El WLTP, la subida del diésel y la prohibición de los motores de combustión… los puntos negros del automóvil en 2018
RESUMEN
Este año 2018 cerrará con un total de 1,32 millones de unidades matriculadas, un 7,1% más en comparación con las 1,23 millones de unidades de 2017.
El conjunto del sector del automóvil nacional pone fin a un año marcado por varios 'bombazos' que hicieron temblar los cimientos del negocio, como han sido la entrada en vigor del ciclo de homologación WLTP, la posible subida del impuesto al diésel o la propuesta de prohibición de la matriculación de vehículos con emisiones directas de dióxido de carbono (CO2) desde 2040.
El año que está a punto de terminar empezó con tranquilidad para el sector, con la única preocupación de que se mantuviera el crecimiento del 8% de las matriculaciones contabilizado en 2017 (1,23 millones de unidades) y de que el Gobierno, por entonces presidido por Mariano Rajoy, continuara apoyando la venta de vehículos alternativos con los planes de incentivo a la compra.
Sin embargo, todo cambió a mediados de año con la moción de censura y la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez, que empezó con buen pie, al decidir crear un Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, una medida que fue aplaudida en un principio por el sector.
El verano empezó con revuelo político y continuó con un terremoto para algunas marcas de automóviles, que vieron como no les daba tiempo a homologar todos los vehículos bajo el ciclo WLTP, antes de que este entrase en vigor, el pasado 1 de septiembre.
Esta situación provocó que marcas y concesionarios realizasen en los meses anteriores a septiembre grandes ofertas comerciales para reducir su stock de vehículos no homologados con el WLTP. No obstante, desde septiembre se produjo el efecto contrario, acumulando tres meses consecutivos de caídas hasta noviembre.
No obstante, las cifras de ventas de turismos y todoterrenos en el acumulado del año consiguen compensar la marejada provocada por el WLTP, con una subida del 8% hasta noviembre y 1,22 millones de unidades y la previsión es que el ejercicio se cierre con crecimiento respecto a 2017 y un volumen de más de 1,3 millones de unidades.
Muerte anunciada
Por si el verano no estuvo suficientemente caldeado, la recién nombrada ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, terminó de incendiarlo con unas declaraciones en las que aseguraba que el combustible diésel "tenía los días contados", con el consiguiente rechazo por parte del sector del automóvil y del transporte.
Estas declaraciones, unidas a la incertidumbre generada sobre este carburante, ha derivado en una retracción de la demanda de vehículos de gasóleo. Así, en los once primeros meses, las entregas turismos diésel acumulaban un retroceso del 19,84% (442.393 unidades), mientras las de gasolina subían un 31,8% (751.072 unidades).
Entre enero y noviembre de 2018, el 52,8% de las matriculaciones de automóviles en España correspondió a modelos con motor de gasolina, mientras que el 33,8% contaba con un propulsor diésel. El porcentaje en noviembre llegó a alcanzar el 61,3% a favor de la gasolina, en comparación con el 30,5% del diésel. 2040.
El final de año no ha sido más tranquilo para la automoción nacional, ya que en noviembre volvió a saltar la noticia, al trascender un borrador de la Ley de Cambio Climático del Gobierno, que contemplaba la propuesta de prohibir la matriculación de vehículos diésel, gasolina, de gas e híbridos en España desde 2040 y su circulación desde 2050.
Ante la reacción del sector, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y Teresa Ribera convocaron una reunión con las principales asociaciones y sindicatos para calmar los ánimos, pero a ella no acudieron ni CC.OO. ni UGT y tampoco ningún representante de Anfac, que alegó falta de antelación para preparar los temas a tratar, al ser avisados con menos de 24 horas, ni de Sernauto, que justificó su ausencia por problemas de agenda.
Sí que participaron representantes de Ganvam, Faconauto y Aniacam, con una valoración muy positiva del encuentro, y unas semanas después se convocó un encuentro adicional con Sernauto y Anfac. A pesar de que desde el Ejecutivo se asegura que esto solo es una hoja de ruta y un documento de trabajo, el sector está en alerta roja ante esta propuesta de futuro.
Año complicado
Ante todo lo ocurrido, el vicepresidente de Anfac, Mario Armero, explicó a Europa Press que 2018 ha sido un año "muy complicado" para la industria de la automoción española, marcado por la entrada en vigor de la nueva normativa de medición de emisiones WLTP, el cambio de Gobierno y las incertidumbres generadas en el mercado en torno al diésel en particular y a los motores de combustión, en general.
"Sin embargo, enfrentamos el próximo año con optimismo de cara a trabajar para mantener la pujanza y el liderazgo de España como principal productor europeo de vehículos y la potencia de la industria de la automoción española como uno de los principales contribuyentes al PIB, a la balanza comercial y a la creación de empleo", aseguró.
Por su parte, desde Faconauto explicaron que, en líneas generales, se puede hablar de un año "correcto" para el mercado de la automoción nacional, ya que, en su opinión, "un crecimiento cercano al 7% no es un mal dato".
No obstante, señalaron, que este aumento de ventas no se ha transformado en un aumento de la rentabilidad de los concesionarios, ya que el ejercicio se estropeó en el último cuatrimestre por el WLTP y por el clima negativo que rodea actualmente a la automoción, lo que se ha traducido en una falta de confianza por parte de los compradores.
"Además, en este último tramo del año, tampoco han ayudado mucho los anuncios precipitados de normativas medioambientales o de movilidad que incidirán directamente en la automoción, contribuyendo a esa confusión. Todo ello nos deja ante un año 2019 teñido de incertidumbre y que apunta a una caída del mercado", finalizaron.
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