Los festivales, en el aire

Coronavirus en Málaga | Conciertos

Las principales citas con la música de la provincia miran al verano con incertidumbre dada las dificultades para aplazar, aunque hay excepciones

Un concierto de la edición del Oh See! Festival celebrada el año pasado en Málaga. / M. H.

Málaga/Al igual que el resto del tejido cultural, los grandes festivales de música que se celebran cada verano afrontan la epidemia del coronavirus entre el estupor, la incertidumbre y las peores noticias, lo que tiene consecuencias directas en la provincia de Málaga, donde los festivales se han convertido en un atractivo cultural y turístico de primer orden. Si parecía en un principio que la normalidad quedaría recobrada en verano, el curso de los acontecimientos va dejando claro que no va a ser tan fácil ni tan rápido; y aunque promotores, organizadores e instituciones se limitan de momento a aguardar instrucciones del Gobierno y comprobar la evolución de la epidemia, la amenaza de las cancelaciones cobra cada vez más fuerza. Especialmente significativa ha sido la suspensión, anunciada esta misma semana, de La Mar de Músicas, el emblemático festival de Cartagena, cuya nueva edición debía celebrarse del 17 al 25 de julio, sin reemplazo alguno hasta el año 2021. Buena parte del sector ve en este anuncio una premisa de lo que cabe esperar a nivel nacional, incluida, claro, la provincia de Málaga.

De momento, quien se ha pronunciado de manera clara es la organización del Weekend Beach Festival, que mantiene su próxima edición en los términos ya anunciados: del 1 al 4 de julio en su atalaya habitual de la playa de Torre del Mar. Es decir, de momento la organización mantiene en pie el certamen en todas sus hechuras, según confirmaron fuentes de la misma a Málaga Hoy. Eso sí, los responsables continúan “a la espera de las directrices que implante el Gobierno, especialmente a partir del día 26”, respecto a la epidemia del coronavirus, aunque confían en que el festival pueda celebrarse con total normalidad.

Público congregado en una de las últimas ediciones del Weekend Beach Festival, en Torre del Mar. / M. H.

Y esto tiene que ver también con el cartel. Aunque la organización dará a conocer el próximo martes día 14 el listado completo de los artistas convocados, de momento se mantienen todos los conciertos ya anunciados, un menú que incluye actuaciones de largo alcance como las de Die Antwoord, Kase.O, Residente, The Hives, El Kanka, Orishas, Lola Índigo, Aterciopelados, El Drogas y Vintage Trouble, entre muchos otros. Todos los grupos y artistas contratados mantienen su compromiso con el festival.

La organización confirmó igualmente que sigue en contacto diario “con las autoridades pertinentes. Nuestras decisiones siempre estarán guiadas por las directrices de dichas autoridades. La salud y la seguridad de todos los asistentes a nuestro festival y de todas las personas de nuestro pueblo anfitrión, son nuestra primera prioridad, y todos los esfuerzos y las decisiones que tomamos en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19 tienen ese objetivo por encima de ningún otro”.

Los promotores aguardan instrucciones del Gobierno, pero las previsiones son malas

Pero la determinación de la organización del Weekend Beach contrasta con la prudencia general del resto de promotores. Los organizadores del nuevo Brisa Festival, cuya primera edición está anunciada para el 19 y 20 de junio en el dique de Levante del Puerto de Málaga con la colaboración de la Diputación y con la presencia de Crystal Fighters, Carolina Durante, León Benavente, Danza Invisible, Coque Malla, Sidonie y Niños Mutantes entre otros, se limitaron a señalar al ser preguntados por sus previsiones: “En principio estamos esperando a ver las medidas que adopta el Gobierno tras el confinamiento”. Del mismo modo se pronunciaron responsables de otros festivales como el Ojeando, que anunció su próxima edición para los días 10 y 11 de julio y cuyo concierto de finalistas de Nuevos Talentos debía celebrarse el próximo día 18; así como del Starlite de Marbella, el Marenostrum de Fuengirola (cuyo primer concierto, el de Miguel Poveda, está anunciado para un temprano 18 de mayo) y el Oh! See de la capital malagueña, que, dada su celebración en septiembre, podría tenerlo más fácil para seguir adelante.

Varios promotores y profesionales del sector consultados por este periódico coincidieron al señalar que, a la hora de optar por la prudencia, mantener las fechas o, por el contrario, anunciar las cancelaciones, influye de manera decisiva la titularidad de los festivales: los certámenes sostenidos principalmente por promotoras privadas tienden a transmitir una imagen de normalidad y a seguir promocionando sus actividades hasta el final, mientras que los que dependen de ayuntamientos e instituciones públicas se muestran por lo general mucho más prudentes. También resulta fundamental el volumen de los festivales: un certamen con un cartel internacional difícilmente va a tener más opción que la cancelación directa hasta la celebración de la siguiente edición, mientras que los festivales más modestos, que suelen incluir a bandas con menos compromisos, pueden aventurarse a buscar otras fechas para salvar la edición de este año en la medida de lo posible, aunque sea parcialmente. Varias asociaciones españolas de promotores de conciertos han reclamado ya ayudas para hacer frente a las cancelaciones, sobre todo a nivel autonómico. Pero será difícil que el próximo no sea el verano de nuestro descontento.

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