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Festival de Málaga | La Edad de Oro
Málaga/Definía Italo Calvino los clásicos literarios como aquellos que nunca terminan de decir lo que tienen que decir. Trasladado el debate al cine, las conclusiones son las mismas: hay películas que con el paso del tiempo parecen multiplicar sus alcances, emociones e intenciones, como axiomas transversales de afección universal. Celebrada la reciente edición del Festival de Málaga en el sector cinematográfico español como ejemplo de gestión en la actividad cultural, cabe recordar la labor de apostolado cinéfilo que el certamen desarrolla a nivel local durante todo el año, y el cine clásico es de hecho uno de sus principales argumentos: así, la nueva edición del ciclo de cine clásico del Festival de Málaga, La Edad de Oro, proyectará 21 clásicos indiscutibles del séptimo arte, distribuidos en siete ciclos desde este viernes 4 hasta el día 10 en el Cine Albéniz, como ocasión idónea para comprobar, en pantalla grande, lo que estas películas tienen que decirnos. Que no es poco.
Será, como impone el coronavirus, una edición atípica y mermada de La Edad de Oro, sin proyecciones al aire libre y sin encuentros con cineastas en torno al fuego de la cinefilia compartida. Pero el objetivo es el mismo de siempre: ofrecer al espectador la posibilidad de disfrutar del mejor patrimonio cinematográfico en pantalla grande y en 35 mm, con copias restauradas y en versión original subtitulada: un festín, al cabo, para los paladares pantagruélicos. La proyección de El hombre del brazo de oro, dirigida en 1955 por Otto Preminger y protagonizada por Frank Sinatra y Kim Novak, abrirá este viernes un programa que rinde homenaje a Federico Fellini, Éric Rohmer, Saul Bass y El gabinete del doctor Caligari, de Robert Wiene, en sus centenarios; y que dedica otros ciclos a figuras como Kirk Douglas, Ennio Morricone y Kim Novak.
Así, dentro del apartado dedicado a Fellini se podrán ver Las noches de Cabiria, La Strada y Almas sin conciencia; los amantes de Éric Rohmer tendrán a su disposición El rayo verde, La rodilla de Clara y Pauline en la playa; para celebrar el magisterio del diseñador gráfico Saul Bass, autor de algunos de los títulos de crédito inolvidables de la historia del cine, el Albéniz proyectará Uno, dos, tres, La podadora (el gran cuchillo) y La tentación vive arriba; el homenaje a Kirk Douglas incluye El extraño amor de Martha Ivers, Camino de la horca, Retorno al pasado y Los vikingos; el del recientemente fallecido Ennio Morricone, Teorema, Perro blanco y Partner; y el de la citada Kim Novak, El hombre del brazo de oro, Picnic, Bésame, tonto y Me enamoré de una bruja. El último ciclo contempla una sola proyección, la de El gabinete del doctor Caligari, dirigida en 1920 por Robert Wiene y consagrada como emblema del expresionismo alemán. Y no habrá muchos consuelos tan efectivos para tiempos tan extraños.
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