El Museo del Prado en un día
Turismo
La pinacoteca tiene varias exposiciones temporales que merece la pena visitar como la dedicada a Sánchez Perrier, a Herrera El Mozo o la que relaciona a Picasso con el Greco
Guido Reni, el color hacia la forma
Viajar a Madrid para perderse en el Museo del Prado es una oportunidad para reflexionar sobre la vida y la forma de entenderla a lo largo de la historia. Pintores y escultores que aunque ejecutaran las obras por encargo dejaban con su arte siempre un resquicio a la realidad de cada época.
Dos, tres o cuatro horas en las que mirar los cuadros y dejarse impresionar, simplemente. Si las citas fijas con Las Meninas, El Bosco, las pinturas negras de Goya o la Fragua de Vulcano bien valen el Ave, las exposiciones temporales son una forma de descubrir la pinacoteca de un modo diferente. Esto es lo que ocurre con el itinerario en el que Calderón de la Barca se convierte en guía del Prado hasta el próximo 10 de septiembre.
Una forma diferente de ver la impresionante colección de pintura barroca en trece salas de la planta primera del edificio de Villanueva y en la propia Galería Central. Porque perderse en el Prado es también ver la interacción entre artistas.Hasta el 17 de septiembre, la sala 9B del edificio Villanueva alberga la exposición Picasso, el Greco y el cubismo analítico, una muestra que, patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado y con colaboración de la Comunidad de Madrid, se centra en la obra cubista de Picasso y la obra tardía del Greco.
Muy curiosa resulta para los sevillanos y andaluces la exposición de los dibujos de Sánchez Perrier (1855-1907) o la de Herrera el Mozo y el Barroco total, ambas hasta el 30 de julio. Entre los dibujos, paisajes y paisanaje reconocibles para cualquiera que haya viajado por Andalucía. En la muestra de Herrera el Mozo, pequeños tesoros como los bocetos para la tumba de San Fernando que existe en la Catedral de Sevilla. Hasta esta misma fecha estará también la muestra dedicada a Guido Reni.
Porque una de las ventajas del Prado es que no sólo tiene una muestra permanente inmensa, sino que las temporales están pensadas al detalle. Así, pasan dos o tres horas entre obras de Rubens, Tiziano o Van der Weyden para terminar por pura curiosidad en la colección de arte románico. Es imposible salir de allí y mirar de frente a la iglesia de los Jerónimos sin percibir que los sentidos están especialmente entrenados para percibir la belleza.
Completamente saturados, en el mejor sentido de la palabra, andar hasta el Retiro es una de las mejores opciones para que el cerebro pueda almacenar todo lo visto en el Museo. La mañana, que empezó en la estación de Santa Justa de Sevilla bien temprano, se ha prolongado hasta la hora de la siesta, una de las mejores maneras de combatir el calor. Muy cerca, frente al Museo está el NH Collection Madrid Paseo del Prado, un palecete diseñado por el arquitecto Antonio Palacios, el mismo del Palacio de Cibeles. Está en el Paisaje de la Luz una zona declarada recientemente Patrimonio Mundial por la Unesco, en calidad de Paisaje Cultural.
Un hotel digno del museo
Aquí todo está en consonancia con el entorno. Sus 113 habitaciones están decoradas en colores tenues y cuentan con alfombras de la Real Fábrica de Tapices. Después de una mañana llena de buenas sensaciones, una buena opción para seguir disfrutando de la belleza y la tranquilidad es la experiencia Suite & Tea. Es un íntimo y acogedor salón de té perfumado por los perfumistas de Aqua Flor donde se puede saborear una selección de té premium y pequeños manjares dulces y salados hechos por el maestro chocolatero Rubén Da Silva, uno de los mejores chocolateros de España y ganador del Primer Premio de Confitería del Concurso Nacional de Gastronomía en el Salón de Gourmets. Da Silva ha asumido la creación de una colección de chocolates exclusivos con un toque afrutado y floral que combina perfectamente con los aromas y sabores de los tés de Suite & Tea en el hotel NH Collection Madrid Paseo del Prado.
No se trata de una nueva experiencia abierta al público, sino también una escuela donde aprender sobre el mundo del té y el cacao. Una manera de coger fuerzas para volver al Museo o para recorrer el barrio de las Letras. El primer sábado de cada mes, el Prado abre sus puertas de noche. Una visita donde las obras de arte se suman con diferentes iniciativas musicales y la posibilidad de descubrir algunas de las experiencias multimedia que Samsung y el Museo han creado a lo largo de diez años de colaboración.
La próxima edición tendrá lugar el sábado 1 de julio en la planta baja del edificio Villanueva. La entrada en esta actividad nocturna es libre y gratuita hasta completar el aforo y el acceso es por la Puerta de los Jerónimos, desde las 20:30 hasta las 23:00. El horario de entrada gratuito en la pinacoteca madrileña es de lunes a sábado de 18:00 a 20:00y los domingos y festivos de 17:00 a 19:00.
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