Carlos Miranda traduce en Sevilla el ámbito doméstico

El artista malagueño inaugura hoy en El Butrón la nueva exposición de la serie 'The Estate of Anonymous'

Carlos Miranda, junto a algunas creaciones recientes de Polaroid Star.
Carlos Miranda, junto a algunas creaciones recientes de Polaroid Star.

El artista malagueño Carlos Miranda, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de la UMA, inaugura hoy a las 20:30 en el Espacio El Butrón de Sevilla la exposición The Estate of Anonymous (VII): Stories from homes 2. Nuevas pinturas de Carlos Miranda sobre visitas de Polaroid Star, que podrá verse hasta el próximo 5 de julio. Se trata de una colección de cuadros que continúa la serie exhibida en Italia en el año pasado por el Centro d'Arte Piana dei Colli de Palermo, mediante las que Miranda sigue desarrollando su particular universo metanarrativo en torno a la idea del arte como relato. Su habitual despliegue de heterónimos (las ideas de Anonymous, Polaroid Star como crítica o el propio Miranda como traductor en imágenes artísticas) se pone en juego esta vez en forma de relectura del antiguo género de la pintura de interiores. Esta tradición, tal y como informó ayer el propio artista, adquiere aquí una nueva dimensión al acercarse al espacio doméstico de diferentes personajes del mundo de la cultura que, de un modo u otro, conviven con el arte de la narración. Así, la representación del caos espacial que genera todo proceso de creación que, sin embargo, al tiempo establece un cosmos perfectamente estructurado en la obra, es el tema principal de esta incursión en las casas de autores como el pintor Chema Cobo, el narrador gráfico Pepo Pérez, la crítica de arte Emilia Valenza, la comisaria Giulia Ingarao, el novelista José Antonio Garriga Vela y el artista Rogelio López Cuenca. Cada cuadro, de esta manera, es titulado con el trabajo que estaban realizando cada uno de tales autores al recibir la visita -cámara en mano- de Polaroid Star, a partir de cuyas fotografías ha compuesto Miranda estas pinturas. Este modo de entender la obra implica "un muy particular lenguaje pictórico en el que la composición espacial se debe a razones que beben de fuentes tanto fuertemente disciplinares (la simultaneidad cubista o el eclecticismo estilístico, por ejemplo), como netamente extrapictóricas (el cómic o la fotografía)", resultando un registro a la vez contundente y sofisticado por el que cada cuadro aparece como un objeto de extrañamiento que "introduce al observante en un vertiginoso deambular entre la superficie de la materia plástica y la profundidad espacio-temporal de cada visita representada".

El propio Miranda define el proyecto The Estate of Anonymous como "un operativo ficcional estructurado en función del potencial de narratividad de varios heterónimos y desarrollado mediante sucesivos capítulos en diversas exposiciones individuales o mediante montajes individuales en exposiciones colectivas". Se trata, en fin, de una iniciativa dispuesta a seguir poniendo patas arriba todo lo que se creía seguro respecto a la creación artística. Por derecho.

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