La diferencia de criterios artísticos con Antonio Banderas, clave de la dimisión de Lluís Pasqual
Teatro del Soho
La programación desarrollada por el director del Teatro del Soho, de un carácter más contemporáneo, choca con el interés del dueño del proyecto por los espectáculos musicales
Málaga/En el comunicado enviado por Lluís Pasqual para anunciar su dimisión como director del Teatro del Soho, se percibe un especial interés por parte del hasta ahora responsable del equipamiento en dejar clara su afinidad, afectiva y artística, con el promotor y dueño del proyecto, Antonio Banderas. Sin embargo, fuentes cercanas al teatro apuntaron a Málaga Hoy que, sin menoscabo de esta afinidad, lo cierto es que ambos esgrimen criterios artísticos respecto a la programación del teatro bien diferentes que finalmente han sido determinantes y se han saldado con una renuncia demasiado temprana. En su carta, Pasqual señala que cuando Banderas le ofreció dirigir el teatro, su intención estaba ya puesta únicamente en la "parte artística" de la creación teatral, no en la gestión; pero lo cierto es que su intención de imprimir un sello propio a la programación, y de "ofrecer un servicio público desde la dirección de un teatro privado", como afirmó pocos días después de llegar a Málaga, ha sido siempre manifiesta. Al final, las mismas diferencias artísticas que motivaron la dimisión de Miguel Gallego, quien fue presentado en su momento como primer director del teatro y que tras la llegada de Pasqual se mantuvo vinculado al proyecto en calidad de asesor, han conducido a Pasqual a presentar su renuncia.
Los ases con los que Pasqual asumió las riendas del Teatro del Soho eran bien conocidas: fundador del Teatre Lliure y antiguo director de instituciones tan importantes como el Centro Dramático Nacional y el Teatro del Odeón de París, el ya ex director del Teatro del Soho es una de las referencias esenciales de la escena contemporánea europea, un sello que decididamente debía quedar impreso en su proyecto malagueño. Su programación diseñada hasta junio, que se respetará tal y como fue concebida, presenta teatro de vanguardia, flamenco, danza, conciertos de la Orquesta Filarmónica de Málaga, una iniciativa compartida con el Museo Picasso y otros ingredientes que conforman un cartel diverso, en busca de públicos muy distintos pero siempre, inevitablemente, bajo el criterio reconocible de Pasqual. Y lo cierto es que, después del éxito de A Chorus Line y especialmente después de la posibilidad de que el montaje llegue a Broadway este mismo año, la intención de Antonio Banderas para su teatro es bien diferente.
Y es que, según las mismas fuentes, en Banderas tiene cada vez más peso la opción de hacer del Teatro del Soho un escenario consagrado a los grandes espectáculos musicales. La posibilidad de compartir producciones con Broadway permitiría desarrollar una programación completa, o al menos en su mayor parte, con nuevas experiencias como A Chorus Line. De hecho, ésta es justo la dirección que Banderas, bien personalmente, bien a través de otro aliado de su confianza, quiere desarrollar en su teatro. Y a todo apunta a que la programación que el Teatro del Soho presentará a partir de julio tendrá estos mimbres. En la agenda de Banderas se encuentra, por ejemplo, una producción de Evita que podría protagonizar él mismo, tal y como hizo con A Chorus Line. Esta determinación confiere un especial sentido a estas palabras de Pasqual: "No hay nadie mejor que él [Antonio Banderas] para dirigirlo. Una de las cosas que más alegría me ha producido estos meses es ver cómo el liderazgo de lo que durante mucho tiempo hemos llamado sueño se afirmaba en su persona y lo convertía de una manera natural en director de su teatro". La historia del Teatro del Soho, por tanto, continuará.
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