La Casa Natal de Picasso da lustre a su colección de arte español
La exposición inaugurada ayer reúne 45 piezas de obra gráfica de artistas como Tàpies, Miró, Chillida, Brossa y Brinkmann
Sometida a juicio en los últimos años, a menudo de manera implacable, la Transición tuvo un correlato plástico en el arte español más que notable, tanto en su dimensión política como meramente estética (si es que algo así es posible). Quien vino a dictar las normas de este revelador caos fue, claro, Pablo Picasso, quien murió dos años antes que el dictador abriendo de este modo el camino a la sucesión coronaria del mismo arte español (un criterio que, para ser exactos, nunca llegó a revertir las consecuencias de su exilio, para bien o para mal, y por mucho que Picasso se reivindicase en Francia como uno de los nuestros) justo en un periodo en que también España, puesta patas arriba, aspiraba de algún modo a sucederse a sí misma. Viene todo esto a cuento porque la Fundación Picasso Casa Natal inauguró ayer su nueva exposición, Arte español en la colección de la Fundación Picasso, que podrá verse hasta el 5 de junio y que reúne 45 piezas de obra gráfica de 36 maestros como Antoni Tápies, Eduardo Chillida, el Equipo Crónica, Joan Brossa y también algunos malagueños como Enrique Brinkmann. Todas las obras recogidas fueron realizadas a partir de 1973, lo que permite al visitante extraer sus propias conclusiones respecto a la carrera sucesoria y la influencia del malagueño más universal en todos sus herederos. Que no es poco.
La exposición hace dialogar la figuración lírica de Joan Ponç y el malagueño Joaquín Peinado con los lenguajes pop en su vertiente libérrima e irreverente que representan Carlos Pazos, Manuel Quejido o Antoni Miralda. No faltan la mirada crítica con el poder de los equipos Crónica y Realidad, el gestualismo espiritualista de Tàpies, la vocación lírica de Joan Miró, los enigmas visuales de Joan Brossa o la abstracción de Enrique Brinkmann. También están incluidas en el discurso expositivo las apuestas geométricas de Pablo Palazuelo, Eusebio Sempere y Cabra de Luna, el elemento expresionista, entre abstracción y surrealismo, de Amadeo Gabino, Manolo Millares o la abstracción diversa de Eduardo Chillida, Gerardo Rueda o Ràfols Casamada.
En declaraciones recogidas por Efe, el comisario de la muestra, Mario Virgilio Montañez, afirmó ayer que todos estos artistas "conocían y admiraban la obra de Picasso y no podían ser ajenos a la influencia y al magisterio picassiano". Así, el nuevo proyecto de la Casa Natal muestra "un panorama desde la España opresiva durante la cual murió Picasso y cómo se va abriendo hasta llegar a la posmodernidad, con el tránsito hacia la democracia, la libertad y la pluralidad". Respecto a la posible influencia de otros artistas en Picasso, Montañez señaló que "en cada fase, Picasso va por libre, dejándose influir muy poco, y en él no hay influencias, sino que son una consecuencia de una tradición previa. Cuando crea el cubismo, hay una influencia arqueológica del arte ibérico y del arte africano, pero la impronta de crear un nuevo capítulo es picassiana".
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