Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
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Superar los 100 km de autonomía eléctrica con un sistema de propulsión híbrido enchufable, un reto hoy sólo al alcance del Mercedes-Benz GLE 350e y 350de 4Matic con sus enormes baterías de 31,2 kWh -prácticamente, la capacidad que tienen coches exclusivamente eléctricos como el Mazda MX-30 o superior a la de un Renault Twingo, Mini Cooper SE o Fiat 500e- está en el punto de mira de Volkswagen.
Pretende conseguirlo, según ha desvelado en un evento con la prensa alemana, en 2023 con la próxima generación de su sistema de propulsión híbrido y que, como es habitual en el consorcio, alcanzaría a todas las marcas más allá de a la propia Volkswagen.
El plan pasa por el reemplazo del motor 1.4 TSI, un inyección directa de gasoiina ya sustituido en las versiones exclusivamente térmicas por el 1.5 TSI, justamente por este motor más moderno en los modelos que utilizan la plataforma MQB.
Simultáneamente, la capacidad de la batería se ampliaría sin necesidad de tener que abordar ni cambios estructurales ni tampoco incrementos significativos de peso o tamaño: cambios en la química de las celdas permitirían, junto a un nuevo empaquetado de éstas, ampliar la capacidad de energía en estas. Recordemos que en coches como el Volkswagen Golf GTE, ésta es de 13 kWh. En dos años Volkswagen estaría en condiciones de, como mínimo, duplicar esa capacidad.
Entre lo que no cambiaría está el motor eléctrico que se integra en la carcasa del cambio de doble embrague automático de seis velocidades, el DSG6, y que se mantendría con una potencia máxima de 156 CV. Hoy, en esos modelos con la plataforma MQB, la potencia combinada de los dos motores del sistema está entre los 204 y los 245 CV, con una versión intermedia de 218 CV en Skoda Superb y Volkswagen Arteon o Passat con 218 CV, cifras que podrían experimentar cambios al alza con la llegada del motor 1.5 TSI.
Por otro lado, en los planes de Volkswagen también está incorporar, bien un sistema de carga con corriente continua que permita conseguir recargas más rápidas de la batería en puntos de acceso público, bien la posibilidad de que sus coches puedan disponer de un cargador embarcado que admita más potencia con las cargas de corriente alterna. En la actualidad, ésta potencia está limitada a 3,7 kW en modo monofásico, aunque podría extenderse a 11 en trifásico. Incluso es posible que Volkswagen termine contemplando ambas posibilidades: más potencia con corriente alterna y la incorporación de un conector CCS con el que disponer de acceso a las infraestructuras de carga de corriente continua.
Detrás de esta extensión de la autonomía eléctrica hasta cerca o más allá de los 100 km estaría el endurecimiento de las condiciones para acceder a programas de subvenciones la compra en algunos mercados como el alemán.
En España, el actual Moves III ya recoge un diferente tratamiento para los modelos que igualan o superan los 90 km de autonomía eléctrica, de modo que la ayuda para los homologados como turismos (M1) varía de 5.000 a 7.000 euros en el caso de estos últimos frente a los que están en un abanico comprendido entre 30 y menos de 90 km. Las cuantías de esas ayudas corresponden a los casos en los que se achatarren vehículos de más de 7 años.
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