El Festival de Málaga aviva su idilio con la industria del cine español
La afluencia de películas aspirantes presentadas a competición creció un 5% respecto a 2015. Francisco Algora y Chus Lampreave serán objeto de homenaje en la próxima edición.
El Festival de Cine Español de Málaga celebrará su decimonovena edición del 22 de abril al 1 de mayo próximos, y ayer tuvo lugar en el Ayuntamiento la presentación oficial de sus contenidos, en un concurrido acto repleto de medios, con los responsables, impulsores y patrocinadores habituales en la aglomerada mesa y sus ya tradicionales ínfulas de pregón taurino. Más allá de las propuestas, que, a pesar de la no concurrencia de nuevas ediciones (una ampliación en este sentido ya parece una cuestión imposible dadas las apreturas de la agenda), vuelven a ser muchísimas y para todos los gustos, resultaron significativos los datos puestos sobre la mesa por el director del certamen, Juan Antonio Vigar, respecto a la incidencia real del mismo en la cinematografía nacional. Vigar subrayó que la nueva convocatoria revela que la relación del festival con el cine español al que representa es "aún más fuerte" por cuanto delata "un mayor interés de la industria en formar parte" del escaparate. Y, también ahora, esta idea se traduce en números: tras la apertura del plazo a tal efecto, la organización recibió un total de 1.785 películas aspirantes a la competición en las diversas secciones (133 largometrajes de producción española, 179 largometrajes latinoamericanos, 790 cortometrajes, 502 documentales y 181 filmes para la sección Afirmando los Derechos de la Mujer), un 5% más que el año pasado. La selección final dio luz verde únicamente a 167 títulos que son los que integran los diversos menús del certamen, pero, de cualquier forma, tales registros demuestran, por una parte, que la producción de cine español (y en español) se mantiene en tonos álgidos; y, por otro, que el Festival de Málaga es un agente decisivo, estimulante, articulador y (en última instancia) exhibidor de una industria en plena expansión.
De manera que, en su posición de objeto deseado, el ciclo malagueño propone una mirada amplia al cine español y a sus márgenes, con un programa inabarcable que consagrará a Málaga a favor del séptimo arte en todas sus hechuras durante diez días. El estandarte de todo esto es, ya se sabe, la Sección Oficial, con 16 títulos para los que Vigar volvió a recurrir a la consideración de "imagen fija" del cine español y que corresponden de nuevo a realizadores de dispar veteranía, con una salvedad: el director del festival apuntó ayer que, sin renunciar a su carácter diverso, la Sección Oficial comparte cierta querencia por el "sello autoral"; en la práctica, esto implica que los directores más veteranos que concurren en la liga más visible del festival son cineastas todavía jóvenes como Isaki Lacuesta, Helena Taberna, Kike Maíllo o el argentino Sebastián Borensztein, si bien también abundan directores que comparecen con su segundo largometraje a cuestas (en algunos casos, como el de Manuela Burló, después de haber presentado el primero en el mismo Festival de Málaga). Tal y como ya se anunció, Toro, de Kike Maíllo, rodada en gran parte en Málaga y protagonizada por Mario Casas y Luis Tosar, abrirá la Sección Oficial fuera de concurso el viernes 22 e iniciará un desfile por el que seguirán Callback de Carles Torras, Cerca de tu casa de Eduard Cortés (con Silvia Pérez Cruz y Lluís Homar), El futuro ya no es lo que era de Pedro Luis Barbero (con Dani Rovira y Carmen Maura), El rey tuerto de Marc Crehuet, Gernika de Koldo Serra, Julie de Alba González de Molina, Kóblic de Sebastián Borensztein (con Ricardo Darín e Inma Cuesta), La noche que mi madre mató a mi padre de Inés París (con Belén Rueda y Eduard Fernández), La próxima piel de Isaki Lacuesta e Isa Campo, La punta del iceberg de David Cánovas (con Maribel Verdú y Carmelo Gómez), Quatretondeta de Pol Rodríguez (con José Sacristán y Laia Marull), Rumbos de Manuela Burló (con Pilar López de Ayala, Karra Elejalde y Carmen Machi), Zoe de Ander Duque, Acantilado de Helena Taberna (con Daniel Grao y Goya Toledo) y Nuestros amantes de Miguel Ángel Lamata (con Eduardo Noriega y Michelle Jenner), que protagonizará la sesión de clausura el 1 de mayo y que, como la anterior, se proyectará fuera de concurso. El resto de secciones (Zonazine, Territorio Latinoamericano, Documentales, Málaga Premiere, Cortometrajes, Estrenos Especiales, Afirmando los Derechos de la Mujer y Cine Abierto) mantienen sus parámetros ya bien conocidos, con algunas (escasas) novedades: Animazine se queda este año incluida en el programa de Cortometrajes, mientras que el Teatro Alameda recuperará por unos días su actividad cinematográfica con un ciclo de clásicos recientes del cine español, titulado Cruzcampo recupera el Cine Alameda, de la mano de la marca cervecera.
En el apartado de homenajes, también ya revelados en su mayor parte, Gracia Querejeta recibirá el Premio Retrospectiva Málaga Hoy, Paz Vega el Premio Málaga, Teresa Font el Premio Ricardo Franco, Santi Amodeo el Premio Eloy de la Iglesia y Emilio Gutiérrez Caba la Biznaga Ciudad del Paraíso (todos ellos serán objeto de retrospectiva fílmica, con una selección de títulos a proyector en la Sala Cajamar de la Alameda). Amantes, de Vicente Aranda, será reconocida como la Película de Oro del Festival de Málaga, con la presentación de la consiguiente monografía. Sin embargo, los acontecimientos recientes han obligado a ampliar un tanto el abanico: la proyección de la película escogida este año para la Sesión Premium, Bruja, más que bruja, dirigida por Fernando Fernán-Gómez en 1977 (y que recoge el relevo de El mundo sigue, que protagonizó la sección el año pasado), servirá de tributo para el actor recientemente fallecido Francisco Algora; será, como el año pasado, en el Museo Picasso y con diversas personalidades del mundo del cine cercanas a Fernán-Gómez (en un encuentro que además servirá de preludio al reestreno y lanzamiento doméstico de la edición restaurada del filme, aspecto en el que Bruja, más que bruja también sigue los pasos de El mundo sigue). Pero también Chus Lampreave, fallecida el pasado lunes, tendrá su homenaje in extremis en el Festival de Málaga con la proyección de Entre tinieblas, dirigida por Pedro Almodóvar en 1983 y aún pendiente de encaje en la abultada programación del certamen.
El concierto de música de cine con la dirección de Arturo Díez Boscovich el lunes 25 en el Teatro Cervantes como preludio de la primera edición de Movie Score Málaga (que se celebrará a finales de junio), el concierto de Silvia Pérez Cruz también en el Cervantes el 1 de mayo, la exposición 15 años rodando en Málaga que podrá verse en la calle Larios desde el día 20, la reválida del Gastroweekend y otros muchos ingredientes se incorporan a un cartel que calienta ya motores a tutiplén. Las entradas para las proyecciones están ya a la venta en los puntos habituales. Málaga se viste de cine y no habrá, parece, más remedio que disfrutarlo.
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