La comunidad internacional, preocupada por la violencia en Egipto, pide contención

Efe

14 de agosto 2013 - 19:03

El cairo/La comunidad internacional expresó su preocupación por la situación en Egipto y llamó a la contención, al diálogo entre las partes y a la reconciliación. Estados Unidos condenó las acciones contra manifestantes partidarios del derrocado presidente egipcio, Mohammed Mursi, y dijo que "conviene a todas las partes que persigan una reconciliación, pongan fin a la violencia, respeten los derechos humanos básicos, y pongan en pie un gobierno que refleje la voluntad del pueblo". El Ejecutivo de Barack Obama seguirá presionando al de Egipto para que cumpla "la promesa que ha hecho de agilizar la transición hacia un Gobierno civil y elegido democráticamente", afirmó un portavoz de la Casa Blanca, quien alertó de que la violencia "solo dificultará" el avance hacia una "estabilidad y democracia duraderas.

También la Unión Africana (UA), que analizó la crisis egipcia, condenó de manera rotunda "los actos de violencia que han provocado la pérdida de numerosas vidas humanas" y pidió a las partes, especialmente al Gobierno interino, ejercer "máxima contención". La UA instó a las partes a "evitar cualquier acto de violencia y abrazar el espíritu de diálogo, respeto y tolerancia mutua" y subrayó la "importancia de un Egipto pacífico, estable y democrático".

Mientras, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó que las autoridades egipcias "hayan elegido usar la fuerza para responder a las manifestaciones" y llamó a los egipcios a concentrar sus esfuerzos en promover una "reconciliación genuinamente inclusiva". En el mismo sentido, la Unión Europea deploró los hechos e instó "a las fuerzas de seguridad a ejercer la mayor contención y a todos los ciudadanos egipcios a evitar más provocaciones y una escalada" de la tensión. La OTAN pidió a todas las partes en Egipto que se abstengan del uso de la violencia y trabajen por restablecer el proceso político en el país.

Para el jefe del Gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, "el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Liga Árabe deben encabezar la comunidad internacional y moverse para poner fin de inmediato a esta masacre", mientras que el presidente de Turquía, Abdullah Gül, advirtió de que "Egipto se dirige hacia el caos, y esto es un callejón sin salida". Marruecos, por su parte, abogó por el diálogo entre las partes en Egipto "para encontrar los compromisos necesarios para una solución política, en el interés supremo del pueblo egipcio". También las autoridades qataríes condenaron "rotundamente" la actuación de la policía egipcia para desmantelar las acampadas de protesta de los islamistas en El Cairo y apelaron al diálogo para lograr una salida pacífica a la crisis.

En Europa se sucedieron las reacciones y, así, el primer ministro británico, David Cameron, aseguró que "la violencia no resolverá nada" en Egipto y que lo que se precisa es una transición hacia una "democracia genuina, lo que significa un compromiso de todas las partes". El Gobierno español pidió a los políticos egipcios un "diálogo nacional" con la sociedad que permita a Egipto recuperar la "normalidad institucional", al tiempo que Francia hizo un llamamiento a que no se haga un "uso desproporcionado de la fuerza". Alemania apeló a la "responsabilidad" de ambas partes en el conflicto para detener la escalada de violencia e Italia pidió "máximo autocontrol" a las fuerzas del orden y a las partes implicadas.

Grecia, muy preocupada por los ataques a la comunidad cristiana de Egipto, consideró "una gran responsabilidad de todos evitar una guerra civil, no conducir a este país vecino y hermano a un conflicto abierto y hacer que prevalezca la prudencia y el diálogo para que las instituciones democráticas puedan funcionar". A juicio del senador ruso Mijail Marguélov, representante del presidente Vladímir Putin para los países del continente africano, la situación en Egipto se parece cada vez más a una guerra civil y es continuación directa de la Primavera Árabe. La organización humanitaria Amnistía Internacional, que aseguró que "trabaja sobre el terreno para verificar cualquier abuso que pudiera haber ocurrido", pidió a las fuerzas de seguridad egipcias que den "con urgencia" los pasos necesarios para evitar nuevos "derramamientos de sangre".

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