“El verso nunca debió huir de los escenarios”
Álvaro Tato | Actor, poeta y dramaturgo
El madrileño es el autor de ‘Todas hieren y una mata’, comedia de capa y espada que este viernes llega al Teatro Cervantes dentro del Festival de Teatro de Málaga
Y también este viernes estrena en Avilés la nueva obra de Ron Lalá, 'Andanzas y entremeses de Juan Rana'
Málaga/Tenemos a Álvaro Tato (Madrid, 1978) por partida doble: el poeta, actor y dramaturgo es el autor de la comedia de capa y espada Todas hieren y una mata, obra escrita en verso a la manera de Lope de Vega para la compañía Ay Teatro que se representa este viernes a las 20:00 en el Teatro Cervantes, dentro del Festival de Teatro de Málaga; y también este viernes estrena en Avilés la última obra de su compañía, Ron Lalá, Andanzas y entremeses de Juan Rana, dramaturgia musical urdida a partir de lo que sobre el legendario personaje del Siglo de Oro escribieron Calderón, Moreto, Jerónimo de Cáncer y Quiñones de Benavente, entre otros, y que podrá verse en Málaga el próximo 8 de mayo en el Centro Cultural Provincial MVA. Los dos espectáculos están dirigidos por Yayo Cáceres, artífice junto a Tato y otros locos juglares de Ron Lalá, uno de los sucesos más felices, divertidos, admirables y refrescantes del teatro español desde 1996. Quien lo probó, lo sabe.
Hay una primera pregunta tan elemental como absurda: ¿Tiene sentido escribir una comedia de capa y espada, además en verso, en el siglo XXI? Tato no sólo lo tiene claro sino que, directamente, reivindica el uso del verso para la literatura dramática contemporánea, en gran medida por la existencia de un público creciente que ya no sólo acepta, sino que busca obras del repertorio clásico dichas de esta guisa: “Los tiempos están cambiando. Es fácil percibir la existencia de ese público que acude a ver clásicos en verso. Eso sí, esto no lo hemos inventado nosotros: que algo así suceda se debe al empeño y al trabajo que desde los años 80 han venido sosteniendo la Compañía Nacional de Teatro Clásico [coproductora, por cierto, del Juan Rana de Ron Lalá], Joglars, Adolfo Marsillach y otros muchos. Ahora estamos en condiciones de afirmar que el verso nunca debió huir de los escenarios. Una buena comedia en verso es capaz de decir las verdades más hondas de la manera más divertida. No hay nada más contrario a la idea de teatro polvoriento que el teatro en verso. Llevamos más de ochenta funciones de Todas hieren y una mata y el público siempre acaba a carcajada limpia. Es un gustazo”.
En la manera de Álvaro Tato de entender el teatro clásico (y, al cabo, en la acepción de clásico en sí), quedan reunidas la vocación pedagógica, la invitación al juego, la posibilidad de establecer un puente entre el siglo XVII y el siglo XXI y, especialmente, según el criterio medular del Barroco, “la opción de abordar algunas de las cuestiones fundamentales de la condición humana de la manera más simple, llana, directa y divertida. El teatro del Siglo de Oro está hecho con levedad, pero no con ligereza. Y esto lo puedes aplicar a los más grandes autores de comedias de todos los tiempos, desde Molière a Billy Wilder”. Preguntado por la posibilidad de escribir comedias en verso en el presente sin incurrir en arqueologías, Tato asegura “buscar lo que otros buscaban antes. Lope no imitaba a los italianos. Lo que hicieron él y otros de su época fue aspirar a escribir la literatura más elevada tomando como material de partida los cancioneros populares que cundían en la voz de la gente desde el siglo XIV. Pues bien, como autor yo intento hacer lo mismo. Es fácil dejar de hacer arqueología si te dedicas a buscar la quintaesencia de las palabras”.
Respecto a Andanzas y entremeses de Juan Rana, subraya Tato que Calderón “se convirtió en comediógrafo al incluir al personaje en sus entremeses”. Entre la Historia y la leyenda, Juan Rana “supo reírse de todo, de la honra, de la religión, de lo más sagrado de su tiempo. Apunta al origen directo del teatro popular”. En algún entremés asume Juan Rana el papel de alcalde tonto, lo que remite a la vieja y grotesca comedia grecolatina en un elemento conservado en el folclore más antiguo de Europa, el verdial malagueño: “Nuestro amigo el poeta Jacinto Pariente nos llevó a los Montes a ver una panda una vez que estuvimos en Málaga. Fue una experiencia increíble, aquella sensación de tribu, de fiesta compartida. A Juan Rana lo hemos recreado desde ahí”. Vamos, pues, pandero en ristre.
Temas relacionados
No hay comentarios