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Y San Telmo volvió a casa

Real Academia de Bellas Artes de San Telmo

Con más de tres años de retraso, la Real Academia recibe su sede ubicada en el Museo de Málaga, institución a la que permanece ligada desde su origen

José Manuel Cabra de Luna, con el alcalde, académicos e invitados, este miércoles, en la nueva sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en el Museo de Málaga. / Javier Albiñana

Málaga/Entre las no pocas anomalías y paradojas de la vida cultural de Málaga, destaca el hecho de que una de las instituciones más antiguas y esenciales en la protección y cuidado de su patrimonio artístico, la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, haya permanecido sin una sede estable durante más de veinte años. Ligada desde sus inicios al Museo de Bellas Artes de Málaga, la institución quedó desahuciada cuando el mismo cerró sus puertas en el Palacio de Buenavista una vez que quedó designado para alojar el Museo Picasso Málaga. La Junta de Andalucía trasladó entonces los fondos a un almacén del PTA mientras se dibujaba en el horizonte un Museo de Málaga ubicado en el Palacio de la Aduana, que acogiera de forma unificada las colecciones de Bellas Artes y del Museo Arqueológico (cuyos fondos, por su parte, quedaron embalados en otro almacén de la Avenida Europa, junto a los de la Biblioteca Provincial) además de unas instalaciones para la misma Academia. Este Museo, como bien es sabido, no llegó a ser una realidad hasta su inauguración dos décadas después, en diciembre de 2016. Pero fue aquélla una inauguración incompleta, a la espera de la incorporación de elementos pendientes como la sede de San Telmo. Pues bien, fue este miércoles, 5 de febrero de 2020, más de tres años después, cuando la Academia recibió su casa alojada en el Museo de Málaga, en el mismo Palacio de la Aduana, donde se celebró un solemne acto de inauguración que contó con la presencia del alcalde, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación provincial, Francisco Salado; y la delegada provincial de Cultura, Carmen Casero, así como el presidente de la Academia de San Telmo, José Manuel Cabra de Luna, entre otras autoridades.

María Victoria Atencia y otros académicos, en el acto de inauguración de este miércoles. / Javier Albiñana

Estas instalaciones cuentan con un gran salón de actos para conferencias, recitales, conciertos y otras actividades, además de una sala para las asambleas de la junta directiva, un despacho para el presidente y una biblioteca, entre otros equipamientos. Tal y como recordó Cabra de Luna antes del encuentro, “con esta sede cerramos un periodo difícil para la Academia, en el que únicamente hemos podido desarrollar nuestras actividades en virtud de la generosidad de las instituciones que han querido acogernos. Es doloroso, pero en ocasiones hemos tenido que cancelar conferencias tras haber comprometido a ponentes de primer nivel por no haber podido disponer de un salón en condiciones”. Ahora, con su sede ganada por derecho, la Academia de San Telmo dispone de total autonomía para organizar sus actividades “y de hecho vamos a poder hacer mucho más de lo que hemos venido haciendo este tiempo. Una de las cuentas pendientes de la Academia era abrirse a la sociedad, servir de manera más efectiva a la transmisión del conocimiento, pero sin una sede propia era muy difícil. Ahora, nuestra presencia en la vida cultural de la ciudad va a ser mucho más habitual y continua”. De hecho, ya este jueves comienza en el Salón de Actos del Museo de Málaga el ciclo de conferencias De la Aduana al Museo de Málaga, que, bajo la organización de la Academia y el mismo Museo, analizará todo lo referente al edificio del Palacio de la Aduana desde una perspectiva múltiple que abarcará lo histórico, lo arquitectónico y lo arqueológico. El catedrático de Arqueología de la UMA y académico de San Telmo Pedro Rodríguez Oliva pronuncia este jueves a las 19:00 la primera ponencia, Hallazgos arqueológicos en la construcción de la Aduana. Además, con motivo de la inauguración de su nueva sede, la Academia ha publicado el libroLa Aduana, la Academia y el Museo, con aportaciones de todos sus académicos, y que este miércoles se distribuyó en la puesta de largo de su nueva casa.

"Ahora podremos cumplir con más facilidad el cometido de abrir la Academia a la sociedad", afirmó su presidente, José Manuel Cabra de Luna

La Real Academia de Bellas Artes de San Telmo vio la luz en 1849 como consecuencia del proceso de desamortización impulsado en toda España. La institución recibió la encomienda de recoger, conservar, clasificar y exponer las obras de arte procedentes de los bienes desamortizados en la provincia de Málaga. Como consecuencia directa nació el Museo de Bellas Artes de Málaga a la manera de depositario natural de estas obras, si bien desde entonces la Academia ha representado un papel protagonista en el seguimiento, promoción y divulgación de los artistas malagueños y su creación. Buena parte de las obras de su titularidad se exponen de hecho actualmente en la colección de arte del Museo de Málaga, con lo que el regreso de la Academia de San Telmo al Museo viene a cerrar un círculo que llevaba demasiado tiempo tristemente abierto. Ahora corresponde a la Academia (que reúne a 38 académicos malagueños representativos del arte, la literatura, la música y otras disciplinas) “un trabajo ímprobo”, en palabras de Cabra de Luna, “para reunir aquí todos los archivos de la institución que a lo largo de la Academia han quedado dispersos”. Apunta el presidente que la Academia “es lugar de excelencia, no de complacencia”. Y bien está lo que bien acaba.

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