El CAC Málaga o la patata caliente
Equipamientos
A la espera de que se adjudique el nuevo contrato de gestión, el museo ya está cerrado a cal y canto, con su personal en la calle y con un serio revés para la política cultural municipal
Málaga/Es bien sabido que si no fuera por el último minuto casi nunca habría manera de llegar a tiempo a ningún sitio, pero si algo tiene el último minuto es su calidad inexorable. El Ayuntamiento de Málaga ha dispuesto de diez años para preparar con antelación más que suficiente el cambio de gestión del CAC Málaga tras el vencimiento del contrato correspondiente, pero hace ya mucho tiempo que el último minuto quedó atrás. Desde el pasado miércoles, día 1, el Centro de Arte Contemporáneo está como nadie esperaba encontrárselo en este 2019: cerrado a cal y canto. Y así seguirá durante al menos un mes, hasta que se formalice la adjudicación del contrato a la empresa Gestión Cultural y Comunicación, la misma que ha estado al mando del CAC desde sus inicios y que, ya sin Fernando Francés al frente, ha ganado el concurso público para su gestión. Los numerosos atrasos y prórrogas acumulados han obligado a abrir tan feo paréntesis entre la resolución del concurso y la adjudicación definitiva, con los periodos para las alegaciones incluidos, lo que se traduce en la clausura del CAC y el despido de sus trabajadores hasta nueva orden. Las alegaciones, por cierto, ya han sido presentadas por algunos concursantes que consideran que se han dado irregularidades en el concurso. La concejal de Cultura, Gemma del Corral, da por hecho que la resolución está “atada y bien atada” y que las alegaciones no van a encontrar muchos resquicios legales para hacerse efectivas, pero, de momento, todo lo que se pueda decir al respecto forma parte de la especulación. Por más que el Ayuntamiento confíe que en los primeros días de junio todo estará resuelto, con el contrato adjudicado y los trabajadores devueltos a sus puestos, el paréntesis podría ser más largo.
Mientras tanto, el Ayuntamiento ha pagado su escasa celeridad en el asunto CAC con una patata caliente que hasta la reapertura definitiva del museo va a convertirse en un dolor de cabeza y que ya figura como uno de los reveses más serios que ha sufrido la política municipal (sustentada precisamente en la estrategia museística como principio activo a través de la mera acumulación: cuanto más, mejor) en los últimos años. Este jueves, Del Corral anunció que el próximo día 16 se inaugurará una exposición de arte contemporáneo de la que la concejal ya dio cuenta a Málaga Hoy el pasado lunes y que permitirá llenar el hueco mientras se adjudica el contrato (sin intención por parte del Ayuntamiento, insiste Del Corral, en actuar bajo la marca CAC Málaga, lo que ciertamente plantea un dilema fenomenológico peliagudo); e incidió en la importancia de que el CAC esté abierto al público en la Noche en Blanco, que se celebrará el día 18. Sin embargo, lo cierto es que el único argumento que por ahora presenta el Ayuntamiento para el antiguo Mercado de Mayoristas es la misma exposición. En la programación de la Noche en Blanco, que también se presentó ayer, ni siquiera figura el CAC entre los equipamientos participantes. Del Corral apuntó a este periódico que el Ayuntamiento había iniciado conversaciones con varios gestores culturales para el desarrollo de una programación de conciertos o actividades escénicas, pero a dos semanas de la cita las posibilidades de maniobra, contratación y adecuación son mínimas. Lo peor de esta patata caliente es que ni siquiera dispone de tiempo suficiente para cocerse.
Más aún, el Ayuntamiento no sabe todavía qué personal se hará cargo del mantenimiento de la exposición ya anunciada. Podrían ser los trabajadores del CAC o una empresa externa: en ambos casos, dada la categoría del centro como espacio público de gestión privada, el Ayuntamiento tendría que hacer frente a razonables dudas jurídicas en cuya dilucidación trabajan sus propios servicios. En cuanto a los trabajadores del CAC, Del Corral quiso lanzar ayer un mensaje de tranquilidad al afirmar que el contrato contempla la subrogación de sus puestos en cuanto se formalice la adjudicación, pero los mismos trabajadores no lo ven tan claro. Lo que pasa por no respetar el último minuto.
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