Meryl Streep, una diosa con resaca

Festival de Cannes

La actriz se muestra humana y accesible tras recibir la Palma de Oro honorífica: confiesa que perdió su primer Oscar y que se enamoró de Robert Redford

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Meryl Streep, este miércoles en Cannes.
Meryl Streep, este miércoles en Cannes. / Sebastian Nogier / Efe
Alicia García De Francisco (Efe)

15 de mayo 2024 - 18:52

Cannes/Meryl Streep se ganó este miércoles a toda la audiencia de una charla en Cannes en la que contó divertida que perdió su primer Oscar en un baño, que fue cheerleader o que se enamoró de Robert Redford tras la mítica escena de Memorias de África en la que le lava el pelo. Cansada tras la fiesta posterior a la recepción del martes de la Palma de Oro de honor del Festival de Cannes -"me acosté a las 3 de la mañana y tengo resaca"- la actriz derrochó sentido del humor, expresividad y sencillez en un repaso de su carrera con una sala a reventar. Anoche se sintió más emocionada de lo que pensaba cuando le dieron la Palma por la reacción de los asistentes. Y es que, aseguró entre risas: "Llevo una vida muy tranquila en casa y allí no me respetan nada".

Era el inicio de una charla relajada con el periodista francés Didier Allouch, en la que fue desgranando su carrera y también habló de la evolución de los papeles de las mujeres en el cine, de que los cambios en lo que se refiere a identificar abusos se dan en todos los sectores y no solo en Hollywood, y de que los productores nunca se han identificado con los personajes interpretados por mujeres. "Antes de que hubiera mujeres en puestos de poder era muy difícil para los hombres verse a sí mismos en una protagonista femenina (...) Y no se trataba solo de dinero, es que no lo sentían", explicó la actriz. Y recordó que la primera vez que un hombre se le acercó y le dijo: "Sé cómo te sientes", fue con El diablo viste de Prada. Cuando en su caso, como mujer, no ha tenido problema en identificarse con papeles de sus compañeros masculinos, como ocurrió con John Savage o Robert de Niro en El cazador (The Deer Hunter, 1978) Precisamente fue al hablar de esa película, dirigida por Michael Cimino, el único momento en el que a la actriz se le quebró la voz al recordar al "maravilloso" John Cazale, su pareja de entonces y que falleció poco después de finalizar el rodaje. Fue el momento más emotivo de una charla llena de anécdotas divertidas. Como en la entrega del Premio Princesa de Asturias de las Artes, unos meses antes, en Oviedo, Streep se mostró humana y accesible.

Streep recibió la Palma de Oro de manos de Juliette Binoche.
Streep recibió la Palma de Oro de manos de Juliette Binoche. / Guillaume Horcajuelo / Efe

Recordó entre risas cómo perdió su primer Oscar -por Kramer contra Kramer (1979)-, en un baño. Explicó de forma muy gráfica que tuvo que levantarse el vestido, que era muy largo, y entre la confusión, la estatuilla se la debió quedar la siguiente persona que entró. Sobre el momento de recoger aquel primer Oscar -luego llegarían otros dos- asegura que solo recuerda el miedo que tenía. "¡Yo no soy una estrella del rock!", exclamó y dijo que su vida está dominada por sus cinco hijos y cinco nietos. Y del rodaje de Memorias de África, una de las pocas historias de amor que ha rodado en su larga carrera, rememoró con una enorme sonrisa una escena que quedó grabada en la retina de los espectadores. La primera toma en la que Redford tenía que lavarle el pelo fue muy sosa, sin ningún apasionamiento, recordó Streep. "Pero Redford aprendió y fue genial. En la toma cinco ya estaba tan enamorada...", porque se trata de una escena sexy y muy íntima, muy poco habitual en el cine. "Vemos a mucha gente follando en el cine pero no una escena con ese amor y esa delicadeza. ¡No quería que acabara'", afirmó.

"No sé si el siguiente guion que reciba será divertido o serio, y eso me gusta", dice la actriz

También habló con cariño de Clint Eastwood, "un gran autor" que la dirigió en Los puentes de Madison, una película que se rodó en solo cinco semanas con un sistema muy particular del director, que grababa los ensayos y luego usaba esas tomas en el montaje final. Calificó a Steven Spielberg de "genio" y aseguró que la forma de vestirse de una persona o de un personaje lo define. Habló con cariño de su hermano Harry, que participó en la guerra de Vietnam, de sus hijos y de sus nietos y hasta de su marido, Don Gummer, del que se separó recientemente. La familia es lo primero y el cine después, así que la aceptación o no de un papel depende de que la historia le emocione pero, sobre todo, de que pueda compatibilizarlo con su día a día. "Siempre dependo del guion que llega a la puerta, no sé si va a ser divertido o serio y me gusta eso, me gusta esa especie de serendipia", pero la decisión final no es solo la historia porque, agregó, "la vida de mi familia toma mucho tiempo".

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