Brillante clausura con sabor americano
Clausura del Ciclo Voces. Sala María Cristina. Fecha: 29 de mayo. Programa: Selección de obras de Gershwin y Porter junto a espirituales y canciones tradicionales americanas. Intérpretes: Stephen Salters (barítono) y David Zobel (piano). Aforo: Dos tercios del total. Fecha: Jueves 29 de noviembre. Aforo: Casi lleno.
Se inician los tiempos de clausura dentro de los distintos ciclos musicales. El sábado se inició esta ronda con la del Ciclo Voces de la Fundación Unicaja. Un evento que congregó a la gran voz de Stephen Salters junto al experto acompañamiento al piano de David Zobel, y que nos hace pensar en el éxito global que ha tenido las distintas propuestas vocales iniciadas desde septiembre. Podríamos hablar, por tanto, de un círculo que se cierra con el mismo triunfo que supuso el recital inaugural de Ismael Jordi.
Ciertamente la velada, encuadrada en cuatro bloques, se presentó con la portentosa interpretación de tintes casi veristas de Crucifixion. Una excepcional manifestación dedicada a los espirituales y nos invitó a presenciar las increíbles matizaciones de exquisito contraste que posee el barítono norteamericano. Además, el trayecto musical prosiguió en la muestra permanente de su abanico de variedad de colores vocales, siempre en patentes dotes escénicas e interpretativas, entre la expresividad y la correcta dicción de He's got the whole world in his hands y la simpatía de Didn't it rain. En los siguientes bloques, dedicados tanto a las canciones tradicionales americanas como a algunas de las conocidas creaciones de Gershwin y Porter, Salters siguió demostrando un brillante poderío de eficiente técnica y de bellos momentos de sobresaliente fraseo y espléndidas conclusiones, como fue el caso de Flower of beaty y un emotivo Shenandoah, acompañado por la otra destacada pieza importante de este concierto: la genialidad de David Zobel como pianista acompañante.
Pero fue con el último bloque, dedicado a los espirituales negros, donde el solista mostró si cabe lo mejor de sí mismo, como en la traducción a capella de Lord how come me here de impecable afinación y junto a la maestría de Fix me, Jesus, y dos sobresalientes piezas de regalo ante las efusivas ovaciones dedicadas. Enhorabuena.
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