Chavela Vargas se mantiene estable dentro de la gravedad

Su médico asegura que la artista "está preparada para la muerte en el caso de que llegue"

Efe / México

03 de agosto 2012 - 05:00

La cantante Chavela Vargas "está estable", aunque su estado de salud sigue siendo grave y su pronóstico incierto, según confirmó ayer su médico de cabecera, José Manuel Núñez, quien comentó que la artista "está preparada para la muerte en caso de que llegue".

"Está de buen humor" y como "se considera una chamana, tiene la idea de que va a trascender", señaló el doctor, al recordar que Chavela, ingresada desde el fin de semana pasado en el hospital Inovamed de la ciudad mexicana de Cuernavaca, no le tiene miedo a la muerte. La intérprete de origen costarricense, de 93 años, tiene "una fortaleza envidiable" y "muchos recuerdos bellos de su público, de su México, de España", aseguró.

El médico explicó que el deterioro de su salud fue rápido, pero la recuperación está siendo "muy lenta". Ésta puede llevar días o incluso semanas, debido a su avanzada edad y los problemas crónicos que posee en corazón, pulmones y riñones.

Dichos órganos "los tenemos compensados, pero no fuera de peligro", apuntó Núñez, quien señaló que la intérprete de temas como La Llorona y Macorina ha estado respondiendo, pero existe el riesgo de que en cualquier momento se desplome de nuevo.

Núñez añadió que Chavela empezó a comer ayer, conoce su estado de gravedad y está acompañada en el hospital por sus enfermeras y su amiga María Cortina, quien escribió con la artista el libro Dos vidas necesito. Las verdades de Chavela.

La cantante llegó a México el 26 de julio pasado, después de casi un mes en España, donde viajó para ofrecer un recital con temas del disco que dedicó a García Lorca, La luna grande, y presentar sus memorias.

Dicho esfuerzo le pasó factura y el 12 de julio fue internada por una taquicardia en un hospital de la capital, en el que estuvo hasta el 21 de julio.

Desde ese día descansó en la Residencia de Estudiantes de Madrid "vigilada" de cerca por sus enfermeras, sus amigos y el personal de la institución hasta su regreso a la localidad mexicana de Tepoztlán, cercana a Cuernavaca, donde ha vivido los últimos años.

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