Rusia vota al sucesor de Putin sin ningún margen para la sorpresa

Las elecciones presidenciales entronizarán hoy a Dimitri Medvedev, el candidato del hasta ahora inquilino del Kremlin

Una 'matrioska' con Putin tras Medvedev.
Stephan Voss (Dpa) / Moscú

02 de marzo 2008 - 05:03

La doble águila en el escudo ruso es imitado en la jefatura del Estado. Dos cabezas, un poder es el lema del Kremlin frente a la elección presidencial de hoy.

El saliente jefe de Estado, Vladimir Putin, de 55 años, quiere seguir como jefe de Gobierno bajo su sucesor y favorito Dimitri Medvedev, de 42. En la época de los zares, la doble dirigencia llevó al caos. Putin aseguró que eso no sucederá. Se espera que Putin entregue a Medvedev la corona tras el esperado triunfo electoral y se quede con el cetro para gobernar.

Mientras en Estados Unidos las candidaturas atraen a la gente meses antes de la elección, en Rusia apenas parecen darse cuenta del plazo. Putin no lo encuentra mal. Una campaña electoral sin debate (...) no significa automáticamente un déficit democrático, señala convencido el aún jefe del Kremlin. Más bien demuestra que la gran mayoría de nuestros ciudadanos apoya el curso de los últimos años.

El candidato Medvedev recibe un fuerte apoyo del aparato estatal y los canales de televisión. El jefe del consejo de vigilancia de Gazprom se beneficia de que el monopolio del gas haya comprado un imperio mediático. La oposición ha sido relegada a la marginalidad mediática.

Durante décadas los ancianos secretarios generales del PCUS mandaron en el Kremlin, y la mayoría sólo dejó el cargo con su muerte. El cambio hacia la juventud lo lideró el dinámico Putin. Medvedev sería el jefe de Estado más joven desde la época de los zares.

¿Pero quién es el hombre que dentro de poco tendrá el poder sobre 17 millones de kilómetros cuadrados de tierras, miles de cabezas nucleares y gran parte de las reservas mundiales de gas y petróleo? En la campaña electoral, Medvedev parecía el hermano menor de Putin. Tiene 13 años menos, también relativamente pequeño y simpatizante en sus comienzos con posiciones de izquierda similares a las del inexperto Putin cuando asumió su cargo en 2000.

En sus discursos, Medvedev se presenta como un hombre abierto al mundo, un político liberal que incluso quiere lidiar con el problema del cambio climático, tema que genera suspicacias entre los rusos. Sin embargo, los críticos advierten que la imagen del político moderno es engañosa. Aseguran que el ex jefe de la administración presidencial es corresponsable del giro autoritario de los últimos años.

La pregunta es: ¿por qué Putin, con todos sus colaboradores de San Petersburgo, se decidió justamente por Medvedev? Simplemente porque confío en él, explicó Putin, una decisión que será refrendada hoy por la inmensa mayoría de los electores.

Será interesante ver cómo actuará Medvedev frente a los halcones del Kremlin. Se cree que el hombre sin carrera como agente será un disgusto para los del servicio secreto. El anuncio de Medvedev de luchar contra la corrupción y el nihilismo legal suena a declaración de guerra, ya que los servicios secretos dominan gran parte de la economía.

Medvedev tendrá que temer más a los envidiosos en el Kremlin que a sus rivales de hoy. El jefe comunista Guennadi Ziuganov y el nacionalpopulista Vladimir Zhirinovski son considerados una oposición domada. El elogio de Putin para ambos políticos (patriotas íntegros) no refuerza su perfil como enemigos del Kremlin.

Andrei Bogdanov, jefe de un pequeño partido, completa como tercer candidato el cuarteto de aspirantes. Los candidatos realmente incómodos fueron eliminados por las autoridades en el momento de la inscripción.

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