Contra la derrota en el teatro de la incertidumbre
Coronavirus en Málaga | Artes escénicas
Las compañías malagueñas hacen frente a cancelaciones, aplazamientos, impagos y a otras consecuencias de la cuarentena que se prolongarán mucho más allá del estado de alarma
La anulación de funciones afecta ya al verano y compromete en gran medida la próxima temporada
Málaga/Cuando la crisis económica de 2008 se llevó por delante buena parte del tejido profesional de las artes escénicas en España, incluidas compañías, salas, festivales e infraestructuras, no faltaron voces que recordaban el permanente estado de crisis que comparten el teatro, el circo y la danza prácticamente desde que son reconocidos como tales. Semejante tendencia a la precariedad debía traducirse, según los más optimista, en una mayor capacidad de resiliencia de las compañías a la hora de capear el temporal. Lo cierto es que, por más que poco a poco se fuesen recuperando espectadores, especialmente en los últimos cinco años, aquel desmantelamiento no llegó a compensarse del todo: las alternativas a los sistemas de producción y distribución tradicionales se dieron a menudo en estructuras frágiles y carentes por lo general de ayudas y recursos financieros, una debilidad que, sin remedio, terminó mostrándose definitivamente incapaz en muchos casos. Ahora, con no pocas cuentas pendientes de la última crisis, la pandemia del coronavirus ha devuelto a las compañías, otra vez, a la casilla de salida, con cancelaciones, aplazamientos dudosos, impagos y otras consecuencias de prolongación indefinida que amenazan ya con resultar insostenibles para buena parte del sector, especialmente la más indefensa y la menos veterana. Veinte días después del decreto del estado de alarma, ahora con la certeza de que el mismo perdurará más de lo que cabía esperar en un principio, las compañías afrontan un paréntesis de paro e incertidumbre que ya afecta a un periodo esencial como el verano y que llena de dudas todo lo relativo a la próxima temporada. Tal y como apunta la actriz Macarena Pérez Bravo, de la compañía malagueña Pata Teatro, "en la crisis de 2008 teníamos al menos una previsión más o menos razonable de lo que iba a pasar y de lo que podíamos hacer. Así que nos dedicamos a buscar nuevas fórmulas para atraer al público, y en muchos casos funcionaron. Pero ahora no tenemos ninguna información ni margen de acción. Sólo podemos esperar a que pase. Y no podemos esperar siempre".
Mientras compañías e instituciones se han lanzado a divulgar grabaciones de sus producciones en streaming para mantener viva la llama del teatro, aunque sea en las pantallas y en los hogares, la evidencia es que sin funciones no hay ingresos. Y en la escena malagueña, con dificultades particulares como la falta de salas y equipamientos capaces de dar una respuesta a la altura de lo que las mismas compañías ofrecen, y obligada a redoblar esfuerzos a la hora de convocar al público en una ciudad cuyo buen clima invita a quedarse en la calle trescientos días al año, esta coyuntura deja estragos igualmente particulares. El Espejo Negro, una de las compañías más veteranas y reconocidas, ganadora de dos Premios Max y considerada emblema del teatro de títeres en España, había reducido su frenético nivel de actividad dada la enfermedad con la que el director de la agrupación, Ángel Calvente, lleva lidiando desde hace unos meses. La epidemia sorprendió así a El Espejo Negro ya en una situación delicada, "pero hemos tenido que cancelar todas las funciones de abril y mayo sin saber todavía qué va a pasar con junio, lo que nos deja en una posición muy comprometida", tal y como explica Calvente. Así, el Teatro del Soho Caixabank programó un ciclo especial dedicado a El Espejo Negro, con la representación de cuatro obras (Óscar el niño dormido, El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide, La venganza de Don Mendo y Espejismo) del 9 al 21 de junio que, de momento, siguen en cartel y con las entradas a la venta, "aunque no sabemos qué va a pasar. De entrada, para hacer La venganza de Don Mendo tendríamos que empezar a ensayar en mayo, lo que no sé si va a ser posible. Y, aunque se podría cambiar la programación y hacer más funciones de Espejismo, con el que no necesitaríamos anticiparnos tanto, nos queda por saber cuándo se podrá volver al teatro, en qué condiciones y si el público va a volver a sentarse pronto en una sala sin miedo. Son demasiadas incógnitas".
En cuanto a posibles ayudas económicas y compensaciones, Calvente explica que su situación es la de cualquier otro autónomo: "No sabemos si habrá ayudas específicas para el sector, pero tradicionalmente las ayudas para el teatro son muy restringidas y están sometidas a un proceso burocrático tremendo. Al principio parece que hay ayudas para todos, pero luego te encuentras que donde decían digo dicen Diego y que sólo puedes aspirar a muy poco. Lo que más nos preocupa ahora es que hay ayuntamientos que nos contrataron en su día, para los que actuamos y que ahora no nos pagan. Es más, parece que no van a hacerlo mientras dure el estado de alarma. Y, la verdad, no entendemos por qué".
