Fábulas de la lucha obrera

Málaga/"Las cosas no han cambiado mucho", dijo ayer el artista malagueño Chema Lumbreras ante uno de sus cuadros, que muestra como unos cerdos desmantelan una casa en la que un conejo cuelga ahorcado de una viga. El título Desahucio da una pista que podría indicar un tema actual, pero lo cierto es que se trata de una representación del libro Las fábulas del errabundo que su tío abuelo Tomás Meabe Bilbao escribió hace más de un siglo. En el texto el proletario siempre está presente, al igual que ocurre en la exposición La luz y la noche, que además repasa momentos de la vida del escritor socialista y que se puede visitar hasta el 13 de abril en la Sala Siglo de la Fundación Unicaja.

La colección, formada por pinturas, dibujos e instalaciones artísticas, fue presentada ayer por la Fundación Unicaja en una rueda de prensa en la que participaron el artista Chema Lumbreras junto a Ramón de Unamuno -su cuñado y nieto del escritor y filósofo Miguel de Unamuno- quien le animó a leer el libro de su tío abuelo, según explicaron.Así, el artista se introdujo en la vida del escritor Tomás Meabe, que vivió poco -murió a los 34 años- pero intensamente, detalló Ramón. Tomás , que se vio obligado varias veces al exilio por sus ideas socialistas. El padre del bilbaíno le inició una carrera en un banco que le duró apenas un año, tras lo que probó como piloto de barco y recorrió Europa y América del Norte. De vuelta de uno de esos viajes conoció las ideas socialistas de un marinero y poco a poco cambió. Aunque inicialmente era nacionalista vasco y mantenía relaciones con Sabino Arana, creador del PNV, quien le mandó infiltrarse en el PSOE de Pablo Iglesias, donde cambió de ideología y para el que acabaría escribiendo centenares de artículos en las revistas Lucha de clases, de la que llegó a ser director, y El socialista. La tuberculosis se lo llevó en 1915, relató Ramón de Unamuno.

"Como escritor es impresionante", afirmó el nieto de Unamuno. En Las fábulas del errabundo Meabe usa animales como personajes y en el texto el proletario siempre está representado. "El libro es poesía pero en prosa, y libre, ya que se inventaba muchas palabras," apuntó Ramón sobre el escritor, del que también señaló que la muerte fue para él "el momento en que le dejarían vivir".

Al igual que en el libro de Meabe, Chema Lumbreras recurre a las figuras de animales para recrear su propia fábula en la exposición, que también muestra episodios de la vida de su tío abuelo, como en la instalación Vuelo. Aquí el artista muestra con un muñeco que se eleva sobre un montón de cruces hechas con ramas la crisis de fe que Meabe -profundamente religioso en su juventud- tuvo, y que le llevó a reflexionar y abrazar el ateísmo al concluir que Dios permite todas las injusticias que ocurren en el mundo.

Otro de estos momentos cruciales se puede observar en El negro en el mar, una pintura que presenta a un marinero frente a un calamar gigante, la cual evoca las experiencias de Meabe como piloto de embarcaciones. También, en un pequeño altar se alza un vaso con agua en el que reposa un barquito hecho con una cáscara de nuez que representa "lo niño" que decían que era , explicó Lumbreras, ya que, por ejemplo, una vez que fue detenido y sus amigos lo intentaban sacar de la celda solo daba más problemas, relató.

Volviendo a la defensa del proletariado, las pinturas Desahucios presentan situaciones que continúan viéndose hoy en día, mientras que los dibujos Trapicheos representa cómo a veces es tratado el ser humano.

Los poderes fácticos responsables de ese trato denigrante al obrero también tienen su representación en la exposición con distintas obras. En la madera de Begoña, una procesión de lagartos, bichos y cerdos se convierte en una "alegoría irreverente" que arremete contra la Iglesia y el Ejército. De nuevo, Lumbreras conecta el trabajo de Meabe con la actualidad al introducir elementos que recuerdan a personajes famosos, como un tupé muy parecido al pelo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.