Málaga y los Goya: la historia improbable
Cine
El presidente de la Academia de Cine confirma que Pamplona, Palma, Granada y Sevilla son las ciudades que han apostado en los últimos años por acoger la gala
Málaga/Cuando el pasado mes de julio se anunció que la siguiente ceremonia de entrega de los Premios Goya (la trigésimo tercera) se celebraría el 2 de febrero de 2019 en Sevilla, más allá de la novedad descentralizadora (en la historia de los galardones sólo la gala celebrada en Barcelona en 2000 ha escapado a la hegemonía madrileña), hubo quien desde Málaga apuntó a la teoría del agravio para denunciar la falta de apoyo y de consideración por parte de la Academia de Cine a la ciudad que consagra anualmente todo un festival a la cinematografía española y en español. Pero justo entonces, el propio director del Festival de Cine en Español de Málaga, Juan Antonio Vigar, apuntó (en declaraciones a Málaga Hoy) que de ninguna forma la opción de la Academia de Cine por Sevilla debía entenderse como “una falta de consideración” hacia Málaga ni hacia su festival, y que, en todo caso, la “itinerancia” de los premios abría “posibilidades futuras a Málaga”. A un mes de la celebración de la gala en la ciudad hispalense, las palabras de Vigar ganan aún más en razón y verdad por la clarificación de una evidencia: la salida de la gala de los Goya de Madrid se debe al empeño, la apuesta y el trabajo sostenido durante años de un reducido conjunto de ciudades aspirantes en el que nunca ha estado Málaga.
Así lo confirmó el presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, en la última asamblea general de la institución de 2018, celebrada en su sede madrileña el pasado 18 de diciembre. Preguntado al respecto, Barroso confirmó que las ciudades que durante los últimos años se han postulado para acoger la ceremonia han sido Palma de Mallorca, Pamplona, Granada y Sevilla, y que fue la última, por atesorar las mayores garantías para el éxito de la gala, la que se llevó al gato al agua. Fuentes de la propia Academia señalaron a Málaga Hoy que Barroso detalló en la misma asamblea que “Málaga [sin precisar persona ni institución] llamó para interesarse al día siguiente de hacerse pública la elección de Sevilla”, pero que la ciudad no había mostrado hasta la fecha interés decidido en servir de anfitriona a los Goya.
Eso sí, que Málaga no meta la cabeza en esta carrera no obedece tanto a una cuestión de dejadez ni de mirar para otro lado como a un argumento de peso para que la ciudad permanezca al margen: su carencia de una infraestructura con las dimensiones que precisa la celebración de la gala. Si en la Comisión de Cultura celebrada el mes pasado afirmó la concejal del ramo, Gemma del Corral, que el único espacio disponible en la capital que se ajusta a las exigencias de la Academia de Cine es el Palacio de los Deportes Martín Carpena, desde la misma Academia apuntan que las instalaciones deportivas no son precisamente del agrado de sus responsables en lo que se refiere a la gala de los Goya; además, el equipamiento debe contar con una zona anexa de dimensiones también notables para la fiesta posterior a la entrega de premios, algo que dejaría al Carpena sin muchas opciones (en cualquier caso, tampoco las opciones posibles han bastado para que el Ayuntamiento moviera ficha para acoger la gala). Más allá del Palacio de los Deportes, la gala de los Goya requiere un aforo de tres mil butacas (algo que el Fibes sevillano consiguió mediante la ampliación inaugurada en 2011), y ni el Palacio de Ferias y Congresos ni cualquier otro espacio ofrecen actualmente tal capacidad en la ciudad. La solución definitiva pasaría por la construcción del Auditorio, lo que forma parte aún del estricto territorio de la utopía.
Respecto a la “itinerancia” a la que aludía Vigar, las mismas fuentes de la Academia consideran “prematuro” hablar de la posibilidad de que se realicen más galas fuera de Madrid en estos términos. La gala de los Goya celebrada en Barcelona en 2000 se saldó con un balance negativo y durante muchos años la Academia de Cine no ha querido ni oír hablar de la posibilidad de sacar la ceremonia de Madrid. Que ahora los premios vayan a concederse en Sevilla es consecuencia de un empeño sostenido durante años, y dependerá del saldo de la gala del 2 de febrero que la institución baraje otras opciones para las siguientes ediciones. En cualquier caso, el problema estructural de Málaga para acoger grandes proyectos culturales sigue pasando su factura.
Sólo cuatro títulos del Festival de Málaga a los Goya
Si la celebración del Festival de Cine en Español es un argumento recurrente a favor de la llegada de la gala de los Goya a Málaga, lo cierto es que las conexiones entre ambos escaparates siguen sin ser muy firmes. Este año, sólo cuatro largometrajes presentados en las distintas secciones del Festival de Málaga concurren entre los nominados a los Goya: Sin fin y Ana de Día (que optan al Goya la mejor dirección novel), Jefe (nominado en la categoría de mejor guión adaptado) y Memorias de un hombre en pijama (en el apartado del cine de animación). Además, el corto Kyoko, que se llevó en Málaga el premio del público, opta al Goya en su género. Ni Benzinho ni Las distancias, ganadoras de las Biznagas de Oro, figuran entre las películas nominadas.
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