Un cambio que cierra una era
El Parlamento de Pakistán elige al sucesor de Musharraf, el hombre que dirigió los destinos del país durante nueve años, con el viudo de Bhutto como gran favorito
Pakistán elige este sábado al sucesor del dimitido Pervez Musharraf en la Presidencia del país, en una votación parlamentaria que cerrará una era y pondrá previsiblemente todo el poder en manos del Partido Popular (PPP) de Asif Ali Zardari, el viudo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto.
La votación para el relevo presidencial se produce sólo once meses después de la reelección de Musharraf, que aspiraba a seguir en el poder cinco años como civil pero quedó arrinconado sin mando ya sobre el Ejército.
La derrota de sus fuerzas en los comicios de febrero puso el Gobierno en manos del PPP, que pactó una coalición con la Liga Musulmana-N del ex primer ministro Nawaz Sharif, en virtud de la cual se repartieron el poder central y en las provincias.
El 18 de agosto, cuando Musharraf dimitió, Zardari y Sharif se felicitaron al poner "fin de la dictadura" en Pakistán.
"Su misma marcha ya marca una etapa nueva" para Pakistán, con un presidente civil, identificado con un partido político y un Ejército que "ahora está comprometido" con el Gobierno democrático, destacó una fuente diplomática, que da por descontada la victoria de Zardari.
Pero la era pos-Musharraf arrastra conflictos que sus líderes no han sabido resolver envueltos en constantes disputas mientras el país padece una nueva ola de violencia integrista y una crisis económica que lo ha dejado sin reservas, al borde de la suspensión de pagos.
Zardari ha prescindido de Sharif en cuanto dimitió Musharraf, pero sigue haciéndole las mismas promesas aún incumplidas: la restauración de una judicatura independiente y el recorte de los poderes presidenciales.
"Heredará una Presidencia con muchos poderes y no va a renunciar a ellos", opinó el diplomático, en alusión a su promesa electoral de abolir la prerrogativa de disolución del Parlamento que tiene el jefe del Estado.
Zardari ha sido en estos meses el auténtico hombre al mando de Pakistán, hasta el punto de que el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, del PPP, ha admitido en público que debía consultar con él antes de tomar alguna decisión.
El Ejecutivo de Guilani se ha visto sumido en la inoperancia, rehén del constante regateo político entre Zardari y Sharif, quien lo abandonó definitivamente a fines de agosto.
Pero Guilani sigue sin aceptar formalmente las dimisiones de los ministros de la Liga-N, a los que esta semana dijo que invitará de nuevo a formar parte del Gobierno, que sigue incompleto con puestos esenciales vacantes.
En esta semana de campaña, el PPP se ha proyectado como el partido del consenso y el "salvador" de la federación paquistaní, consciente de ser el único grupo con apoyo notable en todas las provincias mientras la Liga-N depende de la populosa región de Punjab.
Pese a sus "grandilocuentes" promesas de cambiar el sistema y crear unas instituciones fuertes, el Gabinete del PPP "ha estado paralizado durante meses a causa de un estilo de gobierno personalizado que está lleno de retórica y corto de resultados", criticó en un editorial el analista Yusuf Nazar.
Para Nazar, que dudó de la capacidad para el consenso de Zardari, éste "ha utilizado astutamente a Sharif para librarse de Musharraf".
Sharif, por su parte, ha iniciado maniobras de acercamiento a la Liga Musulmana-Q, el partido que sostuvo el régimen de Musharraf, con la vista puesta en expulsar al PPP del Gobierno.
"En la tradición política paquistaní, todo el mundo trata de que no se completen las legislaturas, especialmente la Liga-N; tratan de que el Ejército intervenga", recordó el diplomático.
La Liga-N promueve a un candidato "neutral" para la Presidencia que Musharraf ostentó sin adscribirse formalmente a ningún partido, como presunto guardián de la unidad.
El candidato Saiduzaman Sidiqui, el primer presidente del Supremo que plantó cara a Musharraf negándose a jurar el nuevo orden constitucional tras su golpe de Estado, se declaró "optimista" ante la posible reunificación de las dos Ligas Musulmanas. "Si las dos Ligas se unen, podría haber un Gobierno estable para Pakistán" , agregó.
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