El motín del grupo Wagner pone en la cuerda floja al ministro de Defensa ruso

Moscú/El futuro del ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, es más incierto que nunca tras el motín del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, una crisis que aún no se ha cerrado, pues el caso penal contra el empresario sigue abierto y cuyo paradero aún se desconoce.

En un vídeo publicado este lunes por el Ministerio de Defensa, Shoigu, que dirige el departamento castrense ruso desde hace más de una década, apareció inspeccionando algunas de las unidades rusas que combaten en Ucrania.

El ministro no había aparecido en público desde el viernes pasado en una reunión del Consejo de Seguridad presidido por el presidente ruso, Vladimir Putin, y se mantuvo en silencio durante todo el fin de semana que duró la rebelión de los mercenarios de Wagner.

No obstante, el vídeo carece de referencias temporales, por lo que se desconoce si fue grabado después de la sublevación armada de los wagneritas que puso en vilo a toda Rusia.

Con todo, varios expertos subrayan que independientemente de la fecha exacta de la visita al frente, la publicación en sí del vídeo pretende mostrar que el ministro, cuya destitución exigió Prigozhin en su motín, sigue por el momento en su cargo.

Y es que Putin es conocido por no tomar decisiones en caliente y la posible salida de Shoigu del Ministerio de Defensa podría aún dar que hablar durante algún tiempo.

Sin embargo, también aumentan los rumores sobre un eventual próximo nombramiento del gobernador de la región de Tula, Alexei Diumin, como sustituto de Shoigu.

Sea como sea, el nombre de Diumin, un militar de carrera y ex guardia de seguridad de Putin, ha copado este lunes las páginas de muchos periódicos y las redes sociales.

Varias fuentes rusas llegaron estos días a afirmar que el pacto alcanzado entre el Kremlin y Wagner para que desistan de su avance sobre Moscú fue precisamente un mérito diplomático de Diumin y no del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, quien se lo adjudicó oficialmente.

El que fuera también viceministro de Defensa y que en 2018 y 2021 fue sancionado por EEUU y Ucrania, respectivamente, ha mantenido un perfil bajo durante muchos años.

Prigozhin y su futuro en el exilio

En tanto, el "culpable" de la crisis en las altas esferas del poder, el jefe de Wagner, se mantiene aún en paradero desconocido, pues ni él ni Minsk han confirmado que se encuentra ya en el exilio en Bielorrusia a cambio de no ser perseguido penalmente por la rebelión armada que encabezó.

Según algunos canales rusos de Telegram el empresario fue visto en las últimas horas en uno de los hoteles de la capital bielorrusa, si bien no hay evidencia fotográfica de ello.

El hecho de que la crisis aún no está cerrada también la evidencia que aún no se ha anulado el caso penal contra Prigozhin, según el diario ruso Kommersant y agencias oficiales.

Los mercenarios de Wagner que participaron en la sublevación tampoco serán en teoría castigados, según el Kremlin, y aquellos que no se sumaron directamente al motín podrán firmar contratos con el Ministerio de Defensa.

Se da por seguro que el grupo como tal desaparecerá, al menos en Rusia y Ucrania, aunque su desmantelamiento tomará tiempo.

¿Qué pasará con los mercenarios?

La agencia oficial TASS informaba este lunes de la reanudación del trabajo de los centros de reclutamiento de Wagner en Rusia, donde es una estructura ilegal, mientras que el portal de investigación Verstka informaba de la construcción de campamentos para los wagneritas en una región bielorrusa, a 200 kilómetros de Ucrania.

En sus primeras declaraciones tras la rebelión, Prigozhin aseguró que no quería derrocar el poder y sólo pretendía salvar su compañía militar privada en vista de una orden de Putin y Shoigu que le obligaba en la práctica a subordinarse a Defensa.

El fundador del popular canal de Telegram WarGonzo, Semion Pegov, publicó recientemente una entrevista con Prigozhin en la que le preguntó si tenía planes de dirigir su Ejército privado contra Moscú, según temían algunos.

El jefe de Wagner le respondió entonces que la idea de la marcha sobre Moscú era "interesante", pero que no había pensado en ello.