EEUU admite "fallos miserables" en la seguridad en el vuelo de Detroit
El intento de atentado suicida el día de Navidad hace intensificar las medidas de control y desata cierta psicosis que llevó a detener sin motivos a tres personas
El Gobierno de EEUU defendió durante el fin de semana que los sistemas de seguridad funcionan en los aeropuertos, pero ayer dio un paso atrás y reconoció, ante la evidencia, que en el vuelo de Detroit "falló miserablemente".
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, aclaró que sus afirmaciones del domingo de que "los sistemas de seguridad funcionan como la seda" fueron sacados de contexto. Ayer, en una entrevista en la NBC, se preguntó, como el resto de la opinión pública, "¿cómo este individuo pudo subir a un avión?". "Nuestro sistema no funcionó. Nadie está contento o satisfecho con lo ocurrido. Por eso es que se lleva a cabo una revisión amplia de los procedimientos", dijo, para añadir que la seguridad "falló miserablemente".
Las declaraciones de Napolitano se producen cuando proliferan las críticas a un sistema que permitió al nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab subirse a un avión, pese a que su nombre figuraba en un listado de sospechosos de terrorismo y a que su propia familia había alertado a EEUU de su radicalización.
Algunos congresistas están alarmados por el hecho de que, ocho años después del 11-S, las medidas de seguridad no sean capaces de frenar los intentos de atentados suicidas. Precisamente, el Congreso ha decidido convocar para enero unas audiencias para analizar los fallos en la seguridad aérea que permitieron que el nigeriano abordara un avión con explosivos el día de Navidad. La medida ha sido propuesta por el presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Joe Lieberman, y la republicana de mayor rango, Susan Collins. En concreto, quieren saber por qué los nombres de los pasajeros que viajan a EEUU desde el exterior no son debidamente cotejados con la base de datos sobre presuntos terroristas y por qué sólo un reducido número de pasajeros están sujetos a una revisión mediante escáneres de cuerpo completo.
Por otro lado, el presidente Barack Obama prometió ayer "no descansar" hasta capturar y juzgar a los responsables del atentado fallido. Ya el domingo ordenó una revisión de dos de los pilares del sistema de seguridad aérea, el equipamiento en los aeropuertos, y listado de posibles terroristas, que en los últimos años ha tratado de reducir por las críticas de las organizaciones de derechos civiles.
Mientras, los aeropuertos del país han intensificado las medidas de control, lo que ha llevado a los pasajeros a sufrir engorrosos procesos de cacheo y revisiones concienzudas de sus equipajes de mano.
La Agencia de Seguridad en el Transporte (TSA, en ingles) advirtió a los viajeros que su movilidad dentro de la cabina y el uso de los equipos electrónicos podrían verse limitado durante el vuelo. Algunas compañías están aplicando estas restricciones en la primera y última hora de viaje.
En paralelo, se ha desencadenado cierta psicosis en los vuelos que llevó a detener sin motivo a tres personas en las últimas horas. La TSA informó la pasada madrugada de la detención de dos hombres que "actuaban de manera sospechosa" en un vuelo que se dirigía a Phoenix, aunque fueron liberados tras ser interrogados. Uno de ellos, de apariencia árabe, parecía estar viendo en un reproductor de DVD imágenes de la explosión llevada a cabo por un terrorista suicida, aunque después resultó ser la película The Kingdom.
Por su parte, Al Qaeda en la Península Arábiga ha reivindicado el atentado fallido contra el vuelo de Detroit, planeado para vengar los ataques estadounidenses contra la organización terrorista en Yemen, según un comunicado publicado ayer en Internet.
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