Blair acordó en secreto con Bush el apoyo británico a la invasión de Iraq
El ex jefe de prensa del ex primer ministro declara ante la comisión que investiga el conflicto
El ex primer ministro británico Tony Blair envió una serie de mensajes secretos al ex presidente de EEUU George W. Bush durante el año anterior a la invasión de Iraq en los que comprometió el apoyo militar de Londres si finalmente había guerra.
El revelador dato fue dado a conocer ayer durante la comparecencia de Alastair Campbell, ex jefe de prensa de Blair, ante la comisión que investiga la preparación del conflicto, el desarrollo de la guerra y los planes para la reconstrucción de Iraq.
En la correspondencia privada, Blair aseguraba que el Reino Unido "estaría ahí" si se llegaba a la decisión de invadir Iraq para derrocar a Sadam Husein.
Campbell reconoció la existencia de esos mensajes, que Blair envió a Bush cuando públicamente insistía en que la diplomática era la opción principal para convencer a Bagdad de renunciar a sus armas químicas y biológicas, un arsenal que nunca apareció.
"El primer ministro escribió un montón de notas al presidente. Diría que el tenor de las mismas era del tipo: compartimos el análisis, compartimos la preocupación, vamos a estar a su lado para asegurar que Sadam Husein cumpla con sus obligaciones y que Iraq es desarmado", explicó. Campbell recordó que Blair añadía en sus mensajes a Bush que "si eso no se podía conseguir diplomáticamente y se tenía que hacer militarmente, el Reino Unido estará ahí".
Los mensajes fueron considerados alto secreto y sólo fueron conocidos por un pequeño círculo de personas, admitió quien fue uno de los más estrechos colaboradores de Blair en aquellos días.
Los mensajes permanecen en secreto y la comisión no ha hecho referencia sobre su publicación.
La de Campbell fue una comparecencia larga y esperada, pues conoce mejor que nadie lo que ocurrió entre bastidores en los meses previos a la operación militar.
Su declaración estuvo exenta de autocrítica y fue una cerrada defensa de una decisión política para acabar con Sadam Husein de la que, según dijo, el Reino Unido "debería estar orgulloso".
Campbell indicó que el primer impulso de Blair cuando se planteó el uso de la fuerza fue estar con Washington, pero añadió que intentó encontrar una solución diplomática hasta el final. Esto fue así, aseguró, hasta el 18 de marzo de 2003 -dos días antes del inicio de la operación-, día en que Blair compareció ante el Parlamento británico para hablar de Iraq.
Ahora todos esperan a Blair, que declarará la última semana de enero o la primera de febrero.
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