Bugatti Tourbillon, una belleza escultural con un sistema híbrido enchufable de 1.800 CV

Tomando como inspiración modelos históricos de la Bugatti como los Type 57SC Atlantic, Type 35 y Type 41 Royale, este Tourbillon busca la combinación más cercana a la perfección entre diseño y funcionalidad. Además, es el primer Bugatti en más de dos décadas que no cuenta con un motor W16, una decisión que marca una nueva era para la marca en la que la electrificación toma carta de naturaleza. En cuanto a su nombre, se eligió en honor a la precisión y sofisticación de la relojería suiza.

Su diseño pretende recoger la elegancia clásica, pero también buscando el mejor rendimiento aerodinámico. De hecho, el Tourbillon ha sido concebido para superar los 400 km/h, una hazaña posible gracias a su diseño que incluye superficies y entradas optimizadas para el flujo de aire.

Entre sus elementos de diseño más icónicos está la parrilla en forma de herradura, característica de Bugatti, la línea que corre por el centro del automóvil, la cresta central y su carrocería bitonal. Todo rinde homenaje a los históricos Bugatti, pero a la vez que algunas de esas características cumplen con funciones aerodinámicas. Entre las innovaciones para esto último están su difusor o un alerón trasero retraíble imprescindible para garantizar la estabilidad a las velocidades más altas.

De puertas a dentro, Bugatti ha optado por un enfoque atemporal, inspirándose en la relojería suiza para crear la instrumentación: está compuesta por más de 600 piezas. Esa atemporalidad no sólo pretende el atractivo, sino también que el Tourbillon no se vea afectado por el paso del tiempo.

La consola central es otro ejemplo de esto último. Está fabricada en una combinación de vidrio y aluminio, lo que permite ver los mecanismos internos del automóvil. Este enfoque de "lo que ves es lo que obtienes" asegura que cada material utilizado, desde el titanio hasta la fibra de carbono o el cuero, sea de alta calidad.

Lo anterior no evita que Bugatti también sume al Tourbillon a las tendencias actuales en términos de sostenibilidad. Así, el cuero está curtido con productos vegetales en lugar de químicos y las maderas provienen de bosques gestionados de manera sostenible. Incluso las alfombrillas están hechas de fibras recicladas.

Oculta a la vista hasta que se necesite, está la pantalla digital táctil que se despliega, por ejemplo, para dar soporte a la cámara de trasera en solo dos segundos.

Otros recursos curiosos del Tourbillon son sus asientos, que son lo más ligeros y están anclados lo más abajo posible, de manera que son los pedales los que se ajustan hacia adelante y hacia atrás para adaptarse a cualquier conductor. Incluso el equipo de sonido no cuenta con altavoces y woofers tradicionales, optando por un sistema que utiliza excitadores en los paneles de las puertas y otros lugares. Así se ahorra peso y se logra más eficiencia que con los sistemas de audio tradicionales.

El primer híbrido enchufable de Bugatti

En lo que respecta al sistema de propulsión, el corazón de combustión es un V16 de 8.3 litros, desarrollado con la ayuda de Cosworth, y que se combina con un eje delantero con dos motores eléctricos más un tercero en el eje trasero. En total, el Bugatti Tourbillon produce 1.800 CV, 1.000 de los cuales provienen del motor de combustión y 800 CV (588 kW), a razón de 267 CV (196 kW) por cada uno, de los tres motores eléctricos.

Ese V16 con las bancadas a 90º es atmosférico y está construido con materiales ligeros, para sólo pesar 252 kg. Por otro lado, los motores eléctricos están alimentados por una batería de 25 kWh enfriada por aceite y que trabaja con una arquitectura eléctrica de alta tensión, 800 V, lo que requiere inversores de carburo de silicio. La batería queda ubicada en el túnel central y por detrás de los ocupantes.

En lo que respecta a la dinámica, con tracción en las cuatro ruedas y vectorización de par, el Tourbillon promete simultáneamente motricidad y agilidad.

Además, y para este modelo, Bugatti ha partido de un chasis y una estructura de carrocería completamente nuevos. Ésta última se fabrica con fibra de carbono T800 y, para ahorrar peso, permite integrar la batería como parte estructural del monocasco. Hay, también, elementos como los característicos marcos de la carrocería hechos de funcidión de aluminio de baja presión o refuerzos estructurales impresos en 3D, todo para conseguir la mayor ligereza y rigidez posible.

En las suspensiones se emplean arquitecturas multibrazos en ambos ejes. Sus elementos están construidos en aluminio forjado, una solución muy distinta a las doble horquillas de acero del Chiron. Impresos en 3D se ahorra un 45 por ciento del peso.

Los discos de frenos son carbocerámicos y los neumáticos han sido desarrollados específicamente por Michelin para este Tourbillon. Son unos Pilot Cup Sport 2 en dimensiones 285/35 R20 delante y 345/30 R21 atrás.

Aún con los motores delanteros eléctricos, su compacidad permite disponer de un compartimiento para el equipaje aún mayor que el Chiron, un espacio para el que Bugatti propone un conjunto de maletas personalizado.

La marca espera poner en breve en marcha la fase de pruebas en carreteras de los prototipos. De este modo, las primeras entregas a los clientes se harían en 2026.

Cada uno de ellos deberá pagar una cifra en línea con la exclusividad del Tourbillon, del que sólo está previsto hacer 250 unidades: 3,8 millones de euros antes de impuestos.