Un padre ebrio golpea y amenaza a sus hijas, que se refugiaron en casa de una vecina en Mijas al temer por su vida

Las hermanas, de 18 y 19 años, se negaron a denunciar por miedo a represalias cuando el presunto agresor volviera a beber

 No era la primera vez que sufrían vejaciones físicas a manos del progenitor, que ya había cumplido pena de cárcel 

Archivan en Marbella un caso de maltrato de un padre a una niña en la que el forense aprecia secuelas

Zona en la que ocurrieron los hechos
Zona en la que ocurrieron los hechos / Policía Local de Mijas

Estaban de vacaciones en la Costa del Sol, que se acabó convirtiendo en el escenario de un nuevo episodio violento. Las hijas, de 18 y 19 años, tuvieron que refugiarse en la vivienda de una vecina tras haber sido, presuntamente, golpeadas, amenazadas e insultadas por su padre, en estado de embriaguez. Las propias víctimas relataron que no era la primera vez que sufrían vejaciones físicas a manos del progenitor, que ya había cumplido pena de cárcel por hechos similares.

Esta vez, la agresión sucedió en la zona de Mijas Golf, donde la familia, procedente de Bélgica, se alojaba. Gritos y golpes hicieron saltar las alarmas. Hasta allí acudió una patrulla de la Policía Local del municipio que desarrollaba labores de vigilancia tras haber recibido el aviso de varios testigos. Cuando los efectivos llegaron descubrieron la escena: dos adolescentes refugiadas en casa de una vecina huyendo de su padre. Temían por su vida y no querían regresar. Según fuentes policiales, estaban "atemorizadas".

Una de las víctimas había sufrido un golpe en la frente y, la otra, en la cara. Según su testimonio, el presunto agresor las había zarandeado, insultado y amenazado. Y una de ellas había llegado a caer al suelo. Aunque las lesiones no revestían gravedad, las hermanas, asustadas, buscaron refugio en la vivienda de una residente del complejo.

A los pocos minutos, mientras los policías trataban de calmar a las jóvenes, irrumpió el progenitor en la zona de la piscina comunitaria, en presencia de varios menores, con un fuerte cuadro de agresividad. Lo hizo, según fuentes policiales, amenazando a los agentes que estaban actuando, profiriendo gritos. Iba en ropa interior, pero se negaba a vestirse. Presentaba, además, signos de encontrarse bajo los efectos del alcohol.

El progenitor reconoció que había golpeado a sus hijas. Después, pidió asistencia médica, aunque no había resultado herido, y fue trasladado a un centro de salud, donde continuó mostrando una actitud violenta. Una vez allí, se negó a ser atendido por los sanitarias.

Deciden no denunciar por miedo

La llamada que las dos hermanas recibieron de su madre en un momento dado provocó un giro inesperado a la investigación del caso. Al colgar, manifestaron a los agentes que habían decidido no denunciar a su padre porque temían que al volver a Bélgica pudiera tomar represalias contra ellas. Aseguraron que la de aquel día no era la primera agresión que soportaban, sino que los episodios se repetían cada vez que bebía. La Policía lo detuvo por un presunto delito de lesiones en el ámbito familiar y lo trasladó a dependencias de la Guardia Civil para proseguir con las diligencias.

El caso de maltrato a una niña en la que el forense aprecia secuelas

Recientemente, el Juzgado de Instrucción número cuatro de Marbella acordó el archivo de unas actuaciones contra un padre acusado de maltratar presuntamente a su hija de 11 años pese a las secuelas que apreció el forense cuando la examinó en el Instituto de Medicina Legal de Málaga.

La letrada que representa a la madre y a la menor perjudicada, Paola Martínez Ledesma, señaló en declaraciones a Efe que ya habían presentado un recurso de reforma contra dicha resolución y ha lamentado el desamparo que está sufriendo la niña, que esta misma semana ingresó en el hospital con una crisis de ansiedad al tener conocimiento de que se tenía que ir con su progenitor.

En el recurso de reforma la abogada alegaba falta de motivación en la resolución judicial y lamentaba que la titular del juzgado haya creído la versión del denunciado "por encima de las pruebas aportadas e incluso por encima del propio informe forense", que sostuvo la concurrencia de cinco puntos de secuelas en la menor y 96 días para su curación.

Impagos continuo de la pensión

Era "inexplicable", para la letrada, que el informe forense sea irrelevante a nivel penal y ha advertido de que la pequeña sufre "maltrato continuado por in ser depredador que no le importa nada y que incluso impaga continuamente la pensión de forma deliberada".

El padre, según siempre la versión de la abogada, se jacta del sistema en sus redes sociales y ataca de forma deliberada a la menor, de la que presuntamente cuenta cosas de su vida e intimidades, así como de la madre.

El denunciado siempre negó los hechos y argumentó que la menor está manipulada y que todo se debía a una persecución de la madre, aunque según Paola Martínez, no ha aportado ninguna prueba de ello.

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