El hijo del portero fallecido en Mijas: "Mi padre nos ha salvado hasta tres veces, no teníamos ni para comer"

José Rafael Pisani, fallecido el pasado sábado tras ser agredido mientras trabajaba, quería alejarse del mundo de la noche y mudarse a Canarias junto a su pareja

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Una imagen de José Rafael Pisani, fallecido el pasado sábado mientras trabajaba como portero.
José Rafael Pisani, fallecido el pasado sábado mientras trabajaba como portero. / M. G.

Solo le quedaban unos meses para que dejara la profesión de portero. Su intención era ahorrar algo de dinero y, al inicio de verano, mudarse a Canarias junto con su pareja. Allí, ambos, amantes del deporte, querían abrir una tienda especializada en nutrición. Si bien, los planes de José Rafael Pisani se vieron truncados la noche del pasado sábado. Sobre las 00:30, mientras vigilaba el acceso al restaurante Olivia's La Cala, observó una pelea entre varios clientes. Trató de mediar y separar a los implicados, pero, en ese momento, recibió un golpe que le hizo caer de espaldas y golpearse con la esquina de una mesa en la cabeza. Horas más tarde, terminaría falleciendo.

"No podemos hacer nada por tu padre", fueron las primeras palabras que escuchó Fabriccio, el menor de los dos hijos del portero, sobre la situación de su padre tras ingresar en el Hospital Regional de Málaga y las que retumban, todavía hoy, en su cabeza. Aunque "nada más verlo" supo que el pronóstico era grave, solo pedía a los facultativos que intentaran salvarle la vida, relata.

Sobre la medianoche del sábado, el joven, de 24 años, ya estaba acostándose cuando su pareja recibió una llamada de una compañera de trabajo. Era tarde y ella decidió no cogerlo. Pero, el móvil volvió a sonar por segunda vez. "Ya ahí pensé que era raro y que debía haber pasado algo, por lo que le animé a que le contestara", explica Fabriccio. Al otro lado de la línea, una joven desconsolada exclamando: "¡Tu suegro está en el suelo!".

No era la primera vez que José Rafael había sido agredido mientras trabajaba en la noche. Por ello, su hijo mantuvo la calma en un primer momento pensando que esta ocasión no sería diferente a las anteriores. Sin embargo, antes de llegar al establecimiento, le mostraron una imagen en la que aparecía su padre tendido, sin nadie alrededor, lo que le hizo presagiar que "no pintaba bien la cosa".

A su llegada, confirmó que "la cosa era más grave de lo que pensaba". Lavarle la cara y ponerle una toalla a modo de almohadilla fue lo único que pudo hacer por su padre hasta que los sanitarios lo trasladaron al Hospital Regional de Málaga. Allí, un médico ya le advirtió: "La cantidad de sangre que tiene tu padre en la cabeza es incompatible con la vida".

José Rafael fue ingresado esa misma noche en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). A la mañana siguiente, sobre las 12:30, murió; justo cuando había conseguido reconciliarse con la vida. "Él se solía enfadar mucho, pero cuando encontró a Romina -su actual mujer-, mi padre se convirtió en una persona nueva", asegura Fabriccio.

Además de "una persona muy querida", su hijo lo define como "un luchador". Originario de Caracas (Venezuela) estudió Derecho y ejerció durante años como abogado. Sin embargo, problemas con el Gobierno del país, siempre según el relato de su hijo, le obligaron a mudarse junto a su familia a España sobre el año 2002. El primer lugar que les acogió fue Torremolinos, donde comenzó a trabajar vendiendo móviles; después, ejerció como comercial de material de oficina y compró una casa en Calahonda.

En 2008, la crisis llamó a su puerta, como a la de otras tantas familias, y fue despedido. José no cesó en su empeño de seguir trabajando y montó una tienda de ropa en Fuengirola. Pero, este intento tampoco fue el definitivo. El negocio no funcionó como estaban y tuvieran que cerrar la persiana. "Mi padre nos ha salvado hasta en tres ocasiones porque no teníamos ni para comer, que es algo muy duro", lamenta Fabriccio.

En ese punto de su vida, fue cuando decidió dedicarse al mundo de la noche. Vio la oportunidad de conseguir dinero más fácil, aunque conllevase más riesgo. "Mi padre ha trabajado en casi todos los locales nocturnos de Marbella", explica. Pero, en la última fase de su vida, quería dejarlo y "estar más tranquilo". Por ello, decidió probar suerte en Olivia´s La Cala, un restaurante en Mijas donde su hijo lleva más de cuatro años trabajando y que parecía estar alejado del ambiente "turbio" con el que le había tocado lidiar los últimos años. Sin saberlo, se metería en la boca del lobo.

En las últimas horas, se ha conocido que el ciudadano inglés, de 33 años, detenido por su presunta implicación en la muerte de José Rafael ha quedado en libertad provisional por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Fuengirola. Un extremo por el que prefieren no pronunciarse, aunque confiesan "estar nerviosos".

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