La compañía Pata Teatro ha cancelado o aplazado ya todas sus funciones hasta julio, un mazazo difícil de afrontar para cualquier colectivo escénico que se precie. "Nos están aplazando fechas para octubre y noviembre, pero no sabemos cómo estará la situación entonces", apunta Macarena Pérez Bravo, quien comparte inquietudes con Ángel Calvente respecto al después: "Nuestro trabajo pasa, siempre, por presentar lo que hacemos como algo atractivo para el público y por lograr que los espectadores vengan a vernos. Después de una pandemia y una cuarentena, sabemos bien que costará mucho atraer a la gente un sitio donde no hay más remedio que juntarse mucho y donde hay habitualmente muchas toses. No podemos saber cuánto durará el proceso de normalización". La prolongación del estado de alarma compromete ya seriamente la celebración del ciclo Clásicos en Verano de Pata Teatro, que se ha convertido ya en una insignia de la oferta cultural de Málaga en verano, con funciones al aire libre distribuidas entre julio y agosto, y que ha celebrado sus últimas ediciones en el patio del Colegio Prácticas Nº 1, en la Plaza de la Constitución. Con las funciones contadas por llenos, la compañía logra atraer cada verano a unos tres mil espectadores, pero lo que pueda suceder este verano constituye una incógnita, tal y como explica Pérez Bravo: "La verdad es que la gestión del Clásico del poco verano estaba ya siendo difícil antes del coronavirus por una cuestión burocrática. Tras el cambio de Gobierno en la Junta, la cesión del patio del colegio para las funciones se había complicado mucho. Pero esperábamos poder resolverlo. A día de hoy, seguimos con el trabajo de producción igual que siempre, aunque es más difícil garantizar los patrocinios y apoyos que teníamos y que son imprescindibles para el ciclo. Lo que sí tenemos claro es que, si podemos hacer la nueva edición este año, montaremos una comedia. Nada de tragedias ahora".
Respecto a las posibles ayudas, Pata Teatro comparte, igualmente, la situación de los autónomos: "En marzo sólo pudimos dar una función, pero pagamos la cuota igualmente. Hemos solicitado las ayudas para autónomos, pero no hay ningún tipo de compensación para artistas, y en Pata Teatro trabajan tres familias que vivimos de esto. Luego, ves las ayudas que se dan a las artes escénicas en Francia y Alemania y vuelves a tener la sensación de que aquí nos han dejado solos", apunta Macarena Pérez Bravo. Pata Teatro comenzó el 2020 con todo un pan debajo del brazo: el Premio a la Mejor Autoría Teatral en Fetén (la principal feria nacional del teatro infantil y juvenil) por su obra Debajo del tejado (que precisamente pudo verse el pasado viernes en las pantallas dentro de una programación especial del canal Clan), lo que se tradujo en una notable cantidad de funciones por toda España ahora, lamentablemente, suspendidas.
Similares impresiones comparte Alfonso de la Pola, fundador, artífice y alma de la compañía malagueña Rolabola, Premio Nacional de Circo en 2017: "Lo hemos perdido todo hasta mayo y no tengo muchas esperanzas para junio ni para el resto del verano. Calculo que se nos habrán caído unas treinta o cuarenta funciones. La epidemia nos ha pillado justo un año después del estreno de nuestro último espectáculo, Rock Cirk, que ha funcionado muy bien y con el que teníamos una agenda de actuaciones importante en toda España. Ahora, se ha parado todo en seco", explica De la Pola, quien teme igualmente "no sólo la crisis sanitaria, ni la económica, también la social. No sé cuánto tiempo tendrá que pasar hasta que la gente se anime a volver al teatro. Además, nosotros trabajamos tanto en salas como en la carpa y también en la calle, donde, por supuesto, no se respeta distancia de seguridad de ningún tipo". El artista se muestra no menos escéptico en cuanto a las posibles compensaciones públicas por las pérdidas: "El INAEM está haciendo una estimación de sus propias pérdidas, sobre todo de las funciones canceladas en el circuito Platea. Y hay asociaciones escénicas que están pidiendo datos a las compañías para hacer luego reclamaciones en común. Pero, la verdad, dudo de que el Gobierno vaya a tratarnos de manera distinta a la hostelería, por ejemplo. Se nos ofrecerán las mismas ayudas que a otro sector cualquiera".
Eso sí, Alfonso de la Pola advierte una posible ventaja del sector de las artes escénicas respecto al resto a la hora de afrontar la situación: la experiencia. Y se explica: "Es cierto que la crisis económica golpeó a todo el mundo, pero en nuestro sector, donde la mayoría somos autónomos, este tipo de trances son habituales. Ni siquiera tiene que venir una crisis ni pasar nada extraordinario: puedes tirarte un año produciendo, creando y montando un espectáculo y encontrarte nada más estrenarlo con que es un fracaso y la gente no va a verlo. Todos hemos pasado por eso. Entonces, resulta que el trabajo de todo un año no vale para nada, que has perdido dinero y que hay que empezar de nuevo. Creo que lo que tenemos ahora se parece bastante a eso. Y si hemos salido antes, podemos volver a salir ahora".
