Esperando al Realismo

Málaga/Hay algo de impresión electrizante en la idea de dejar un museo vacío, pero así es como se quedará la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo en Málaga a partir del próximo fin de semana. Eso sí, será por poco tiempo: el centro de Tabacalera se dispone a renovar al completo su programa expositivo, por lo que tanto su colección anual (Santas, Reinas y Obreras) como sus exposiciones temporales (Nikolái Roerich. En busca de Shambhala y Anna Ajmátova. Poesía y vida) se despedirán del público malagueño el domingo 1 de marzo a la vez que el museo trabaja ya en su recambio. Así, el 25 de marzo se inaugurará la nueva colección anual, Realismo: Pasado y presente. Arte y verdad, que podrá verse hasta el 4 de abril de 2021; así como la nueva programación de exposiciones temporales, que incluye dos muestras contenido cinematográfico: Andrèi Tarkovsky. Maestro del Espacio, una muestra dedicada al cineasta ruso que estuvo prevista en un principio para 2018 y que podrá verse finalmente este año; y Rompiendo el silencio. El cine mudo en Rusia. Ambas podrán verse hasta el 6 de septiembre e incluyen ciclos especiales de proyecciones cinematográficas.

Lo primero es, eso sí, despedir las muestras vigentes. Y, para ello, el Museo Ruso ha convocado dos jornadas de puertas abiertas, con entrada libre y gratuita a todas las exposiciones, el viernes 28 de febrero y el domingo 1 de marzo. Desde este martes se celebran los talleres especiales de Semana Blanca, y desde el viernes 28 tendrán lugar las visitas crono, las visitas en familia y otras propuestas para disfrutar tanto de la colección anual como de la exposición temporal cuyos fondos regresarán en su mayor al mismo lugar del que vinieron: el Museo de Arte Ruso de San Petersburgo.

En cuanto a la nueva colección anual, Realismo: Pasado y presente. Arte y verdad, los visitantes podrán encontrar obras realizadas en un marco que abarca desde el siglo XVIII hasta la actualidad. El objetivo es, según explican desde el Museo Ruso, presentar el realismo como “una disciplina artística capaz de superar épocas históricas”, con lo que, si algunas colecciones anteriores quedaron consagradas a épocas o temas concretos, la transversalidad es aquí mayor. De entrada, la colección presenta conexiones evidentes con la que se inauguró en el Museo Ruso hace ahora dos años, Radiante porvenir. El arte del realismo socialista; pero, por más que el realismo fuese el registro predominante (por impuesto) en la URSS, la nueva colección anual aspira a mostrar, a través de obras de artistas como Sundukov, Shenderov, Petrov-Vodkin, Pavlov y Malagis, hasta qué punto ha sido el realismo una escuela predominante en el arte ruso “como disciplina artística capaz de representar objetivamente la realidad”. Una premisa que podría asignarse sin problemas a otros ámbitos como la literatura, el teatro y el cine.

Y, precisamente, las dos muestras temporales que completarán la oferta expositiva del Museo Ruso tendrán en el séptimo arte su principal protagonista. Andrèi Tarkovsky. Maestro del Espacio propone toda una inmersión en el autor de películas como Stalker, Sacrificio y Andrèi Rublev a través de fotografías, proyecciones, documentos y hasta pinturas del director ruso, una de las figuras más influyentes de la historia del cine. Por su parte, Rompiendo el silencio. El cine mudo en Rusia ahondará en los orígenes del cine en Rusia, el impacto social que causó ya desde comienzos del siglo XX y su consagración como instrumento tanto adoctrinador como lúdico. Estas dos exposiciones temporales contarán, a modo de complemento oportuno, con un ciclo de proyecciones de películas. Nuevos argumentos, al cabo, para desplazarse a Huelingrado.