El Festival de Málaga abre la convocatoria para las actividades de la programación abierta de MaF 2024
Desde el 6 al 27 de octubre, queda abierta la convocatoria de propuestas que formarán la programación abierta
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El 27 Festival de Málaga, que tendrá lugar del 1 al 10 de marzo de 2024, estará precedido del 8 al 29 de febrero por una nueva edición de MaF-Málaga de Festival, programación que busca celebrar la cultura con el cine como argumento, con el fin de hallar nuevos significados y lenguajes en torno a lo audiovisual, al tiempo que reflexiona sobre la realidad a través de sus diversas actividades.
MaF está organizado por el Ayuntamiento de Málaga y Málaga Procultura a través del Festival de Málaga y cuenta un año más con la colaboración de Fundación "la Caixa".
El programa de MaF 2024 estará compuesto por dos ámbitos: la programación abierta, que se construye a partir de las propuestas recibidas que cumplan los criterios de selección; y la programación permanente, impulsada por la propia organización, han señalado desde el certamen cinematográfico malagueño en un comunicado.
Así, desde el 6 al 27 de octubre, queda abierta la convocatoria de propuestas que formarán la programación abierta, que pretende seguir estimulando el tejido artístico de la ciudad de Málaga y proporcionar visibilidad a profesionales singulares dentro del ámbito de la cultura.
Además, como viene haciendo desde la edición de 2021, Málaga de Festival se marca como uno de los pilares de esta programación abierta impulsar colaboraciones con creadores nacionales con el fin de dar a conocer su mirada y generar vínculos que trasciendan a la propia ciudad. Las bases de la convocatoria pueden consultarse en la web de Festival de Málaga, en la pestaña 'Bases de participación'.
Los proyectos recibidos serán analizados por un comité de selección y, en caso de ser aceptados, pasarán a formar parte de la programación abierta de MaF 2024. Estas iniciativas contarán con la notable capacidad de difusión y promoción del Festival de Málaga, así como, en casos concretos, con apoyo económico, logístico y/o técnico para su realización.
Las propuestas deberán ofrecer nuevas vías de diálogo con la realidad cultural y encontrar nuevos significados en torno a lo audiovisual gracias a la alianza con las disciplinas que conforman el MaF 2024 -artes visuales, ciencia, cine, exposiciones, pensamiento y tech-.
Asimismo las propuestas deben guardar relación directa con los dos ejes conceptuales de MaF 2024. En concreto, edades no productivas donde el Festival de Málaga quiere invitar a la reflexión en torno al espacio que damos a niños y ancianos en la sociedad actual, tanto en los espacios públicos como en los privados. Desde el diseño de las ciudades, hasta el lenguaje que empleamos, pasando por los derechos esenciales que no se cumplen.
La penalización de ser niño en según qué ámbitos, su vinculación con la perspectiva de género. La soledad que acecha a los mayores, los procesos deshumanizadores vinculados al uso de la pantalla y su individualismo. La brecha digital en los ancianos. El derecho a una educacion saludable, el bienestar mental. La alimentación en la infancia, la obesidad infantil. Se trata de reflexionar sobre cómo la realidad afecta a ambos sectores de población, generando asimetrías, y, sobre todo, configurando un futuro en el que lo colectivo pierde fuerza, muy especialmente en la infancia y en la senectud.
Por otro lado, la cultura es alegría. Este eje guarda relación con el sentido gozoso del ejercicio de la cultura, su especial vinculación con la celebración de la vida, con la felicidad. Si se desvincula la cultura de ese aspecto de celebración, de ritual en torno al cual el ser humano se encuentra con otro, hacemos que la cultura se convierta en un espacio carente de diálogo.
También invitan a reflexionar sobre cómo este tiempo debilita los pilares básicos de las democracias, muy especialmente desde el terreno de lo simbólico, generando en la ciudadanía desafección y malestar.
En este sentido, la cultura se ha visto amenazada por este escenario. La cultura no sólo nos hace ser ciudadanos más conscientes del mundo que se habita, permite defender valores vinculados al concepto de humano: el pensar, el conversar, el amar, la felicidad, el placer, la solidaridad.
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