Antonio Banderas, pieza clave en el regreso de los Goya a Málaga
Premios Goya
El Teatro del Soho ofrece a la Academia de Cine la solución idónea para una gala sometida a las dudas en torno al coronavirus
El director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, celebra "el refuerzo aún mayor de la unión del cine español con la ciudad"
Málaga/La decisión, anunciada hace unos días, de poner fecha a la gala de los Goya en 2021, señalada para el 27 de febrero, daba cuenta de la intención preclara de la Academia del Cine Español de celebrar el encuentro, lo que ya significaba un paso adelante decisivo ante las dudas suscitadas por la epidemia del coronavirus. Ya el mismo presidente de la Academia, Mariano Barroso, apuntaba que se trataría de una gala "adaptada a las circunstancias"; circunstancias que hasta el próximo mes de febrero estarán por ver pero que pasarían, necesariamente, por la reducción del aforo y la observación de las máximas medidas de seguridad, esto es, por la adopción de un modelo distinto del multitudinario sarao al que el espectador está ya acostumbrado a estas alturas. No habría, por tanto, ninguna decisión a tomar entre diversas candidaturas, ni soterradas campañas diplomáticas para ganar el favor de la Academia, ni competición entre sedes idóneas: en esta ocasión, la misma Academia tendría que tomar las riendas en la búsqueda directa de la solución más idónea. Y esa solución no era otra que el Teatro del Soho Caixabank. Tal y como admitía el mismo Mariano Barroso en el comunicado divulgado este miércoles en el que se confirmaba la celebración de la gala de los Goya 2021 en el centro malagueño, fue la misma Academia la que se puso en contacto con Antonio Banderas para plantearle la situación "y Antonio se puso inmediatamente a nuestra disposición para que la próxima gala se celebre de manera responsable y comprometida con el momento y con la sociedad”. Es decir, el regreso de los Goya a Málaga tiene un nombre propio y distinto: el de Antonio Banderas.
A la hora de valorar opciones, las razones por las que la Academia de Cine se ha decantado por el Teatro del Soho en esta coyuntura son evidentes: el centro ofrece, por una parte, un auditorio recién estrenado, equipado con todos los recursos técnicos necesarios y con un caché más que a la altrua para aportar al encuentro la distinción que merece; y, por otra, una productora audiovisual propia, Teatro Soho TV, que garantiza la cobertura idónea tanto para su emisión en televisión como con vistas al seguimiento de los medios de comunicación, así como para las conexiones que tendrán lugar en directo con otras ciudades de España, tal y como anunció la Academia. La dirección al frente de María Casado y del mismo Antonio Banderas, que ejercerán igualmente de presentadores, ofrece suficientes garantías por la experiencia y el talento puestos en juego para el éxito de la misión. Es cierto que las dimensiones del escenario del Teatro del Soho son considerablemente más reducidas que la del Palacio de los Deportes Martín Carpena y las sedes que en los últimos años han acogido la gala de los Goya, y que el aforo, con algo menos de 900 butacas, es igualmente más discreto que las gradas con 2.500 o 3.000 espectadores que suelen desplegarse en cada velada; no obstante, la gran novedad es que la del año que viene será una gala hacia fuera, construida a base de conectividad y proyección fuera del espacio sin llegar a menoscabar el protagonismo del encuentro. En lo relativo a la cobertura mediática, todo apunta a la virtualidad como solución óptima; y también, necesariamente, perderá protagonismo la fiesta posterior, en el caso de que llegara a celebrarse. "La gala se adaptará a la nueva situación, con restricciones de aforo y extremando las medidas que marquen las autoridades sanitarias, y será una ceremonia responsable, solidaria, emocional y cercana, en la que se pondrá en valor el arte, el talento, la creatividad y la imaginación del mundo del cine", añade Mariano Barroso en este sentido.
Sin intervención pública de por medio, sin canon que satisfacer ni deudas que contraer, el acuerdo se ha resuelto directamente y de manera satisfactoria entre la Academia de Cine y Antonio Banderas, sin más intermediarios, lo que explica la celeridad y agilidad de un proceso que se ha llevado adelante con absoluta confidencialidad: algunos académicos consultados por este periódico sostienen que la resolución ha sido toda una sorpresa y que el Teatro del Soho nunca había salido a palestra como alternativa. En cuanto a los protagonistas, Antonio Banderas publicó este mensaje en Twitter: “Quiero agradecer a la Academia de Cine su confianza depositada en el Teatro del Soho TV y en nosotros para dirigir y presentar los 35 Premios Goya. ¡Todo un honor!” Y María Casado, a la sazón presidenta de la Academia de Televisión (detalle que convendrá tener bien presente de cara a la producción televisiva de la gala), afirmó por su parte: “Gracias a la Academia de Cine por confiar en nosotros. Nos vemos en Málaga en el Teatro del Soho el 27 de febrero”.
Preguntado por el regreso de los Goya a la ciudad, el director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar, artífice último que hizo posible la celebración de los Goya en Málaga este año, manifestó su "alegría al comprobar que la unión de Málaga y el cine español, ya consolidada, se refuerza ahora con esta noticia". Vigar destacó que la gala tendrá "el mejor anfitrión posible en Antonio Banderas" y subrayó que, con este proyecto, el actor malagueño "cerrará un ciclo mágico que empezó justo con el Goya que ganó en Málaga por su trabajo en Dolor y gloria". Vigar recordó que ya el presidente de la Academia, Mariano Barroso, destacó en la gala celebrada el pasado enero "la manera en que el cine español se siente querido en Málaga", y apuntó que, con la edición del Festival de Málaga que se celebrará el mes que viene y el regreso de los Premios Goya en febrero, "el cine español tomará en la ciudad el impulso que necesita después de unos meses muy difíciles".
Y es que, más allá de la calidad del nuevo formato, a la próxima gala de los Goya le corresponderá resolver una papeleta bien compleja: premiar lo mejor de una cosecha harto complicada, en un año marcado a fuego por el aplazamiento o la suspensión de rodajes, el cierre de salas durante casi cuatro meses y los obstáculos añadidos a la hora de sacar adelante cualquier proyecto audiovisual en España. Todo apunta, en cualquier caso, a que la segunda cita de los Goya en Málaga tendrá mucho de reivindicación, de sanación y reparación en cuanto al reconocimiento del cine como elemento consustancial e imprescindible de la cultura española. Y Málaga, merced a Antonio Banderas, volverá a ser testigo de excepción.
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