'Dolor impune', el documental malagueño sobre el acoso escolar y sus consecuencias más trágicas

La película del realizador y productor Gabriel Chicano, que se estrena el próximo 1 de diciembre, tiene diez candidaturas a los Premios Goya

Así es la nueva figura que vela en los colegios de Málaga contra el acoso escolar

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Gabriel Chicano, momentos antes de la entrevista, en el Muelle Uno. / Javier Albiñana

Hace tres años que el realizador malagueño Gabriel Chicano dio un giro a su carrera y abrió su propia productora, Manteca Colorá –Red Butter Films en la actualidad–, para contar sus propias historias y poderlo hacer a su manera. Tras un corto de terror multipremiado, Badlands, su siguiente reto fue lanzarse al largo documental con un tema que siempre le tocó mucho, el acoso escolar. En su investigación dio con la familia de Kira López, la adolescente que se suicidó en Barcelona en 2021. Los testimonios de estos padres y los de otros tres jóvenes que acabaron quitándose la vida son el hilo conductor de Dolor impune. La película, que se estrena en cines el 1 de diciembre, cuenta con diez candidaturas a los Premios Goya.

El director de Dolor impune cuenta que "quería enseñar el bullying de primera mano, enseñar rostros y humanizar a las víctimas". En el proceso de documentación halló la web de la Asociación No al Acoso Escolar, entidad presidida por la profesora Carmen Cabestany, y en ella aparecía un artículo sobre familias que habían perdido a un hijo porque, supuestamente, no pudieron soportar la violencia ejercida contra ellos en el entorno escolar. "Quería darles un altavoz a estas personas", indica. "Empezamos a hablar con Carmen y le apasionó el enfoque. Entonces me comentó que se iba a hacer en Barcelona la primera manifestación de familias que han perdido un hijo por presuntas violencias en centros escolares y allí que fuimos, era nuestra oportunidad", relata.

Sin guion ni a penas producción previa, tan solo con una escaleta, iniciaron las entrevistas. "Dolor impune es un documental que se ha ido montando y guionizando a lo largo del tiempo, también por las circunstancias propias de la batalla de los padres de Kira, que son el eje principal del documental", indica Gabriel Chicano. Además de las cuatro entrevistas principales, la película también cuenta con profesionales como el juez Emilio Calatayud, Javier Urra, primer defensor del menor de Madrid y psicólogo forense, la abogada de Kira y criminóloga, Carla Vall, y Carmen Cabestany, entre otros.

"Las cuatro historias principales no son iguales pero se parecen porque los adolescentes se comportan y somatizan en casa de una forma muy similar, vienen de familias en las que hay mucho amor y unión, son niños queridos, pero de repente empiezan a suceder cosas en el colegio y actúan de una forma muy parecida", subraya el realizador. Y destaca que los colegios actúan también de una manera similar. "En el momento en el que pasa un caso suelen hacerse los sorprendidos, pero es que cuando hay un suicidio, los tapan a más no poder", según han relatado los afectados en la película. Los centros no han querido participar en Dolor impune.

Un momento del rodaje de la entrevista al juez Emilio Calatayud. / M. G.

En el largometraje también se enlaza la historia de Kira con la de Óscar, un chico de 21 años que se tira desde un acantilado y que sufrió, presuntamente, algún tipo de violencia en su etapa escolar. "Los padres de Óscar cuentan que el profesor de religión de su hijo, el director y otro profesor cura más acaban en el colegio de Kira y que el informático encuentra en el ordenador y el móvil de uno de estos docentes 39 Gb de material pedófilo. Un mes después muere Kira", dice Chicano, por lo que en la película también subyacen otros delitos como la pedofilia.

"En general el acoso sigue invisibilizado, aunque hay centros que lo están haciendo bien poco a poco, pero se sigue tratando el tema desde una perspectiva teórica y no práctica, muchos no tienen ni la formación ni los recursos para preguntar al victimario o a la víctima y muchos colegios no lo reconocen o no quieren hacerlo cuando pasa", detalla el realizador. "También hay mucho silencio, la víctima tiene miedo a represalias, a que vayan contra él de una forma mucho más agresiva, y tampoco quieren decirlo en muchos casos a sus padres para que no vayan al colegio y queden señalados. En dos de los cuatro casos los niños no dijeron absolutamente nada", agrega.

"Laura un domingo no quiso comer con los padres, le preguntaron que pasaba, se metió en la habitación y ya nunca más salió. Supieron lo que había pasado después cuando encontraron unos escritos escondidos en su habitación. Algunos textos son tremendos. La llamaban la apestosa y cogió una fobia que se duchaba hasta tres y cuatro veces cuando llegaba a casa", comenta el malagueño. En el caso de Kira, "abrazó a su padre la noche anterior, a su madre esa mañana, se tenía que ir al colegio pero en lugar de eso salió de su casa y no salió del portal".

"Laura no quiso comer un domingo, se metió en su habituación y ya nunca salió. Supieron lo que había pasado después de encontrar unos escritos escondidos en su cuarto"

Cada familia, como cuenta el realizador, está llevando el dolor a su manera. "La familia de Laura siguen muy afectados, pero acaban de ser padres ahora y tienen un motivo muy importante para seguir adelante. Los padres de Kira se han volcado en hacerle justicia a su hija, van a seguir luchando por ella y también para ayudar a otras familias. El padre ha cambiado de profesión y se dedica a peritar casos de bullying, a dar charlas y brindar apoyo", añade Chicano. Y asegura que en el proceso "he recibido presiones por parte de colegios para que no sacara el documental".

"Ha sido un proceso muy duro, por acompañar a familias con esta tragedia, porque no creo que haya mayor tragedia que perder un hijo en estas circunstancias de la noche a la mañana. Y he aprendido que queda mucho por hacer, por parte de todos, de la sociedad, de las instituciones públicas, de los colegios, de la justicia, de todos", considera el realizador malagueño.

Los padres de Kira frente al Congreso de los Diputados. / Efe

Además, destaca que "el protocolo de acoso en muchos casos no se abre y si lo hacen no sirve de nada, se vuelve a cerrar rápidamente, no se sabe preguntar, no interesa. Además, cuando llega a la correspondiente consejería de Educación, solo preguntan al centro, que al final es juez y parte, las familias quedan apartadas y no se sienten escuchadas, esto es algo que se dio en estas cuatro familias y en otras con las que hemos hablado".

A lo largo de dos años, con grabaciones en siete ciudades y dos países y gracias a un equipo de 30 personas se ha hecho posible Dolor impune, que espera revalidar como nominaciones alguna de las ocho candidaturas a los premios Goya. La película también es candidata a los premios Forqué, Feroz y Asecan, su paso por festivales se iniciará en los próximos Premios Lorca de Granada y en la Mostra Documental de Montaverner en Valencia. El 8 de diciembre estarán en Barcelona y contarán con una charla posterior con el padre de Kira.

"Este documental no deja de ser un espejo de esta sociedad y está hecho por y para su transformación, para que la gente lo vea, para que valoren el esfuerzo que han hecho estas familias, que toda esa factura emocional valga para crear una sociedad mejor y que cambien las cosas, en los centros escolares sobre todo", concluye Gabriel Chicano.

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