El Festival de San Sebastián muerde la manzana de 'Blancanieves'
Pablo Berger aborda el relato de los hermanos Grimm desde una óptica ibérica, torera y muda
Una Blancanieves muy peculiar envenenó ayer al Festival de San Sebastián al no contar el cuento de siempre, ya que la osadía de Pablo Berger es abordar el relato de los hermanos Grimm desde una óptica ibérica, torera, muda y en blanco y negro que fue ovacionada y ya suena a premio.
"Quiero ser un hipnotizador. Cuando cuente tres, dos, uno... vais a entrar en el mundo de Blancanieves y que no salgáis hasta que diga ya", dijo Berger en una rueda de prensa donde se pudo palpar que su operación ha sido un éxito y en la que estuvo rodeado de todo su reparto: Maribel Verdú, Angela Molina, Inma Cuesta, Daniel Giménez Cacho y Macarena García.
De todos ellos, y contradiciendo al cuento, la más bella del reino o, al menos, la que ha acaparó todas las miradas y los aplausos, fue una villana de lujo encarnada por Verdú. "Es una madrastra top model, la única que no quiere ser la más bella, sino la más famosa. Es un personaje patético, como muchos de las revistas del corazón. Solo quiere cambiarse de peluca y de vestido. Las de Charlize Theron y Julia Roberts son maravillosas, pero esta lo es más", concluyó Verdú, visiblemente satisfecha con su interpretación.
Pero Berger, además, quiso resaltar que ese look que define como "Hollywood ibérico", ha sido posible gracias a un equipo técnico compuesto de 539 personas, entre ellos el director de fotografía Kiko de la Rica, que han permitido estrenar una película que se gestó en 2005 y por la que ha luchado contra viento y marea.
"Si hubiese sido productor y hubiera llegado un guión como este, con una primera página diciendo que es una película muda y en blanco y negro, con enanos toreros, también habría pensado que era obra de un loco", reconoció el director que debutó con Torremolinos 73 y no había vuelto a rodar desde entonces.
Esta Blancanieves, que además de optar a la Concha de Oro está preseleccionada para representar a España en los Oscar y en los premios Ariel, cambia la voz del cuento, la lleva a los cortijos andaluces de los años 20 del siglo pasado, tiene seis y no siete enanos e introduce flamenco y corridas de toros,
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