La Policía húngara obliga a refugiados a bajarse de un tren para alojarlos en un centro de acogida

Viajaban en el primer convoy que había partido hacia la frontera con Austria tras el desbloqueo de la estación de Kelite.

La Policía húngara obliga a refugiados a bajarse de un tren para alojarlos en un centro de acogida
Efe

03 de septiembre 2015 - 12:30

La Policía húngaraha obligado a los refugiados que viajaban a bordo de un tren hacia una localidad próxima a la frontera con Austria a que se bajaran en la localidad de Bicske, donde hay un centro de acogida.

Un tren lleno de refugiados había partido poco antes desde la estación principal de Budapest, tras ser desbloqueda por la Policía, hacia Sopron, una localidad próxima a la frontera con Austria. La Policía ha pedido a todos los pasajeros que se bajaran y los que no son refugiados o inmigrantes han podido subir a otro tren. Los refugiados han golpeado las ventanillas desde fuera gritando "campo no, campo no", ante la mirada de unos 50 agentes antidisturbios alineados cerca del tren. Uno de los vagones ha sido vaciado ya por la Policía pero todavía hay otros cinco vagones llenos.

La empresa de trenes húngara MAV anunció que no había trenes directos hacia el oeste de Europa, pero después anunció la circulación de dos trenes hacia la ciudad de Sopron, cerca de la frontera con Austria. Los refugiados se abalanzaron sobre el primero.Antes, imágenes de televisión mostraron cómo los refugiados se agolpaban en los andenes, muchos con billetes de tren en la mano.

Durante la mañana se vivieron también algunas esenas de caos, cuando algunos se equivocaron y subieron a un tren hacia Serbia, en lugar de hacia el oeste, informó el protal "index.hu". Al darse cuenta de su error, volvieron a bajar. Durante días, miles de refugiados han estado esperando en los alrededores de la estación la oportunidad de tomar un tren para continuar su viaje hacia el oeste, la mayoría hacia Alemania. Las autoridades les impidieron el acceso a la estación y a los trenes pero el pasado lunes se lo permitieron durante unas horas. Miles aprovecharon entonces para tomar un tren hacia Viena y Múnich. Sin embargo, el martes expulsaron a los refugiados de la estación y volvieron a impedirles la entrada.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, pidió a los inmigrantes que no acudan al país. "Por favor no vengan (...) es un riesgo venir. No podemos garantizar que sean aceptados", dijo en una rueda de prensa en Bruselas tras reunirse con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz. Orban señaló que no sería moral ni humanamente correcto "falsificar" los sueños de la gente. Sobre las miles de personas que esperan partir hacia Europa Occidental, Orban dijo que nadie puede salir de su país sin haber sido registrado, cumpliendo las demandas de la canciller alemana, Angela Merkel, y de su homólogo austriaco, Werner Faymann, así como la ley europea. Además, Orban calificó la situación como "un problema alemán". "El problema no es europeo, es alemán". Los refugiados no quieren quedarse en países como Hungría, Polonia o Estonia. "Todos quieren viajar a Alemania".

Orban se reunirá hoy con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para hablar sobre el problema de los refugiados. Hungría pide 8 millones de euros (unos 9 millones de dólares) de fondos de emergencia de la UE para afrontar la llegada de refugiados.

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