El caso de otra compañía malagueña, Jóvenes Clásicos, resulta singularmente representativo. La compañía ha trabajado en el último año en la organización, junto a la Diputación provincial de Málaga, de las primeras Jornadas del Siglo de Oro de Málaga, que iban a celebrarse la primera semana del 4 al 6 de mayo en el Centro Cultural Provincial MVA con representaciones, talleres, conferencias y la participación de referentes nacionales del teatro clásico como Helena Pimenta, Pepa Pedroche, Ernesto Arias, Carlos Aladro, Álvaro Tato e Ignacio García. Además, el actor y primer impulsor de la compañía, José Carlos Cuevas, así como su director artístico, Pedro Hofhuis, se hicieron con la organización del Festival de Teatro Clásico del municipio cordobés de Fuente Obejuna, que incluye la representación popular al aire libre de Fuenteovejuna de Lope de Vega y cuya próxima edición, la primera a cargo de Cuevas y Hofhuis, iba a celebrarse el próximo mes de agosto. De modo que, además de la cancelación de las representaciones de espectáculos propios como A secreto agravio, secreta venganza y Numancia ocupada, previstas para los próximos meses, Jóvenes Clásicos afronta el aplazamiento de proyectos cuya gestión ha requerido largos meses de trabajo. "La Diputación baraja trasladar las Jornadas del Siglo de Oro de Málaga a febrero o mayo de 2021. Antes sería imposible porque no hay fechas ni espacios disponibles. El Festival de Fuente Obejuna se traslada directamente a agosto de 2021, ya que para su celebración el Ayuntamiento necesita recursos económicos con los que ahora no puede contar", explica Cuevas al respecto.
Y es que los aplazamientos pueden constituir una solución a largo plazo, pero también un problema cuando se trata de ajustar dos temporadas en una, lo que tendrá nuevas consecuencias a partir de septiembre, aunque para entonces no haya epidemia ni confinamiento, tal y como relata José Carlos Cuevas de manera ilustrativa: "Las Jornadas del Siglo de Oro de Almería, en las que íbamos a representar Numancia ocupada, se han trasladado al mes de octubre. Pero resulta que en octubre tenemos previsto el estreno de nuestro nuevo espectáculo en el Teatro de la Abadía, en Madrid. Evidentemente, no queremos renunciar a nada y aspiramos a recuperar todo lo que llevamos perdido estos meses. Pero ya estamos teniendo problemas para conjugar fechas y sabemos que no va a ser fácil. Tener que escoger entre propuestas que ya teníamos garantizadas sería terrible". De momento, al menos, Cuevas percibe una cuestión positiva en este paisaje: "El hambre con la que vamos a salir ahí fuera. Si me abren ahora la puerta de un teatro, me lo como entero".
Las reclamaciones de las compañías malagueñas constituyen en gran medida un eco de la emergencia que viven las artes escénicas en toda España. Mientras algunos de los productores más importantes del país (como Jesús Cimarro, director de Pentación y del Festiva del Teatro Clásico de Mérida) reclaman una bajada del IVA al 4% cuando regrese la actividad teatral para compensar las pérdidas, la Mesa de Artes Escénicas, formada por treinta y dos asociaciones del sector de toda España, presentará en los próximos días al Ministerio de Cultura un documento con cincuenta y dos medidas "para afrontar las consecuencias de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 en el sector de las artes escénicas y la música". El texto, al que ha tenido acceso este periódico, reúne así propuestas relativas a la contratación pública, la Seguridad Social, la financiación de empresas, las subvenciones públicas, la fiscalidad y otros aspectos con tal de que la herida pueda cerrarse lo antes posible. Y es que este compromiso pasa por la certeza de que el teatro es un valor fundamental par cualquier sociedad que se precie.
Virtualidad y aplazamientos en Factoría Echegaray
El vivero municipal de proyectos Factoría Echegaray también acusa las consecuencias del coronavirus. Tras el aplazamiento de la que iba a ser su siguiente producción, La verdadera identidad de Madame Duval, al próximo mes de noviembre, quedan por delante otros dos montajes programados para esta misma temporada (Las palabras de la carne, con funciones distribuidas entre mayo y junio, y Augurios, prevista para junio) sobre los que la organización no se ha pronunciado todavía de manera oficial, aunque todo apunta igualmente a su aplazamiento al próximo curso. Del mismo modo, el plazo de recepción de propuestas para nuevos proyectos, que se abrió el pasado 17 de febrero y debía quedar abierto hasta el 19 de abril, ha quedado suspendido hasta nuevo aviso. Mientras tanto, Factoría Echegaray ha comenzado a divulgar en sus redes vídeos en los que algunos de los autores seleccionados en sus distintas convocatorias comparecen leyendo fragmento de sus textos, disponibles igualmente para su lectura al completo.
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