, les damos agua cada 2 o 3 horas y los refrescamos cuando hace mucho calor”.

Respecto a los roces que puedan generar las herramientas de trabajo como las “cabezadas”, ha indicado que “ellos mismos se rozan porque son machos y se muerden entre ellos y pueden tener un pellizco, pero poca cosa”. En cuanto al control del peso de los clientes, ha señalado que “cuando vemos gente que es muy grande se monta en los carritos, tenemos un límite de 80 kilos y lo cumplimos”. 

Un burro con dificultades para caminar portando a un hombre corpoulento. / María Jesús Serrano

Esto contrasta con lo observado durante la realización de este reportaje, donde se pudo observar cómo un burro con dificultades para caminar y mantenerse portaba a un hombre corpulento, en ruta para una familia con 2 niños que hubiera permitido otro reparto en cuanto al peso. Según ha apuntado Juan, el asno “se herró el otro día y hay veces que cojea y otras que no, porque al igual que te pones un zapato nuevo, hay veces que molesta y otras que no hasta que asienta la herradura”.

Sobre la propuesta de los animalistas de usar tuk tuk eléctricos, ha destacado que “es inviable porque es romper la tradición de este pueblo, Mijas es conocida por el burro-taxi y si pones 10 carritos eléctricos ya no es el pueblo de los burro-taxis y partimos el esquema porque esto lleva 60 años funcionando”. 

Demanda del público

Según ha apuntado, el 70% de la demanda es de público extranjero, principalmente “gente de Inglaterra que viene a pasearse en el burro” y “el 40% o el 50% son españoles cuando cogen vacaciones”. El precio del viaje es de “15 euros montado en el burro individual y 20 en el carro para 2 personas” y “la vuelta por el centro son 15 o 20 minutos”, ha señalado, destacando que el coste mensual de un burro es de “entre 100 y unos 150 euros” entre “pienso, herraduras y costes veterinarios” y “beneficios para vivir”.

Precisamente Juan es el arriero que protagonizó la pelea con un turista hace unas semanas, que los animalistas han denunciado como una presunta “agresión”, mientras que él dice que fue un “forcejeo” porque “estaba grabando”.

Por su parte, José Antonio Alarcón, dueño de un coche de caballos, ha señalado que la gente que se muestra en contra de este tipo de servicios “no comprende las tradiciones del pueblo, y si esto se pierde, se pierde Mijas”.  

La parada de los coches de caballos. / María Jesús Serrano

En su opinión, el nuevo bando “nos afecta porque tenemos los meses de julio y agosto para ganar el dinero que en invierno no ganamos”. “El caballo trabaja 15 minutos y se tira 2 horas aquí, el que salga tiene que esperar a 10 por delante para volver a salir y descansar y está a la sombra. Yo creo que eso no es trabajo, y luego no se preocupan por una persona que trabaja en la obra, que tiene que estar continuamente al sol”, ha valorado. 

Así, ha indicado que “el caballotrabaja 15 minutos y una persona 8 horas, eso no es maltrato animal”. “Yo también me preocupo por el animal, porque es mi herramienta de trabajo, me tengo que preocupar más que cualquier persona y tengo que estar 365 días al año echándole de comer y manteniéndolo para que esté en condiciones”, ha recalcado.

Alarcón ha apuntado que para garantizar el bienestar, los équidos “tienen completamente techada -la parada-y los animales no están al sol en ningún momento”. Además, “hay 5 tomas que tenemos para darles agua continuamente a los animales y refrescarlos”. “Un caballo duerme mejor de pie que dormido y los herrajes nos cuestan más caros que a nadie, porque tenemos los de goma para que el caballo esté más cómodo y cuestan 120 euros, cuando el de hierro son 50 euros”.

Arraigo local

Curro Alarcón es un vecino conocido en Mijas por su participación en los movimientos asociativos y pastorales, que ha mostrado su “apoyo total a los arrieros” y ha relatado el arraigo que existe en el pueblo con el burro y la cultura del trabajo. 

“Los borricos siempre han sido aquí un medio de vida, de carga o de transporte de lo que había entones en el campo y ahora es cuando están bien, cuidados, mantenidos y aseados dentro de las medidas que tienen”, ha expresado. “Que hay que mejorar pues sí, todo lo que sea una mejora mucho mejor”, ha agregado.

Alarcón ha relatado cómo el asno “era una herramienta de trabajo y el medio de transporte que había”: “Ibas a la cantera y tenías que llevar la arena a Fuengirola en los burros, traer la cal, el pescado o la leche al pueblo, el pan o repartirlo o se araba con burros. Todo se hacía con el burro, el mulo o el caballo y el burro era el más asequible”.

Varios burros-taxi en una parada del servicio. / María Jesús Serrano

Sobre el uso turístico que se le da hoy en día, ha declarado que “lo veo perfectamente, y quizá también haría falta ampliar un poco más, en el sentido de ponerlo en otros sitios para no pasarlos por donde hay mucho tráfico, pero hacerles su recorrido”. 

El vecino ha valorado que la visión que se tiene en el pueblo del servicio de burro-taxi es que “el 90% lo apoya, el 5% está indeciso y el 5% los que…”, en relación a los animalistas. “El día que quiten el burro-taxi, Mijas deja de ser Mijas, porque se ha conocido mundialmente gracias al burro”, ha subrayado Alarcón, quien ha señalado que “no le puedes quitar el símbolo, es un medio de vida de los mijeños y por todas las tiendas está el burrito y es lo que se lleva la gente”.

Departamento de Bienestar Animal 

El nuevo equipo de gobierno creó a su entrada en noviembre del pasado año el Departamento de Bienestar Animal y empezó a aplicar la legislación al servicio. Empezamos a mejorar su calidad de vida y mejoramos la sombra poniendo otra capa para su bienestar, incrementamos el número de bebederos, separamos las argollas de amarrado para que los burros tuvieran más distancia y pudieran descansar mejor”, ha explicado el concejal del ramo, Marcos Cortés.

Además, ha señalado que se han puesto áreas de “descanso”, se ha emitido un nuevo bando municipal para limitar las rutas con altas temperaturas y se va a contratar un servicio veterinario para testar “los controles que pasan anualmente” los burros, así como “hacer un seguimiento periódico a todos los animales”. Con este último, “los arrieros nos tienen que pasar un listado de las veces que trabajan al día para hacer las valoraciones por esos técnicos veterinarios de que el animal está trabajando mucho o poco”.

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