Ciria le planta cara al miedo con sus 'Juegos de Espejos'
El artista inauguró ayer en el Museo del Patrimonio Municipal un centenar de piezas de su obra reciente, muchas de ellas inéditas, con rostros que buscan "ternura y cariño"
"La pintura no asusta. Son los personajes los que asustan", aclaró ayer José Manuel Ciria,rodeado de enormes rostros anónimos que le imploraban, a su juicio, "ternura y cariño". El autor del centenar de obras que conforman Juego de Espejos -la mayoría inéditas- acudió ayer al Museo del Patrimonio Municipal (Mupam) dispuesto a explicar el significado de una exposición que reivindica el regreso de la pintura al arte contemporáneo y que se abre como "metáfora de una especie de demografía mundial de horrores y de torturas psicológicas", sostuvo Laura Revuelta, comisaria de la muestra junto a Rafael Sierra.
Durante los últimos tres años, Ciria ha trabajado en estas series de retratos en óleo pertenecientes a la colección Cabezas de Rorscharch III por un lado, y a la colección Memoria abstracta, por otro, referente a sus lienzos menos figurativos, donde las manchas de color cobran protagonismo. "Están encerradas en una especie de cárceles geométricas para expresar ese sentir colectivo de miedo", detalló el artista en referencia a los cuadros que pueblan la tercera planta del Mupam. "Un gran panel de obras abstractas, que provocan atracción por la explosión de color y de violencia que encierran", añadió la comisaria.
Pero antes de llegar a ese nivel de abstracción, Ciria se recrea -en la primera y segunda planta- en esos grandes rostros que parecen explorar la imagen que les devuelve un espejo. El terror, la maldad, la risa contagiosa o la felicidad de una niña sumergida en el agua muestran también el reverso de su autor. Abstracción y figuración se dan así la mano en Juego de Espejos -que se puede visitar hasta el 27 de mayo- para mostrar "series con posturas antitéticas", detalló Ciria, con residencia en Nueva York desde hace siete años y con vivienda de verano en Marbella, donde ha expuesto y donde recibió un premio del Museo del Grabado de la ciudad. Mantiene así abierto dos estudios, el americano y el madrileño; y cuenta con tres residencias, la de Nueva York, la de Madrid y la de Málaga.
José Manuel Ciria está considerado uno de los pintores españoles en activo más apreciados y consolidados internacionalmente. En los últimos tres años ha realizado 20 exposiciones individuales como en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Amarillo Museum of Art de Texas, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Kursaal Sala Kubo de San Sebastián, el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil, el Instituto Cervantes de Chicago o el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile.
Su obra, de estilo abstracto, se mueve entre la libertad, la gestualidad, el informalismo, la planificación, la geometría y el constructivismo. Con el objetivo de jugar con las apariencias, Ciria quiere llevar al espectador a los límites de su crueldad, del egoísmo y de la locura inherente a todo ser humano.
El artista vuelve demostrar en la exposición del Mupam su querencia por indagar en los mecanismos de la memoria, del reconocimiento y la identidad. En cualquiera de sus obras pertenecientes a estas series se advierte el deseo de aprehender y plasmar simultáneamente el itinerario que recorren los diversos movimientos artísticos, esos juegos con las formas, el color y la figura y esa oscilación pendular entre contrarios que definen el devenir de la Historia del Arte.
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